El sector agropecuario ya comenzó a analizar el año que recién da sus primeros pasos, tanto en el aspecto productivo como así también en lo político, ya que 2021 es un año electoral con una economía que todavía no logra recuperarse de la grave crisis en la que está inmersa.
Ante este panorama, desde el campo se insiste con el reclamo al Gobierno en el diseño de una política que potencie la actividad con reglas claras y dejar de lado la dicotomía entre mercado interno y exportación. A la vez, el sector entiende la importancia de tener una estrategia para lograr que sus intereses tengan peso y fortalecer su representatividad política de cara a las próxima contienda electoral.
Así lo manifestaron referentes del sector durante la jornada Perspectivas Económicas y Políticas en el Agro - Argentina 2021, organizada por la Fundación Libertad, en la que participaron el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, el ex secretario de Valor Agregado del Ministerio de Agroindustria, Néstor Roulet, y la ex presidenta de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), María Beatriz “Pilu” Giraudo.
Para Chemes, “no es fácil hacer coincidir los intereses políticos con lo que necesita el país. En los años electorales debemos como sector y en conjunto con el Gobierno que nos toque, tratar de generar el ensamble o articulación público-privada para generar el desarrollo sustentable que necesitamos”. Además, enfatizó en la necesidad de que haya una baja en la presión impositiva para el campo, como así también una mejora en el financiamiento para fomentar la inversión.
Sin embargo, el dirigente rural puso énfasis en que los gobiernos dejen de ver a la actividad con una mirada solo fiscalista, sino que entiendan la necesidad de potenciarla con políticas públicas. “Tenemos que lograr que entiendan que la función del sector no sólo como generadora de divisas de exportación, sino también como el principal generador de empleo genuino, sobre todo en el interior. Hay que potenciar el concepto de mayor producción, exportación y empleo”.
Sin embargo, remarcó la necesidad de que se genere “confianza” entre el sector público y privado, que permita incentivar las inversiones, dando “por tierra conceptos ideológicos que no han dado resultado, como los sistemas de cupos o la falsa antinomia entre mercado interno y de exportación”.
Para Néstor Roulet, el presente año se presenta como una oportunidad para la Argentina por los buenos precios internacionales y la sostenida demanda de alimentos por parte del mundo, pero, no obstante, considera que el país está dejándola pasar al aplicarse políticas intervencionistas en los mercados que afectan al sector productivo, en un contexto donde los diferentes eslabones del sector no actúan de manera armoniosa.
“El tren está pasando y no nos subimos, porque seguimos con la mismas intervenciones y esta gente que nos está gobernando, nos lleva a autodestruirnos dentro de las cadenas productivas, donde hay gente que pide que le pongan más retenciones al maíz para hacer leche o carne más barata, cosas que creí que estaban en el olvido”, lamentó el ex funcionario del Gobierno de Mauricio Macri.
En este sentido, expresó que “por mala suerte Argentina se va desarrollando en un mundo que exige una cosa y nosotros hacemos todo lo contrario. Las intervenciones que se están dando en el tema de la carne, en el maíz y trigo hacen que uno diga, ¿tenemos que volver a lo mismo? Dentro de las cadenas agroalimentarias me preocupa que no todos los eslabones ven de forma integral, sino que se miran el ombligo”.
Organización y elecciones
Ante esta situación, los disertantes coincidieron como necesaria una organización del sector para hacer conocer la importancia del campo y la agroindustria en la población en general, poder trabajar en conjunto con los demás eslabones de la cadena y potenciar al sector, pero también hacer valer los intereses del mismo adquiriendo cierta fuerza de lobby y, en el caso de Roulet, poder ganar las elecciones legislativas que se avecinan.
Chemes consideró que hay que adoptar más de una estrategia de aquí en adelante. Una de ellas tiene que ver con el “nivel de comunicación y concientización de lo que significa el campo para el país”. Otra es darle un mayor valor agregado a la producción y “convencer (al Gobierno) de que pueden convivir políticas que desarrollen el mercado interno y también las exportaciones”.
Por otro lado, remarcó que “hay que aprender a trabajar entre todos los eslabones de las cadenas. Este país nos acostumbró a defendernos con uñas y dientes para sobrevivir. Lograr ese consenso y convencernos de que sí podemos aunar estos criterios, desde las cadenas podremos salir adelante. Yo apuesto al proyecto del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA). Si cada uno cumple sus funciones, el proyecto tiene que ir hacia adelante, pero también con un gobierno que no te mienta”.
Por su parte, Giraudo consideró que tanto en el sector como a nivel nacional “todavía seguimos teniendo deudas pendientes” y que, en base a esto, “hay que estar más unidos, lo que no quiere decir ceder en convicciones, sino que es un poco ceder de distintos lugares para entender que la construcción del país”.
En la misma línea consideró que al sector se le marca que “carecemos de lobby” y ponderó el surgimiento del CAA como “una oportunidad para ese famoso lobby. Me quedo con algo que es irónico que es la vuelta atrás de la intervención en el mercado de maíz: beneficiados y perjudicados juntos hicieron que vayan para atrás con la propuesta”.
Por último, para Roulet la estrategia del sector se tiene que entender en clave electoral y es “ganar las elecciones legislativas, porque sino van a ir por las instituciones. Empecemos a trabajar para eso, a elegir gente confiable. Hay que trabajar para que en las elecciones entre al Congreso gente del interior”.
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