Como hace cada seis meses, a mediados de enero y de julio de cada año, The Economist actualizó el ´Indice Big Mac”, que estima cuán alineadas o desalineadas respecto del dólar están las monedas de veinte países que comercian con EEUU, entre ellos la Argentina.
El índice, que la revista británica creó y publica desde 1986, se basa en la teoría de “paridad del poder adquisitivo”, según la cual a largo plazo el tipo de cambio “correcto” entre dos monedas debería ser aquel que permite, en una moneda u otra, adquirir una misma canasta de bienes y servicios.
The Economist eligió el Big Mac para elaborar su índice por tratarse de un bien relativamente homogéneo, más sencillo de comparar que una canasta de bienes y servicios
El Big Mac, de la cadena McDonalds, un ícono de la globalización, fue elegido como medida por ser un producto relativamente homogéneo (aproximadamente los mismos ingredientes y similar servicio), más sencillo de comparar que una “canasta” de bienes y servicios, que supone elaboraciones y cálculos más complejos.
El precio del Big Mac relevado en cuatro ciudades de la Argentina arroja un promedio de $320, contra USD 5,66 que cuesta en promedio en EEUU. Para igualar el precio entre ambos países, el dólar debería valer en la Argentina $56,54, mucho menos que el tipo de cambio oficial de $85,37 de fines de diciembre, y menos aún que la cotización libre, en $159 por estas horas. De lo que resulta que el peso argentino está “subvaluado” un 33,8%, que es la medida en que –según el índice– debería disminuir el valor del dólar.
La conclusión suena extraña si se tiene en cuenta que los dólares financieros y el libre cuestan bastante más, no menos que el oficial, pero tampoco hay que olvidar que la Argentina está hoy, respecto de los ingresos, precios y monedas de otros países del mundo, virtualmente “regalada” y que hay una situación de inflación reprimida por los controles de precios, servicios semicongelados y fortísima recesión que no impidieron, sin embargo, que en 2020 superara el 36% anual.
Otro factor que relativiza la comparación es que el índice Big Mac para la Argentina se volvió menos representativo desde que el entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, aplicó un cerrojo sobre el precio local del producto, que los locales de la cadena empezaron a hacer menos visible, prefiriendo destacar otras variedades cuyos precios no reocupaban tanto a Moreno en tanto no afectaban el índice, que también tiene sus intríngulis para la India, donde el Maharaja Mac no tiene carne, aunque –dice The Economist– “es lo suficientemente consistente” para ser incluido.
Una serie para la Argentina entre 2000 y 2020 muestra también que, según el Índice Big Mac, el peso argentino lleva la mayor parte del siglo XXI subvaluado, salvo un pequeño período en la etapa inicial del cepo cambiario que inició a fines de 2011 el primer gobierno de Cristina Kirchner y antecedió a la devaluación que instrumentó Axel Kicillof. Un índice tan sencillo como el Big Mac no puede captar demasiados detalles de una economía local, pero revela los momentos extremos.
Biden y el dólar
En julio pasado, The Economist aprovechó el índice para comparar el “tamaño real” de las economías de EEUU y China, más allá de las distorsiones cambiarias. Esta vez, apunta a las “guerras cambiarias” en ciernes ya que, señala, a pesar de la debilidad del dólar desde mediados de 2020, el dólar todavía luce demasiado “fuerte”, lo que le daría razones al próximo presidente de EEUU, Joseph Biden, para ajustar cuentas comerciales con países que “manipulan” el tipo de cambio.
The Economist aclara que el Departamento de Comercio de EEUU está más preocupado con los países que subvalúan su moneda, pero el Tesoro más con aquellos que la “manipulan” con intervenciones gubernamentales.
Decidir esas cuestiones no es sencillo. Los bruscos giros monetarios a lo largo de 2020, en medio de la pandemia y la ola de hiperliquidez global que gatilló la Fed de EEUU para combatir la recesión, hicieron por caso que el peso mexicano oscile fuertemente respecto del dólar mientras que el dong vienamita fue muy estable en la primera mitad del año, pero no en la segunda. México no fue castigado, pero el 16 de diciembre pasado el Tesoro de EEUU designó a Vietnam “manipulador cambiario” y el Departamento de Comercio le impuso nuevas tarifas con el argumento de que al subvaluar el dong “subsidiaba” a sus productores.
El Tesoro también designó “manipulador” a Suiza, por intervenir en el mercado cambiario, pero el franco suizo está sobre, no subvaluado. A su vez, China no fue designado “manipulador cambiario”, pero en enero de 2020 EEUU le impuso tarifas “compensatorias” a varios productos chinos pese a que, según el índice Big Mac, el yuan, la moneda china, está ahora 2,5% sobrevaluada.
Según el “Census” de EEUU, en los primeros once meses de 2020, el país del norte tuvo un déficit comercial de USD 283.600 millones con China y un superávit de USD 1.576 millones con la Argentina. Habrá que ver qué hace Biden de todo esto, pero es improbable que le preocupe la “subvaluación” del peso o el saldo bilateral con la Argentina que, en la jerga norteamericana, calificaría de “peanuts”.
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