Ejecutivos y analistas de Wall Street oscilan entre el desinterés y el pesimismo en torno de la Argentina por la alta emisión monetaria y la falta de medidas para una corrección fiscal en el año electoral.
Parece difícil corregir esa percepción negativa, sobre todo cuando siete provincias todavía se mantienen en default por el pedido del Ministerio de Economía de no acelerar un acuerdo con sus acreedores si eso implica “perder sustentabilidad”. Para tratar de salir de este atolladero, los ministros de estas provincias dialogarán hoy en forma virtual, de modo tal de armonizar sus estrategias y tratar de dialogar en mejores términos con los bonistas.
Dos informes dan cuenta de este malhumor respecto de los activos argentinos, mientras que otras fuentes ratificaron a Infobae que casi “no hay trading” respecto de los bonos argentinos, en un año en el que esperan una inflación del 50 al 60 por ciento, frente al 29% previsto por el Gobierno.
Diego Ferro, presidente del fondo de M2M Capital, dijo a Infobae desde Manhattan que “políticamente es más sencillo redoblar en el error que asumir el costo de empezar a hacer las cosas bien. No hay liderazgo”. Entre los pocos activos que le resultan interesantes, rescató a los activos de Córdoba, y “quizás algún que otro corporativo serio; pero hay demasiadas cosas en el resto del mundo que se pueden evaluar con más lógica”, aclaró.
No es posible un gobierno populista ajustando durante una crisis económica y antes de unas elecciones (Javier Kulesz de Jefferies)
“Si aparece liderazgo serio siempre se puede salir. Pero si sigue la política del facilismo, es la ruta que siguió Venezuela y así le fue. Argentina entro en un círculo vicioso peligroso por el cual las medidas erróneas son políticamente acertadas a muy corto plazo”, advirtió desde Nueva York.
En tanto, en un informe, Javier Kulesz del grupo financiero Jefferies se preguntó si es posible que “un gobierno populista ajustando durante una crisis económica y antes de unas elecciones”, en referencia a la Argentina y enseguida se responde que “la respuesta a esta contradictoria pregunta es no”.
De inmediato, recordó que cuando el tipo de cambio paralelo se acercó a los $ 200, el ministro Martín Guzmán “cambió un poco de marcha, anticipando una agenda política menos ortodoxa que incluía un ajuste fiscal más agresivo”, que se denominaron “pasos de bebé en la dirección correcta”. Sin embargo, de inmediato, recordó, la vicepresidente Cristina Kirchner “se opuso a subir las tarifas de los servicios públicos en las cantidades que contemplaba Guzmán, alrededor del 40 por ciento”
Además, “modificó el proyecto de ley para ajustar la fórmula de la seguridad social, diluyendo el ahorro que iba a generar. También hay dudas sobre si estará de acuerdo en eliminar los subsidios monetarios de Covid-19 en 2021, como contempla el presupuesto, especialmente con el aumento de casos que se está produciendo”. “Para decirlo sin vueltas, Cristina está boicoteando los planes de Guzmán con una agenda de política económica subordinada a la política”, sentenció.
Para decirlo sin vueltas, Cristina está boicoteando los planes de Guzmán con una agenda de política económica subordinada a la política (Kulesz)
En el mismo sentido, citó la prohibición de las exportaciones de maíz “justo cuando los precios subían”. “Esta ganancia inflacionaria se produce a costa de sacrificar las exportaciones en un momento en que hay una necesidad desesperada de dólares. Ni que decir que la producción de maíz caerá en picada y, por tanto, las ganancias de hoy se convertirán en las pérdidas de mañana”, señaló. “De nuevo, la política guiando a la economía”, advirtió.
“Guzmán puede seguir hablando de sostenibilidad de la deuda y consolidación fiscal, pero cada vez está más claro que lo hace sin el respaldo político necesario. En síntesis, comenzamos el año más escépticos sobre la agenda política y las implicaciones macro asociadas”.
A la vez, Jeffreys criticó la idea de que Máximo Kirchner vaya ganando espacio para ser un eventual candidato presidencial o en 2023 o 2027. “Más poder y dinero para sus emprendimientos políticos y para construir la candidatura de Máximo a la presidencia, como si las expectativas no estuvieran lo suficientemente deprimidas. Al menos Ivanka Trump tiene títulos universitarios y algo de experiencia en el sector privado”, disparó.
Más moderado pero no por eso menos contundente, el JP Morgan subrayó su fuerte escepticismo por la fuerte emisión monetaria y la falta de incentivos políticos para llegar a un acuerdo importante con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que implique un cambio de rumbo.
“Un nuevo programa del FMI de alta calidad proporcionaría la base de un ancla a mediano plazo muy necesaria y sería una oportunidad para reforzar una recuperación que, de otro modo, sería débil. Aunque nuestro escenario base contempla un programa con el FMI para el segundo trimestre, no somos tan optimistas en cuanto a su calidad cuando se trata de eliminar las fricciones que pesan sobre la inversión, las exportaciones y, por tanto, la actividad. Además, existe un riesgo creciente de que un programa de baja calidad implique únicamente la eliminación de las presiones a corto plazo sobre las cuentas exteriores derivadas de los reembolsos vencidos del stand by del FMI”, afirmaron los analistas Diego Pereira y Lucila Barbeito.
El Morgan pronosticó que la economía crecerá el 5,8% este año, por encima de lo que pronosticó el propio Gobierno (5,5%) y, más recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) (4,5%). “Para 2021, proyectamos un ritmo de recuperación tibio tras la recesión de 3 años. Lo más importante es observar que la mayor parte del crecimiento anual de 2021 sólo responde al arrastre estadístico, explicando un poco más del 5 puntos porcentuales”, aclararon.
El JP Morgan estimó una recuperación del 5,8% para la Argentina este año, por encima del FMI, aunque aclaró que la mayor parte responde al arrastre estadístico de la última parte del 2020
En este sentido, advirtieron que “es poco probable que la economía recupere a un ritmo decente el terreno perdido desde el cuatro trimestre del 2017 sin una corrección del exceso monetario predominante (que es la otra cara de la brecha de divisas oficial-paralela), la eliminación de al menos algunas de las fricciones que pesan sobre la inversión, así como las reformas institucionales necesarias”.
“Además, a falta de acceso al mercado, el Tesoro seguirá dependiendo de la ayuda directa del BCRA por encima del señoreaje, lo que seguirá añadiendo presión a la inflación subyacente, que, a su vez, podría dar lugar a que el gobierno añada más restricciones”, señaló.
En el mismo sentido, dos traders indicaron que no están recomendando sumar activos argentinos a su cartera. “No hay sponsorship; nadie quiere quedar pegado a la Argentina”, indicó uno. “No se lo recomiendo a nadie”, agregó el otro, mientras miraba cómo salía el sol después de un día de nieve.
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