Vacunación, cambio climático, desigualdad, trabajo remoto y rol del Estado: los principales desafíos y tendencias mundiales según el Foro de Davos

Una serie de documentos presentados en la edición anual enfatiza los retos económicos, tecnológicos y geopolíticos a partir del covid-19 y otros riesgos capaces de producir una fuerte disrupción global

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El Presidente y sus dos
El Presidente y sus dos ministros del área económica participaron vía remota del Foro de Davos

“Los actuales pronósticos dependen críticamente de la trayectoria del virus, sus mutaciones y el éxito del despliegue de las vacunas. Nuevos acuerdos laborales, mayor desigualdad, desglobalización, mayor rol de los gobiernos y mayor poder de mercado de los gigantes de la tecnología también darán forma al nuevo contexto en 2021 y más allá”. Así dice el panorama del Foro de Davos elaborado en base a una encuesta a 24 economistas-jefe de entes multilaterales y grandes consultoras y multinacionales para la edición remota de este cenáculo de la economía, los negocios y la política globales que concluyó este viernes y se celebró por primera vez en modo remoto, debido a la pandemia de coronavirus, centro de gran parte de los debates y exposiciones.

El influyente Foro, fundado en 1971 por el alemán Klaus Schwab, que ganó visibilidad en los ’90 por la convocatoria a sus reuniones anuales en Davos, Suiza, no presentó proyecciones cuantitativas, que reservó al FMI. En cambio se concentró en auscultar tendencias, las formas del mundo post-pandemia o de convivencia con el virus y se abrió con el “Reporte de Riesgo Global 2021”, suerte de alerta en que, amén de mensurar los daños de covid-19, identificó las enfermedades infecciosas y una “crisis del modo de ganarse la vida” como las mayores amenazas mundiales, y al cambio climático, con calamidades derivadas de climas extremos, como el riesgo de mayor probabilidad de ocurrencia en esta década, amén de patologías derivadas como la concentración y desigualdad digitales y eventuales fallas de los sistemas de ciberseguridad.

¿Y cómo nos ven?

Como adelantó Infobae, ese informe también puso en evidencia los malos resultados sanitarios y económicos de la Argentina en la lucha contra la pandemia, lo que no impidió al presidente Alberto Fernández, en su discurso ante el Foro, asegurar que la recuperación de la economía “está siendo más veloz de lo que pensábamos”, elogiar a la directora del FMI, Kristalina Georgieva, y afirmar el “absoluto compromiso” de su gobierno con el trabajo y la inversión. El mismo día en que se reglamentó el llamado “Impuesto a la Riqueza”, que la mayoría de los empresarios, economistas y analistas políticos consideran un desaliento a la inversión y a la creación de empleo.

Las cinco tendencias auscultadas en
Las cinco tendencias auscultadas en la encuesta a 24 economistas-jefe de organizaciones internacionales, consultoras y grandes firmas, ordenadas por su alcance y profundidad

Sobre el proceso de vacunación, el documento de los 24 economistas-jefe precisó que EEUU, Gran Bretaña y Japón tendrían vacunada a 70% de su población en el segundo trimestre de este año, en tanto los países de la Unión Europea lo lograrían en el tercer trimestre. No obstante, el paper reconoce que el despliegue de las vacunas está siendo “extremadamente desigual” y que el proceso se ralentizó por la insuficiencia de dosis (“principal cuello de botella”), fallas en la distribución y cierta reticencia de la población.

El documento precisa que China vacunaría 50 millones de personas hacia febrero y la India 300 millones hacia agosto, e incluye a la Argentina, junto a México y Brasil, entre los países que tendrían suficientes dosis hacia fin de año, en tanto gran número de naciones emergentes y de bajos ingresos encaminarían el proceso recién en 2022. Y reitera que la evolución de la economía mundial depende “críticamente” del proceso de vacunación, aunque marca sus andariveles, que lista por su fuerza y alcance, a saber:

- Trabajo remoto: Si bien el documento reconoce que el home office permitió sostener el flujo de producción de gran parte de la población “cuyos trabajos no requieren presencia física y tienen acceso a internet”, su impacto de largo plazo “no es claro”. En una primera etapa y en promedio, dice, los empleados trabajaron más horas y fueron más productivos e incluso hay quienes argumentan que el modo remoto es “más inclusivo”.

El estudio cita una investigación de la Universidad de Stanford según la cual el trabajo remoto aumentó la productividad 13%: un 4% por más tareas por unidad de tiempo y 9% por mayor tiempo de trabajo, por ahorro de tiempo de transporte. No obstante, alerta, esas conclusiones son válidas solo para quienes no tienen niños en la casa, tienen conexión rápida a internet y un lugar sin distracciones para trabajar, factores no disponibles “para la mayoría de los trabajadores”. La evidencia sobre el trabajo remoto “es limitada”, subraya el paper. “El aislamiento y un menor intercambio de ideas -concluye- probablemente reduzcan la productividad si el trabajo remoto continúa”.

La evidencia sobre el trabajo remoto es limitada; el aislamiento y un menor intercambio de ideas probablemente reduzcan la productividad si el trabajo remoto continúa

Otra de las elaboraciones especiales para la edición del Foro fue una taxonomía, suerte de “manual” o “adaptador global” que demandará la economía del futuro y guía para la incorporación y capacitación de personal. Según el informe, 50% de los actuales trabajadores del mundo necesitarán reentrenamiento (reskilling) hacia 2025 y 40% de las habilidades centrales de los actuales empleados cambiarán en los próximos 5 años. Basado en los conceptos de “competencia”, “conocimiento”, “actitud” y “habilidad”, el manual sugiere incluso senderos entre sectores en crisis y aquellos que podrían incorporar personal.

Uno de los posibles senderos
Uno de los posibles senderos de reconversión laboral que brinda la "Taxonomía" de habilidades laborales, un documento del Foro

- Mayor desigualdad de ingresos: La desigualdad ya era alta antes de la pandemia y empeoró con ella, debido a su impacto asimétrico, que exacerbó “desigualdades históricas de raza, género, habilidades e ingresos, y también entre países de altos y bajos ingresos”, dice el documento. Mientras en EEUU, ejemplifica, en las recesiones de 1990, 2001 y 2008 las pérdidas de empleo fueron inferiores al 10% en todo el espectro de ingresos, en 2020 la pérdida de puestos en los sectores de ingresos altos fue de 5% en el peor momento, pero llegó al 30% en los más bajos. Además, mientras los sectores de altos ingresos recuperaron sus empleos, en los de bajos, estos están aún 20% por debajo del nivel de pre-pandemia. A nivel de género, y siempre en EEUU, por ejemplo, aún en diciembre las mujeres perdieron 156.000 empleos, mientras que los hombres ganaron 16.000. Y el Banco Mundial estimó que hacia fines de 2020 la pandemia ya había llevado a 100 millones de personas a la pobreza extrema.

- Aceleración de la concentración digital: Las cuarentenas de 2020 favorecieron la concentración en gigantes digitales como Amazon, que en 10 meses sumó 427.000 empleados; Zoom, que al inicio de la pandemia albergó reuniones digitales de 300 millones de personas por día, y Ant, plataforma digital privada que le permitió a China distribuir ayuda entre centenares de millones de personas y pequeños negocios (no le habría servido de mucho, vista la suerte de Jack Ma, dueño de Ant, cuya salida a Bolsa fue bloqueada por Beijing).

A fines de 2020, resume la cuestión el documento, los 5 mayores proveedores digitales son el motor del desempeño del S&P 500, índice clave de Wall Street. No es seguro, agrega, que esas valuaciones respondan a “fundamentos”; podrían ser solo un altamente especulativo “vuelo hacia activos de riesgo”. El hecho es que tanto en EEUU, como en la Unión Europea y Gran Bretaña aumenta el cuestionamiento de los regulares y empiezan las demandas antitrust. El propio documento cita la búsqueda de alternativas, como la tecnología “Solid”, de software abierto, de Tim Berners-Lee, el “padre de internet”, para “devolver” a los usuarios control sobre sus datos (Berners-Lee lanzó un proyecto llamado Inrupt, para que las personas puedan encapsular y controlarlos ellos mismos; a su vez, recientemente criticó el proyecto de Australia de hacer “pagar” a Facebook y Google, porque -dijo- socava un principio básico de internet)

El presidente del Foro de
El presidente del Foro de Davos, el excanciller noruego, Borge Brende, quien presentó a Alberto Fernández (EFE)

- Mayor rol de los gobiernos: Debido a la crisis los gobiernos del G20 inyectaron USD 10 billones adicionales de gasto, el triple de lo que habían asignado en la crisis financiera de 2008, básicamente en ayudas de emergencia a personas, garantías y préstamos a empresas y estímulo a la reapertura de sectores dañados e incluso fines ambientales (como el compromiso de la UE de destinar 20% de su último paquete de estímulo a hacer “más verde” el continente). Sin embargo, alerta el documento de Davos, esa tendencia hace imprescindible una mayor transparencia estatal.

“El riesgo de corrupción y desvío de fondos es un peligro claro y presente”, dice un pasaje, parafraseando el título de una película con Harrison Ford (Clear and present danger, presentada en español como “Peligro inminente”), a su vez basado en la doctrina de la Corte Suprema de EEUU acerca de en qué circunstancias puede el Estado limitar las libertades de expresión, prensa y reunión. “El desafío de 2021 –concluye al respecto el documento de los economistas-jefe- es apuntar las medidas de emergencia y de estímulo tan precisa y transparentemente como sea posible”.

- Desglobalización: El documento subraya el colapso en el comercio de bienes y servicios del segundo trimestre de 2020 y precisa que en el año se registraron nada menos que 1.800 medidas restrictivas del comercio y crecientes llamados de “autosuficiencia” nacionales, dinámicas que llevarían a repensar el espacio que países y empresas ocupan en las cadenas de valor. A medida que el gobierno repunta, las estructuras se ajustarían a esa nueva dinámica, que incluye el choque geopolítico entre EEUU y China. La pandemia y la crisis llamaron la atención, dice el documento, de que 300 de las 500 firmas High-Tech del mundo tenían plantas en la provincia de Hubei, China, cuya capital es Wuhan, donde se originó el virus, lo que exacerbó la vulnerabilidad de la especialización geográfica.

Montar cadenas de provisión paralelas aumentará tanto costos fijos como variables, que igualmente serían afrontados -dicen los 24 economistas jefe encuestados- pues el riesgo de disrupciones ambientales vuelve “estratégicas” las ventajas de proximidad. De hecho, dice el documento, la rápida recuperación china se debió en parte a que sus cadenas de valor están diversificadas y regionalizadas.

Unas 300 de las 500 firmas High-Tech del mundo tenían plantas en la provincia china de Hubei, cuya capital es Wuhan, donde se originó el virus, lo que exacerbó la vulnerabilidad de la especialización geográfica

A modo de conclusión, el documento dice que “los acuerdos de trabajo remoto están para quedarse, de alguna forma, a largo plazo”, mientras que las otras cuatro tenencias (desigualdad, concentración digital, mayor rol de los gobiernos y desglobalización) son consideradas “fenómenos de mediano plazo”. En conjunto, la desigualdad sería el mayor legado de largo plazo de la pandemia, seguida por la dominancia de los gigantes digitales y el mayor rol del Estado, en tanto la “desglobalización” sería la tendencia más acotada.

El fundador del Foro, Klaus
El fundador del Foro, Klaus Schwab, y el presidente de China, Xi Jinping, quien dio el primer discurso de "Fijación de Agenda" de la edición 2021 (AFP)

En cuanto a las políticas económicas, la pandemia significó un relajamiento fiscal, al punto que el gasto promedio aumentó entre 15 y 20 puntos la relación Deuda/PBI de los países de altos ingresos y exigirá en el futuro encontrar canales más precisos de estímulo y apoyo. Del lado monetario, el informe vislumbra dos posibles resultados: el mejor, en el que el estímulo lleva a tasas de crecimiento superiores a las tasas de interés y permite reducir el peso de la deuda, y otro en que un bajo crecimiento y dificultades asociadas impulsan la inflación, los bancos centrales pierden autonomía y relajan aún más sus políticas. En una visión apresurada, esto parecería validar la política económica del gobierno argentino, si no se tiene en cuenta la tasa de inflación que el documento define como umbral: 2% anual.

La visión de un argentino

Consultado por Infobae sobre la hipótesis o tendencia “desglobalizadora”, Marcelo Elizondo, observó tres planos de análisis. En 2020, dijo, la arquitectura de la globalización, más que debilitarse, se profundizó, con Acuerdos de Libre Comercio (ALC)) como el RCE¨P, la entrada en vigor del nuevo ALC entre EEUU, México y Canadá, el tratado comercial entre Gran Bretaña y Japón, el primer año de vigencia de un ALC que abarca 55 países de África y también entre Perú y Austrlia, Ecuador y Gran Bretaña, Colombia e Israel y un pacto entre Brasil y Chile. Actualmente, precisó Elizondo, hay 310 acuerdos de apertura regional económica vigentes (en año 2010 eran poco más de 200 y en el 2000 cerca de 100) por los que circula el 60% del comercio internacional y en pocos años explicará dos tercios del total. Producto de todo esto, el arancel promedio mundial es hoy de 5,5%, un tercio que a fines del siglo XX. Lo que no funciona, dijo Elizondo, es el viejo modelo de la OMC: los países ahora se agrupan en “clubes de socios” y quedar afuera tiene sus costos.

La internacionalidad avanza en los intangibles, pero la Argentina quedó al margen de esa movida y es uno de los 10 países menos vinculado al comercio y al PBI mundiales (Marcelo Elizondo)

Obviamente, la pandemia achicó el volumen del comercio internacional, que en 2020 cayó 9%, y se detuvo la modalidad de cadenas tradicionales, de hacer en cada país una parte y luego integrarlas en un proceso global: la robotización y la tecnología acortaron esas cadenas, para no depender de tantos países. “En manufactura se detuvo la internacionalidad, pero avanza en los intangibles: diseño, conocimiento, ingeniería, know-how, capital intelectual”, resumió Elizondo, pero la Argentina quedó al margen de esa movida y es uno de los 10 países menos vinculado al comercio y al PBI mundiales. De hecho, en 2020 la caída del comercio exterior argentino tanto en exportaciones (15,7%) e importaciones (13,8%) superó en mucho al promedio mundial y se fue profundizando. En diciembre las ventas cayeron 34,1% respecto de igual mes de 2019 y el saldo comercial fue negativo por primera vez en 27 meses.

“La más grande amenaza”

Los 20 principales flujos comerciales
Los 20 principales flujos comerciales y la emisión de carbono que acarrean

En cuanto al cambio climático, el propio Klaus Schwab dijo que “es la más grande amenaza que jamás haya habido a nuestro planeta y a nuestras vidas” y presentó el documento el “Net Zero challenge” (desafío de emisión cero), en el que intervinieron dos funcionarios de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, para reducir las emisiones en un programa de tres pasos o “alcances”, el primero para reducirlas en plantas directas de producción, incluyendo la combustión interna, el segundo, de uso de electricidad, vapor, calor o acondicionamiento provista por terceras partes y el tercero en los extremos de las cadenas de valor, desde el upstream, pasando por el transporte, las emisiones originadas en la manufactura de partes o equipos y su reciclado, para lo cual se creó una “Alianza de CEOs líderes climáticos”. Al respecto, en el cuarto día del Foro, mientras hablaba el presidente Alberto Fernández, GM anunció su “compromiso” mundial de vender solamente vehículos de “emisión (de carbono) cero” para 2035 y ser absolutamente “carbono neutral” en 2040.

Un mapa del documento sobre el “desafío” muestra que el comercio entre China y EEUU es, de hecho, el principal flujo mundial de carbono; productos hechos en China, que deriva gran parte de su energía del uso de carbón, al país del Norte, seguida por el las exportaciones a la Unión Europea y a Japón y Corea del Sur. En suma, China paga su inserción y centralidad en las cadenas de valor, al costo de su polución ambiental que, por volumen, termina siendo un problema global asociado, claro está, a las demandas de sus clientes.

Stephan Richter, editor de la publicación The Globalist, y Uwe Bott, economista-jefe del “Globalist Research Center” en Nueva York, tomaron con ironía recientes críticas de Schwabb, el “padre” de Davos, al “orden neoliberal”. El modelo de negocios de su organización, escribieron, “siempre fue hacer las Relaciones Públicas y enfatizar la responsabilidad social empresaria de las megacorporaciones”. Los proyectos del Foro, concluyeron, han sido largos en promesas y cortos en su cumplimiento. Habrá que ver si en los próximos años el mundo convalida esas predicciones y aspiraciones.

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