La producción de la industria de las pequeñas y medianas empresas en la Argentina cerró el 2020 con una caída de casi 15% por el impacto que sufrió la actividad fabril durante la pandemia. En el último mes del año, de todas formas, tuvo un leve crecimiento de 0,2% respecto de diciembre de 2019, luego de nueve meses de caídas consecutivas.
Así lo reflejó un informe difundido este domingo por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). La entidad precisó que en diciembre “de los 11 grandes sectores relevados, cinco tuvieron aumentos anuales y seis bajas”, al tiempo que “en el agregado, el 46,8 por ciento de las industrias consultadas declararon incremento en su actividad”.
“Si bien la recuperación es apenas emergente, la noticia es positiva, porque rompe una tendencia descendente de dos años y medio que, si bien parecía quebrarse en febrero pasado, la pandemia y la cuarentena no le dio lugar”, precisó el organismo. Uno de los rubros que más contribuyó al resultado positivo fue Productos de caucho y plásticos, con un alza anual de 7,3 por ciento y una participación de 18 por ciento en la industria pyme.
Las pymes industriales cerraron el 2020 con una caída de casi 15% en su producción por el impacto que sufrió la actividad fabril durante la pandemia.
La mejora se produjo a pesar subas de costos y dificultades de abastecimiento. Varios productores manifestaron demoras en el transporte para llevar la mercadería, además de entregas pausadas de insumos. Los ramos que vieron progresar su fabricación en el último mes del año comparando con el mismo mes de 2019, fueron: Productos de caucho y plástico; Productos químicos (+4,7%); Material de Transporte, con la producción subiendo 1,1% anual; Productos electrónicos, mecánicos e informática (+12,5%); y Productos de metal, maquinaria y equipo (+3,1%). Hubo casos como Maderas y Muebles, que con un descenso de 3,1% revirtió la suba anual de noviembre (+1,8%).
Afecto a este rubro la ausencia de eventos, exposiciones y especialmente las fiestas sobre fin de año, que suele ser un impulsor de la demanda. También las dificultades para conseguir algunas materias primas. Sobre ese punto, los empresarios consultados señalaron que puede ser un condicionante para la recuperación del ramo en 2021.
En el sector textil, que finalizó el mes con un descenso anual de 3,5%, los empresarios encuestados expresaron que está habiendo más producción que consumo, en parte porque muchos están comprando telas y elaborando anticipadamente por temor a subas de costos o restricciones. Aun así, la producción declinó por la cautela de muchas familias al comprar. Nuevamente faltaron insumos, especialmente se mencionó hilados de algodón. Las industrias trabajaron en diciembre con una capacidad instalada de 68,9%, levemente por encima de noviembre, y 8,4 puntos arriba de diciembre 2019.
La CAME precisó que “en diciembre, el 52 por ciento de las industrias pymes consultadas tuvieron rentabilidad positiva, la proporción más alta desde marzo de 2018”. “Más que la muy leve recuperación, incidieron principalmente los reacomodamientos de costos que realizaron las empresas en el año. Aun así, el 53,5% evaluó la situación de su firma entre regular y mala”, agregó.
En marzo, cuando inició la cuarentena, hubo una caída de 28,8%, mientras que en abril el derrumbe alcanzó un récord de 53,1%.
“Sobre las expectativas se mantuvo prácticamente sin cambios la proporción de empresarios que espera que la producción continúe bajando en los próximos 6 meses (8,8%), en parte porque mientras a la mitad de las industrias les va mejor, para la otra mitad todavía el panorama es muy delicado. La mayoría de las firmas espera que se mantengan sin cambio”, añadió.
Más allá de foto final, con las cifras de diciembre el Índice de Producción Industrial Pymes que elabora CAME alcanzó un valor de 81,5 puntos en diciembre por lo que el 2020 finalizó con una baja anual de 14,9% por el impacto general que tuvo la pandemia en la actividad fabril.
Eso se explica por los desplomes en los niveles de producción de los primeros meses de crisis sanitaria que incluyeron medidas muy restrictivas para la actividad económica. Así, en marzo hubo una caída de 28,8%, en abril el derrumbe alcanzó un récord de 53,1% y desde ese momento, en paralelo a las flexibilizaciones paulatinas de la cuarentena, los retrocesos interanuales comenzaron a ser menos pronunciados con 34,9% en mayo, 25,3% en junio, 13,6% en julio, 10,8% en agosto, 6,9% en septiembre, 3,8% en octubre, 3,5% en noviembre y la primera recuperación de 0,2% desde la irrupción del coronavirus.
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