La segunda etapa de la reestructuración de la deuda que encaró el Gobierno nacional después del canje con los bonistas privados se convirtió, a esta altura del año, en un juego de coordinación de calendarios. Las fechas de obligaciones de pago a los organismos internacionales se aproximan y mientras retoma las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para llegar a un nuevo programa financiero, el Ministerio de Economía mira de reojo el vencimiento más pesado del año para las finanzas públicas: USD 2.300 millones que la Argentina le debe al Club de París y que quedaron pendientes de pago tras el fin del plazo original de devolución que había firmado el Estado durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
El Poder Ejecutivo dejó de pagarle a ese consorcio de naciones en 2019 y desde ese momento los pasivos pendientes comenzaron a acumularse con una tasa de interés en aumento. Al haberse postergado la definición con el FMI para este año, el resultado de esa mesa negociadora quedará como pieza testigo para pactar nuevas condiciones con el Club de París. La clave que destacan funcionarios y analistas privados es que las sillas del directorio del Fondo están ocupadas por los mismos países acreedores del club parisino, por lo que de cierta forma se están discutiendo los dos acuerdos casi en simultáneo.
Las sillas del directorio del Fondo están ocupadas por los mismos países acreedores del club parisino
El ministro de Economía Martín Guzmán adelantó que buscará que los pasivos pendientes con el Club de París tengan un tratamiento similar al que le dio el Palacio de Hacienda al resto de la deuda en moneda extranjera objeto de reestructuración: reducir las tasas de interés y conseguir plazos de gracia antes de reiniciar los pagos. El acuerdo con los privados incluyó quitas, algo que tradicionalmente no está en el menú de negociación con los organismos internacionales.
En el caso de que la Casa Rosada pudiera acordar con el Fondo Monetario y el Club de París una reprogramación de la devolución de los créditos, Economía se liberaría así de los dos pagos más onerosos que le esperan en 2021, que sumarían entre los dos organismos poco más de USD 6.000 millones. Como comparación, el canje de deuda con los privados liberó al Tesoro de prácticamente todos los pagos a bonistas este año y solo tendría que girar a lo largo del año cerca de USD 150 millones, mucho menos que las reservas que pudo recomponer el Banco Central en lo que va del año.
A quiénes y cuánto le debe el país
El propio nacimiento del Club de París, que hoy depende de la Dirección del Tesoro francés, está relacionada a la renegociación de la deuda con la Argentina. En 1956, un grupo de acreedores del país, en el que estaban incluidos nacionales, compañías estatales o agencias de préstamos para exportaciones, establecieron una mesa común para poder discutir con el Estado argentino como iba a repagar sus obligaciones. La deuda del país con ese consorcio pasó por distintas instancias de negociación durante las décadas siguientes.
El Club de París está integrado por Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Corea del Sur, Holanda, Noruega, Rusia, España, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos, que representan aproximadamente un 60% del PBI mundial. Pero además hay otro grupo de naciones que actúa en negociaciones particulares, que son Emiratos Árabes Unidos, Argentina, China, Republica Checa, India, Kuwait, México, Marruecos, Nueva Zelanda, Portugal, Sudáfrica, Trinidad y Tobago y Turquía.
El propio nacimiento del Club de París, que hoy depende de la Dirección del Tesoro francés, está relacionada a la renegociación de la deuda con la Argentina
Según explican los economistas Marcos Ochoa y Maximiliano Albornoz en un estudio hecho por el Centro de Estudios para el Cambio Estructural (CECE), el Club de París se organiza en base a seis principios: solidaridad, es decir que los países miembros actúan como un grupo cuando negocian con un deudor; consenso, ya que las decisiones no pueden tomarse sin acuerdo de todos los miembros; distribución de información: los países miembros comparten la misma información y datos, cuyo tratamiento es confidencial; análisis caso por caso: las decisiones se toman analizando la situación individual de cada deudor; condicionalidad: los acuerdos suelen prever que exista un programa de reformas con el FMI y comparabilidad del acuerdo, lo que implica que un país que firma un acuerdo con el Club no puede realizar otro acuerdo que sea menos favorable que con aquel.
A principios de 2002, cuando el entonces presidente Adolfo Rodríguez Saá declaró el default de la deuda, la Argentina aún debía al Club de París unos USD 3.850 millones y el flujo de pagos se interrumpió. Durante el Gobierno de Néstor Kirchner la renegociación con el FMI también fue de la mano de un acuerdo con el Club de París, pero las resolución de los dos frentes terminó siendo muy lejana en el tiempo una de otra. En 2006 el Estado canceló todas sus obligaciones con el Fondo y recién se planteó regularizar los pagos con el consorcio de naciones acreedores a fines de 2008.
La crisis internacional de 2008 y 2009 postergó la negociación y fue retomada en 2014, encabezada por el entonces ministro de Economía Axel Kicillof. Durante los meses de ida y vuelta con el Club de París, el Gobierno estimó que entre el default declarado en 2001 y ese momento el saldo a devolver había crecido a ritmo de 7,2% anual.
Como resultado, el acuerdo firmado por Kicillof y los países acreedores de la Argentina implicó la devolución de USD 9.690 millones en un plazo de cinco años, hasta mayo de 2019. De total, cerca de USD 5.000 millones fue el capital adeudado mientras que el resto (unos USD 4.700 millones) estuvo integrado por intereses de esos pasivos y por punitorios acumulados a lo largo de los años.
El esquema de devolución del préstamo tenía algunas particularidades. En primer lugar, los pagos se realizan en ocho monedas distintas (desde dólares hasta coronas suecas). Además, el plazo de cinco años podía ser extendido hasta mayo de 2021 con una penalidad. Y por último, no establecía una suma determinada que el país tuviera que girar al Club de París anualmente, sino que preveía un “rango” de pagos posibles. Según lo recuerda un ex funcionario de Finanzas del Gobierno de Mauricio Macri, “funcionaba como el pago mínimo de la tarjeta, podías pagar el mínimo pero lo que se acumulaba se actualizaba con un interés mayor”.
El acuerdo con el Club de París estipulaba una ventana de pago hasta 2021, aunque con un costo adicional. El interés a la que se actualizó el saldo pasó a ser del 9% anual
En ese 2014 en que se firmó el acuerdo realizó un primer pago de USD 640 millones. Al año siguiente fue de USD 682 millones. Ya bajo el mandato macrista, el Tesoro giró USD 1.680 millones en 2016, USD 1.380 millones en 2017, USD 1.891 millones en 2018 y USD 1.868 millones en 2019. Ese fue el último pago hecho por el Estado. Al finalizar los cinco años iniciales previstos del acuerdo, la Argentina todavía debía unos USD 1.900 millones.
La letra chica firmada con el Club de París estipulaba una ventana de dos años más para cancelar esos saldos pendientes de pago, aunque con un costo adicional considerable. El interés a la que se actualizó ese monto pasó a ser del 9% anual, el doble de la tasa que tenía hasta 2019.
Poco tiempo después de encarar la reestructuración de la deuda, el ministro Martín Guzmán anunció al consorcio de naciones que buscaría postergar un año el pago. El 13 de marzo, el Ministro de Economía envió una carta a los miembros del Club de París expresando la decisión de posponer hasta el 5 de mayo de 2021 el pago de USD 2.100 millones (es decir, los USD 1.900 millones más la tasa de interés) originalmente vencido el 5 de mayo de 2020.
Días después Guzmán les adelantó que buscaría un cambio en las condiciones del acuerdo. El 7 de abril, el Palacio de Hacienda envió una segunda carta al Club de París con una propuesta para modificar los términos, y anticipó que pretendía discutir principalmente una extensión de las fechas de vencimiento y una “reducción significativa” en la tasa de interés.
El Gobierno espera poder completar antes de mayo un doblete en la reestructuración de la deuda y enhebrar los acuerdos con el Fondo Monetario y con el Club de París. Así lo dejó saber el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos. “Sería importante poder cerrar un acuerdo con el FMI antes de negociar con el Club de París en mayo. Pero eso no implica que tengamos que apurarnos. Me parece que lo más importante es hacer bien este proceso, identificar las prioridades y las cosas que entendemos que le van a servir a la Argentina y a partir de ahí ir cerrando el acuerdo”, dijo hace algunas semanas.
Alemania (37%) y Japón (22%) concentran la mayor parte del saldo acreedor del Club de París hacia la Argentina
Consultados por Infobae para esta nota, el secretario general del Club de París Schwan Badirou Gafari y la oficina argentina de la Dirección General del Tesoro francés no hicieron comentarios sobre la negociación con la Argentina.
Algunos jugadores están en las dos canchas, tanto en Washington como en París. Porque los acreedores del consorcio de naciones también tienen sus sillones en el directorio del FMI. En detalle, más de la mitad de la deuda argentina al Club de París está concentrada en dos países: Alemania (37%) y Japón (22%). Más atrás le siguen Holanda (casi 8%), España (6,68%), Italia (6,29%) y Estados Unidos (6,28 por ciento).
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