El contrapunto entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, acerca de la renegociación de la deuda cordobesa y cómo deberían proceder las provincias con sus acreedores está lejos de haber terminado. El gobierno nacional debe aprobar aún la renegociación del Estado cordobés, para que este pueda emitir los bonos del canje e implementar lo acordado con los acreedores.
Aunque ninguna de las partes se atrevió a decir el nombre de la otra, el choque fue evidente. El lunes, Córdoba acordó con los bonistas a pocas horas de la expiración del plazo de gracia de 30 días que tenía para cancelar intereses vencidos de diciembre y evitó así el default. Por twitter Schiaretti se dirigió a los cordobeses con lo que consideró una buena noticia. “Somos la primera provincia argentina que consigue reestructurar su deuda sin entrar en cesación de pago”, dijo. Y precisó que en la negociación la provincia bajó la tasa de interés promedio de 7,23 a 6,08% “lo cual le significa un ahorro, desde este año 2021 hasta el año 2029, de 200 millones de dólares”.
Somos la primera provincia argentina que consigue reestructurar su deuda sin entrar en cesación de pago (Juan Schiaretti)
Horas después, de visita en Entre Ríos, Guzmán criticó, sin nombrarla, esa negociación. “De poco sirve anunciar un acuerdo que tiempo después no se va a poder cumplir. Deja un marco de incertidumbre que afecta a toda la dinámica económica de la región e implica quitarle espacio a los gobiernos, a los sectores públicos para implementar políticas públicas en pos del desarrollo”, señaló. “El problema es que hay algunas provincias que miran un retorno de corto plazo inmediato político y que en lugar ir hacia un acuerdo sostenible prefirieron tener un acuerdo más rápido; otras actúan con más paciencia buscando resolver los problemas de una forma sensata”, remachó el ministro, calificando implícitamente de insensato lo que Schiaretti había anunciado como un gran logro.
Guzmán despejó toda duda al mencionar a las provincias a su juicio virtuosas. “Le agradecí al gobernador (el entrerriano Gustavo Bordet, su anfitrión) por haber, junto a provincia de Buenos Aires y Chaco, adherido a los lineamientos de sostenibilidad en los cuales se basó la reestructuración de deuda del soberano”.
El problema es que hay algunas provincias que miran un retorno de corto plazo inmediato político y que en lugar ir hacia un acuerdo sostenible prefirieron tener un acuerdo más rápido; otras actúan con más paciencia buscando resolver los problemas de una forma sensata (Martín Guzmán)
Según Economía, hay una instancia coordinadora de las negociaciones provinciales, a cargo de un miembro de su equipo, Rafael Brigo, y Córdoba se cortó sola. “Definimos un conjunto de principios que deben ser válidos para todo el país: hay una única caja de dólares para todo el país, que es el Mercado Única y Libre de Cambios (MULC) y lo que entra y sale de ahí depende de cuánto se exporte e importe, los dólares que entran y salen de la Argentina. Todas las provincias del país comparten una única caja”, enfatizó. Y pontificó el acuerdo que como ministro alcanzó con los acreedores privados de la Nación a fin de agosto. “El mundo había reconocido cuáles eran las pautas y los lineamientos de la sostenibilidad que se debían respetar. El propio FMI produjo un informe muy similar. Hubo un apoyo muy fuerte del G20 y de la comunidad académica internacional. Y un apoyo interno muy fuerte”, remarcó. Esos lineamientos, reiteró, “son los mismos que las distintas provincias deberían seguir. Justamente, porque hay una única caja de dólares en el país”.
Objeciones mediterráneas
En la provincia mediterránea no están convencidos de los argumentos de Guzmán. Un informe del Ieral de la Fundación Mediterránea, firmado por el investigador Marcelo Capello, plantea la cuestión en términos de dos modelos: uno centralizado, al gusto de Guzmán, que “plantea la necesidad de un control estricto del endeudamiento de los gobiernos locales, por parte del poder central, dado que, si alguna provincia no puede cumplir con sus obligaciones, afecta negativamente el crédito del resto de las jurisdicciones e incluso el crédito para el gobierno nacional”.
Pero hay otro modelo, apuntó, que consiste en dar libertad a los gobiernos locales para que decidan sus políticas de endeudamiento, sin garantías ni salvatajes desde Nación “de modo que si una jurisdicción local no puede cumplir con sus obligaciones caerá en default, y a futuro será castigada por el mercado financiero, pues le resultará más caro obtener financiamiento, o directamente no lo conseguirá”. En ese modelo, dice Capello, “cada jurisdicción tendrá crédito en función de sus antecedentes en materia fiscal y financiera, y en función de las expectativas que genere hacia el futuro; sería injusto e ineficiente que todas las provincias planteen pautas de negociación similares a sus acreedores, pues diferentes han sido sus evoluciones financieras en el pasado, y sus perspectivas a futuro”.
Lo que más molesta a los cordobeses es que no se reconozcan las diferentes situaciones provinciales y se invoque una suerte de solidaridad que no se verifica en los hechos. Por caso, señala el documento, “existen jurisdicciones cuyo stock de deuda en títulos no supera al ahorro corriente de un año (promedio 2016–2019), como es el caso de CABA y Santa Fe, que decidieron no reestructurar sus obligaciones”. Córdoba a su vez, tiene una relación de 2,2 entre deuda y ahorro corriente anual, por lo que prefirió evitar el default y acordar una quita del “valor presente” de la deuda relativamente bajo, cercana al 15 por ciento. También Mendoza, donde la relación entre deuda y ahorro corriente era 7,2, había llegado a un acuerdo con sus acreedores.
Capello reconoce que la situación de la provincia de Buenos Aires es más complicada, porque su deuda es casi 50 veces su ahorro corriente promedio de los últimos 4 años. Sin embargo, agrega, la situación giró a su favor en cuanto a los recursos fiscales que recibe de Nación. Y su peor momento había sido entre 2014 y 2016, cuando quien repartía los fondos, desde Economía, era el actual gobernador de la provincia, Axel Kicillof.
Las provincias con déficit corriente o superávit exiguo no pueden restructurar sosteniblemente su deuda si no logran una quita más importante, dice el paper, pero esa situación no es igual para todas. Por caso, añade, las provincias patagónicas pueden ofrecer como garantía las regalías que obtienen por su producción hidrocarburífera y obtener mejores condiciones de lo que amerita su situación fiscal. En suma, hay variedad de casos.
Con todo, la crítica cordobesa más ácida a la doctrina Guzmán es su referencia a la “caja única de dólares”, tratándose de una de las provincias del país que más divisas y recursos fiscales aporta, por ejemplo, a través de la producción y exportación de soja.
“El problema debería contextualizarse, e introducir en la discusión las condiciones por las cuales un país genera divisas, y cómo éstas quedan en manos del BCRA. Desde hace décadas Argentina ha tenido problemas con la disponibilidad de divisas ya sea por aplicar políticas con sesgo antiexportador, como por las restricciones impuestas por dicho BCRA, como el actual cepo cambiario, que generan incentivos que ahuyentan las divisas del ente monetario”, dice el documento. Las provincias “más productivas y exportadoras”, concluye, deberían preocuparse e interesarse por esta situación, realizando acuerdos para no avalar políticas con sesgo antiexportador, que suelen terminar en crisis económicas con consecuencias negativas para todas las jurisdicciones y habitantes del país, con estancamiento económico a largo plazo y variables sociales cada vez más preocupantes”.
Un ministro más político
Para Guzmán, la discusión es mucho más que económica. Se trata también de las primeras derivaciones del mucho más fuerte rol político que asumió recientemente, recorriendo provincias y haciendo anuncios como el que este sábado realizó junto a la titular de la Anses, Fernanda Raverta, de una inversión para ampliar el puerto de Mar del Plata. Raverta, integrante de la Cámpora, fue candidata a intendente de esa ciudad y pretende seguir jugando políticamente en ese territorio. La gira y las acciones de Guzmán lo acercan cada vez más al kirchnerismo duro, algo que en principio no lo ayudará a limar asperezas con el gobierno y la población de Córdoba.
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