En el lapso de un mes el precio del limón pasó de $130 a $250 el kilo en las verdulerías. Según la Federación Argentina del Citrus (Federcitrus), los factores que impulsaron la suba en el precio del cítrico fue una caída cercana al 50% en la producción nacional que persistirá, al menos, hasta mediados de febrero. Para poder abastecer la demanda, los distribuidores tuvieron que importar cítricos desde España.
En los últimos meses, los productores del NOA y NEA sufrieron una merma en los cultivos de limones, naranjas, mandarinas y pomelos que está relacionada con los climas extremos que vivió la región el año pasado. Por un lado, señalaron que las fuertes heladas y la sequía que golpearon a ambas regiones perjudicaron a las flores de las plantas, por lo que esto terminó impactando en la cosecha de los cítricos del 2020 y la del presente año.
“En este momento la oferta del limón argentino es muy escasa y es el único motivo por el cual el precio ha subido tanto, teniendo en cuenta que se trata de un condimento no de un alimento. Esto suele impactar notablemente en la canasta familiar”, dijo José Carbonell, presidente de Federcitrus.
En el Boletín de Frutas y Hortalizas del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca donde se realiza la comparación entre los precios de las principales frutas de la canasta de consumo, señalan que el del limón en las grandes cadenas de supermercados, en diciembre pasado, subió de $110 a $180, mientras que en las verdulerías se incrementó de $70 a $130 en solamente 22 días. Según indican, los factores que intervienen en la formación del precio son la estacionalidad, la concentración de la oferta, atributos de calidad, costos de producción y de intermediación.
Fuera de estación
El limón, como todas las frutas estacionales tiene su período de cosecha que empieza a finales de marzo y termina a mediados de septiembre, por tanto, lo que existe fuera de esa línea de tiempo se lo considera “fuera de temporada” y proviene de una pequeña floración que se produce a lo largo del año. Sin embargo, los productores afirmaron que durante esta campaña tuvieron que exportar menos de lo que tenían previsto porque “no tienen frutas en las plantas”.
“Fue un año en el que no hubo frutas y por eso están saliendo a flote estos precios. A eso, se le suma que la demanda estuvo sostenida, lo que agravó la situación de los precios que marca el mercado interno”, dijo Nicolás Carlino, productor y consejero de Coninagro.
Desde la Federación aseguran que el abastecimiento se va a ir normalizando a medida que se aproxime la fecha de cosecha y con eso se van a ir regulando naturalmente los precios en el mercado interno, pero se tendrá que esperar, al menos, hasta mediados de febrero para que los valores vuelvan a restablecerse en los supermercados, verdulerías y ferias.
El limón, como el arándano y la cereza son productos donde más del 90% de la cosecha se destina a la exportación. En el mercado interno solo quedan entre 150.000 y 170.000 toneladas al año. Si bien en el NOA se han llegado a producir casi 2 millones de toneladas, afirman, no hay capacidad en el mercado local para consumir semejante cantidad de frutas.
La actividad ha sabido ganar mercados internacionales en base a la calidad de productos industrializados y a la continuidad de oferta para la exportación de los productos frescos. No obstante, en estos meses se tuvo que recurrir a la importación del limón español para poder abastecer el mercado interno, aunque desde la entidad reguladora aclararon que las cantidades importadas fueron pequeñas. “A nosotros no nos gusta la alternativa de traer limones de otros destinos por razones fitosanitarias y porque hay algunos mercados que alteran los precios de sus exportaciones”, indicó Carbonell. El otro país desde donde se importa el cítrico cuando se escasea es Chile.
Impacto en la producción
En 2019 el sector tuvo una caída del 20% en la producción respecto de 2018. Según datos de Federcitrus, se estima que durante la cosecha de 2019 se produjeron más de 2 millones de toneladas de limones, en tanto, en la temporada regular de 2020 la producción apenas alcanzó las 1,5 millones. En rigor, hubo 485.377 toneladas menos que en la temporada pasada.
Lo mismo sucedió con la naranja, donde se calcula que la producción total mermó aproximadamente en un 50% respecto del año anterior. En 2019, el sector reportó una producción que rondó los 1,38 millones de toneladas, mientras que en 2020 el número cayó a 519 mil toneladas.
En esa línea lo hizo la mandarina, cuya cosecha también cayó en un 50%. Es decir, de las 421.371 toneladas que se produjeron en 2019, la temporada 2020 dejó apenas un total de 210.686 toneladas. Además, se prevé una caída significativa en la oferta del limón para la industrialización a lo largo de esta campaña; podría alcanzar a los aceites, jugos concentrados y la cáscara deshidratada.
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