Esta semana el especialista en negocios internacionales Marcelo Elizondo recordaba que en los comienzos del siglo XX Estados Unidos y Argentina gozaban de un PBI per cápita similar, que se ubicaba en torno a los 5.700 dólares. En aquella época se auguraba para la centuria que se iniciaba una competencia estrecha entre ambos, llamados a ser dos potencias rivales.
Pero al inicio de la tercera década del siglo XXI la Argentina no es un país demasiado relevante mientras Estados Unidos continúa entre los líderes planetarios y es sede de la nueva economía del conocimiento; y la diferencia en el PBI per cápita entre ambos se hizo abismal: en Estados Unidos llega a más de 60.000 dólares, lo que supone 7 veces el de Argentina.
La reciente asunción de Joseph Biden como presidente de los Estados Unidos plantea enormes desafíos en la relación política que tendrá con nuestro país, y también en torno a lo comercial donde la Argentina tiene un enorme potencial para fortalecer la presencia de los productos agroindustriales en el mercado norteamericano.
“Una nueva etapa es siempre una oportunidad. Para Argentina esa oportunidad queda ahora a la espera de la acción que la transforme en logro. Es para nuestro país una ocasión para el inicio de un nuevo tiempo”, aseguró Elizondo, en diálogo con este medio.
Por otro lado, el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, dese su cuenta personal de Twitter, dijo durante la asunción del nuevo presidente de los Estados Unidos: “Desde el sector cooperativo agroindustrial argentino le auguramos el mayor de los éxitos a Joe Biden en el comienzo de su administración, deseando que su gestión esté cimentada en los valores democráticos y que contribuya a fortalecer los vínculos comerciales entre nuestros países”.
A todo esto, la máxima autoridad de Coninagro señaló: “Esperamos que la nueva administración de Estados Unidos y nuestro Gobierno, en articulación con los sectores privados, puedan trabajar paralelamente procurando un intercambio comercial más vigoroso, que ayude a fortalecer nuestras diversas áreas productivas y sus respectivos empleos, en ambos países”.
Potenciar las exportaciones agroindustriales
El potenciar la presencia de los productos agroindustriales de nuestro país en Estados Unidos, es uno de los principales desafíos que se propone desde el ámbito privado. Los especialistas del Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (Fundación INAI) realizaron meses atrás un relevamiento sobre el potencial de la Argentina para fortalecer su presencia en el mercado de los Estados Unidos. En ese listado de productos, aparecen: biodiesel, camarones y langostinos congelados, vino de uvas frescas, cebada, carne bovina deshuesada congelada, aceite de girasol en bruto, pellets de leguminosas (soja), limones, y miel.
También hay mercado en los Estados Unidos para exportar aceites esenciales de limón, jugo de cítricos, jugo de uva (incluido el mosto), moluscos, ajos frescos o refrigerados, arándanos rojos frescos, té negro fermentado y té parcialmente fermentado, y demás residuos sólidos de la extracción de materias grasas o aceites vegetales, yerba mate, aceite de maní en bruto, entre otros.
Elizondo también aportó que la relación bilateral entre ambos países tiene componentes económicos que son para tener en cuenta. En primer lugar, Estados Unidos es el tercer mayor mercado para las exportaciones de bienes argentinos, donde en 2019 el mercado norteamericano importó de nuestro país por 4.200 millones de dólares y en 2020 lo hizo por 3.300 millones. “Es así el mayor mercado para nuestros productos después de Brasil y China y compra de empresas argentinas especialmente alimentos elaborados, minerales, productos agropecuarios y metales”, dijo el especialista.
En segundo lugar, el país norteamericano es uno de los más relevantes destinos de las exportaciones de servicios argentinos y es también el país del que han provenido los mayores montos del stock total de inversión extranjera directa presente en nuestro país, donde son unos 18.000 millones de dólares hundidos en nuestro territorio por empresas de origen estadounidense especialmente dedicadas a minerales, manufacturas y comunicaciones.
Además, Estados Unidos es también uno de los principales proveedores de insumos y tecnología para la producción en nuestra economía porque las importaciones desde aquel país, que es el tercer mayor proveedor de Argentina en el mundo –después de China y Brasil–, fueron 4.300 millones de dólares en 2020 y habían sido de 5.700 millones en 2019 (las principales importaciones argentinas desde EEUU son máquinas, químicos y minerales).
Una nueva etapa es siempre una oportunidad. Para Argentina esa oportunidad queda ahora a la espera de la acción que la transforme en logro. Es para nuestro país una ocasión para el inicio de un nuevo tiempo (Elizondo)
“Sin embargo, en términos comparativos, la intensidad de la relación bilateral es muy menor al potencial y debe propenderse a mejorarla”, aportó Elizondo. “La Argentina es uno de los diez países con menor participación del comercio internacional en su economía en el planeta y el que menor ratio de inversión extranjera en relación al PBI exhibe en nuestra región. Y Estados Unidos es el mayor importador del mundo y el mayor inversor extranjero en el planeta”, agregó.
Pero más allá de la relación bilateral, el especialista en negocios internacionales señaló que hay aspectos sistémicos relevantes en la relación. Estados Unidos es el principal emisor de financiamiento del mundo y el mayor socio en el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde aporta el 16% de los votos en el fondo, por lo que el estado del vínculo influye en las relaciones con los mercados voluntarios de deuda y en la fluidez del vínculo dentro de organismos multilaterales.
Los agroalimentos
En los momentos previos a su asunción, una de las tareas que desarrolló el flamante presidente de los Estados Unidos en torno a la política agropecuaria, fue designar al titular de la Secretaría de Agricultura. Finalmente se inclinó por Tom Vilsack, quien ya trabajo es esa área durante la gestión de Barack Obama.
Entre las principales señales que deberá enviar al mercado y a los sectores productivos la administración de Biden, será cómo continuará la relación comercial con China, ya que durante el gobierno de Donald Trump la misma atravesó por varias situaciones complicadas que derivaron en la denominada “guerra comercial”, entre ambos país. Una crisis que impactó en los precios de los granos y la soja.
Y en torno a la relación de los agronegocios argentinos con el mercado norteamericano, hay una coincidencia entre los expertos sobre el potencial que tiene la Argentina para fortalecer sus exportaciones. Para eso habrá que resolver situaciones particulares como la mejora de la competitividad local, entre otras.
“En materia del aparato agroproductivo debe decirse que las exportaciones argentinas a Estados Unidos tienen en los alimentos elaborados un componente de relevancia”, aseguró Elizondo. Y además comentó que entre enero y octubre del año pasado, se destacaron las exportaciones de animales y carnes, por 309 millones de dólares; vegetales, por 333 millones de dólares y en menor medida aceites. Son unos 1.100 millones de dólares en total en diez meses de exportaciones al mercado norteamericano de origen agroalimenticio, que representarían casi 40% del total.
De cara al escenario que plantea la llegada de un nuevo gobierno en los Estados Unidos, el consultor y ex ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquís, precisó que “la Argentina tiene muchas posibilidades de lograr incrementar sus exportaciones agroindustriales con Estados Unidos. Para ello tienen que lograr hacer valer sus avances alcanzados durante los últimos años pre pandemia en términos de controles sanitarios, seguridad agroalimentaria y garantizar la calidad de sus productos”.
Hay que hacer valer sus avances alcanzados durante los últimos años pre pandemia en términos de controles sanitarios, seguridad agroalimentaria y garantizar la calidad de sus productos (Sarquís)
Sarquís, sostuvo que para nuestro país será fundamental ser protagonista en la relación entre ambos países. Para cumplir dicho objetivo, propuso que hay que mostrar el interés de querer ir a vender los productos nacionales y no esperar que Estados Unidos venga a la búsqueda de ellos.
“Tiene que ser política de Estado querer incrementar nuestras exportaciones agroalimentarias en Estados Unidos. Se trata de un mercado demandante, de más de 300 millones de personas que compran y consumen alimentos de todo el mundo; hay enormes oportunidades en cada región, Estados y hasta vendiendo directamente en cadenas de supermercados y macro distribuidores”, sostuvo el consultor.
A todo esto, la máxima autoridad de Coninagro señaló: “Proponemos que se promueva la cooperación y los vínculos entre ambos países, contribuyendo a un desarrollo productivo basado en la promoción de alimentos sustentables y la generación de trabajo que nos permita enfrentar nuestro verdadero desafío: reducir la pobreza en toda la región”.
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