La falta de claridad y profundidad de las medidas de política económica, sin que aparezca un plan de corto y mediano plazo, según advierte a menudo el vocero del Fondo Monetario Internacional, Gerry Rice, hizo que pese a la “exitosa” reestructuración de la deuda con bonistas bajo legislación extranjera, las reservas del Banco Central iniciaran un acentuado recorrido bajista desde comienzos de agosto, hasta un punto mínimo de USD 38.619 millones el 1 de diciembre 2020, tras haber heredado del gobierno de Cambiemos casi USD 44.000 millones, un año antes.
Pero la fortuna que significó la aparición del “viento de cola”, como describen los economistas al efecto de la caída del valor del dólar y consecuente suba de los precios internacionales de las materias primas que más exporta la Argentina, como el complejo sojero, y también la apreciación del yuan, un componente clave entre los denominados activos externos del Central, y de la cotización del oro, posibilitaron en los últimos 40 días recuperar una parte de lo perdido.
Las reservas brutas anotaron un punto mínimo el 1 de diciembre 2020 de USD 38.619 millones, tras haber heredado del gobierno de Cambiemos casi USD 44.000 millones
Además, la estacionalidad del cierre del año en el que se fijan los valores de referencia de los activos en divisas del sector privado, en particular de quienes están alcanzados por el Impuesto a los Bienes Personales, porque tienen un menor cargo tributario que las tenencias en moneda nacional, pese a la crítica constante al bimonetarismo que adoptó la sociedad en su conjunto, determinó también un punto de quiebre en la caída de los depósitos en moneda extranjera del sector privado en el sistema bancario.
Sin embargo, esos avances no se correspondieron con la reducción proporcional en el índice de riesgo país, esto es en la mejora de la percepción de la disponibilidad de divisas del Gobierno para sostener la política de tipo de cambio flotante regulado.
La razón es simple: mientras que la posición de reservas brutas en el Banco Central se recuperó en poco más de USD 1.000 millones desde el punto mínimo post-acuerdo de reperfilamiento de la deuda con bonistas; el saldo líquido de libre disponibilidad, como las propias, esto es excluidas el swap de monedas con China, los encajes por los depósitos del sector privado y las tenencias de oro, por el contrario, cayó en USD 946 millones en el primer caso y USD 1.061 millones en el segundo.
El saldo líquido de libre disponibilidad, como las propias, cayó desde el 1 de diciembre en USD 946 millones y USD 1.061 millones, respectivamente
Según se desprende del balance semanal de la entidad que conduce Miguel Pesce, las reservas brutas aumentaron desee el punto mínimo el 1 de diciembre, principalmente por 3 efectos:
1) la revaluación de las tenencias de yuanes, las cuales pasaron del equivalente a USD 19.750 millones a USD 20.062 millones el último viernes;
2) la apreciación de las tenencias de oro en USD 106 millones; y
3) el aumento del saldo indisponible por parte de los bancos de la diferencia entre los depósitos y préstamos en dólares del y al sector privado en USD 1.651 millones.
Determinantes del balance negativo
Y en una mirada retrospectiva desde el inicio del Gobierno, el 10 de diciembre de 2019, pese a la revaluación de los precios de las materias primas que más exporta la Argentina, y a que técnicamente el nivel del tipo de cambio para el comercio exterior antes de las retenciones se mantuvo en un nivel históricamente muy competitivo en todo el período, según coincide el consenso de los economistas de las consultoras privadas, las reservas brutas declinaron en poco más de USD 4.100 millones; mientras que las propias se derrumbaron en casi USD 9.000 millones.
Desde el inicio del Gobierno de Alberto Fernández las reservas brutas declinaron en poco más de USD 4.100 millones; mientras que las propias se derrumbaron en casi USD 9.000 millones
Semejante brecha se explica por el singular incremento de las divisas indisponibles en los bancos que sólo pueden retirar de sus cuentas el sector privado, al caer a mayor velocidad los préstamos a exportadores de parte de los depósitos en dólares de empresas y particulares en entidades, como consecuencia de la agudización del control de cambios que dispuso el Banco Central como medida de protección de las debilitadas reservas, porque dio lugar a la alimentación de un círculo vicioso de crecimiento de riesgo de incumplimiento de devolución, al menos en moneda extranjera.
En comparación con el punto de partida del Gobierno de Alberto Fernández el total de depósitos en moneda extranjera se redujo en USD 2.227 millones, desde poco más de USD 20.600 millones a USD 18.388 millones al 19 de enero, según el último dato del Banco Central , en tanto el crédito en divisas al sector exportador, principalmente, se contrajo en ese período en USD 5.797 millones, desde USD 10.902 millones, a USD 5.105 millones.
De ahí que en las negociaciones previas con el FMI el vocero de organismo transmitiera la inquietud del directorio al Gobierno argentino en general y al ministro de Economía, Martín Guzmán, en particular, de presentar en las mesas de negociaciones un plan de corto y mediano plazo que asegure la sustentabilidad de los compromisos externos y la recuperación de los activos externos del Banco Central.
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