LAN Argentina, la filial local de Latam, anunció el cese definitivo de sus actividades en el país

Acordó con 1.522 empleados e indemnizará a los 193 restantes y piensa devolver los 6 aviones que aún permanecen en el país. Aerolíneas Argentinas queda en completo dominio del mercado; el sueño de Mariano Recalde, hecho realidad

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(Adrián Escandar)
(Adrián Escandar)

LAN Argentina SA, la filial argentina de Latam, la compañía aérea más grande de América Latina, comunicó anoche el cese definitivo de su actividad en el país. “Como parte natural del proceso que siguió al anuncio del cese de actividades el pasado 17 de junio, la compañía ha dado fin al programa de retiro voluntario ofrecido a sus empleados. El impacto que ha tenido la pandemia del COVID-19 en la filial argentina y la dificultad de generar los múltiples acuerdos necesarios para enfrentar la situación actual configuraron un escenario en extremo complejo, donde no fue posible visualizar un proyecto viable y sustentable en el tiempo, generando que LAN ARGENTINA S.A. dejara de volar desde y hacia 12 destinos domésticos después de 15 años de operación ininterrumpida”, dijo dn un comunicado.

Los cuatro destinos internacionales que cubría LAN Argentina SA en conjunto con otras filiales, a Estados Unidos, Brasil, Chile y Perúm seguirán siendo operados por las otras filiales, señaló el comunicado. Fuentes de la empresa precisaron que esas operaciones serán asumidas por Lan Chile, Lan Perú y Lan Brasil,

LAN informó que “desde el anuncio del cese, la compañía puso a disposición de sus colaboradores un programa de retiro voluntario mediante el cual se alcanzaron más de 1.500 acuerdos individuales, y finalizó de común acuerdo los vínculos con todos los gremios involucrados”. De los 1.715 empleados que tenía la filial argentina se alcanzaron acuerdos con 1.522 de ellos (89% del total), a los que a lo largo de los últimos meses la empresa les fue ofreciendo distintas combinaciones de extensión de cobertura de salud, tickets de la compañía y monto de retiro. En el caso de los 193 (11% del total) con los que no hubo acuerdo la relación se considera extinguida por cese de la empresa y se aplicará el régimen indemnizatorio vigente, al que el gobierno nacional, en la última extensión de la “doble indemnización” por despido, había fijado un tope de $ 500.000.

Será muy difícil ver aviones distintos de estos en los aeropuertos argentinos
REUTERS/Agustín Marcarián.
Será muy difícil ver aviones distintos de estos en los aeropuertos argentinos REUTERS/Agustín Marcarián.

Haciendo los petates

En su comunicado, LAN informó que dentro del proceso que había anunciado en junio pasado, “la compañía concluyó la devolución de los diferentes espacios, tanto de las oficinas comerciales como de los aeropuertos en todo el país y, acordó la finalización de las relaciones con diversos proveedores”.

Además, fuentes de la compañía señalaron que se siguen cumpliendo los compromisos asumidos con los clientes, la compañía continúa gestionando la devolución de los tickets domésticos y los vuelos internacionales serán realizados por las otras filiales del grupo. Los programas de millaje no se verán afectados, dijeron, porque los titulares seguirán dentro del programa Latam Pass. Lo que no tendrán más, claro, son vuelos domésticos.

La compañía sigue gestionando la devolución de los tickets domésticos y los vuelos internacionales serán realizados por otras filiales del grupo. Los programas de millaje no se verán afectados porque los titulares seguirán dentro del programa Latam Pass, pero no tendrán más vuelos domésticos.

“LAN Argentina S.A. es consciente del impacto de este doloroso pero inevitable proceso y reconoce el esfuerzo y compromiso de todos sus colaboradores a lo largo de estos años”, finaliza el comunicado con el que la empresa cesa por completo la operación local, que mantuvo durante los últimos quince años.

Respecto de los aviones, una fuente de la empresa señaló que LAN Argentina no es propietaria de ninguna de las seis aeronaves que actualmente están en la Argentina, más precisamente en Aeroparque. El Aeropuerto está en obras, explicaron, y finalizadas las mismas “avanzaremos con la devolución de las aeronaves a sus propietarios”

A su vez, desde la empresa aclararon que la entrega de un avión A319 de Latam para tareas de mantenimiento en Fadea (Fábrica de Aviones de la Argentina, con sede en Córdoba) no tiene nada que ver con los aviones de LAN Argentina, sino que son del grupo Latam, que comprometió con Fadea obras de mantenimiento de otras dos aeronaves, la próxima de las cuales será entregada en marzo.

El sueño de Recalde

La empresa se retira de un mercado aerocomercial que en el último año se redujo a poco más de un quinto de lo que era y del que Aerolíneas Argentinas, en la que talla fuerte La Cámpora, quedará ahora con la parte del león, casi 80% del mercado, muy por sobre las porciones de sus competidores Flybondi y JetSmart.

Flybondi acaba de reincorporar a su operación en la Argentina un Boeing 737-800 de 13 años de antigüedad que había sumado inicialmente en julio de 2019 y que luego de su devolución estuvo almacenado en EEUU, en instalaciones del dueño o “lessor”, y piensa incorporar un tercer avión en el segundo semestre del año. JetSmart, en tanto, sumó a fines de enero vuelos a El Calafate, un destino emblemático del kirchnerismo. Pero, por volumen, ninguna de las low-cost representa una competencia seria para Aerolíneas Argentinas, que en los primeros once meses del año recibió USD 517 millones en asistencia del Tesoro. Latam, a través de LAN Argentina, era la única competencia real al cuasimonopolio estatal, que aun entonces detentaba casi 60% del mercado aerocomercial argentino.

De este modo, casi once años después, el sueño del senador kirchnerista y camporista Mariano Recalde se vuelve realidad. En 2010, el entonces presidente de Aerolíneas Argentinas confesó en una reunión “militante” que le había pedido a la entonces presidente de la Nación, Cristina Kirchner –”algo que después voy a negar”, aclaró- que le retirara rutas domésticas a LAN, a la que calificó de “la derecha pinochetista instalada en la Argentina”, por el hecho de que gran parte del crecimiento regional de LAN se había debido a la gestión empresarial del entonces (y actual) presidente de Chile, Sebastián Piñera. El entonces embajador argentino en Chile, Ginés González García, también supo del cariño camporista cuando informó a Buenos Aires algunas quejas del gobierno chileno por el trato a LAN y llegó a ser calificado internamente por Recalde y otros camporistas como “un lobbista de la derecha chilena”.

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