En medio de la pandemia y los temores a un rebrote, la temporada turística, una apuesta fuerte del ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, se mantiene, impulsada en buena medida por el programa “Previaje”, que otorga un crédito del 50% del gasto turístico precontratado, a gastar a partir de 2021 a quienes se inscribieron antes del 31 de diciembre.
El programa, precisó la cartera turística, movilizó $15.000 millones: $10.000 millones a través de la venta de paquetes turísticos y $5.000 millones inyectados a través de créditos a usar a lo largo de este año. Crédito del que los contratantes disponen mediante un plástico del Banco Nación que reciben antes de iniciar las vacaciones.
El programa movilizó $15.000 millones: $10.000 millones a través de la venta de paquetes turísticos y $5.000 millones inyectados a través de créditos a usar a lo largo de este año
“Estamos muy contentos con los resultados de PreViaje; fuimos ingeniosos y eficientes con la utilización del gasto público para generar ingresos genuinos a un sector que estuvo durante más de un semestre a facturación cero. El programa ya se está utilizando en los principales destinos del país y es un ingreso muy importante para Agencias de Viajes, gastronomía y prestadores de servicios turísticos”, señaló Lammens.
Buena parte de los 600.000 turistas que movilizó el programa vacacionaron o lo están haciendo en enero: 54% de las ventas pasó por las manos de agencias de viaje, 34% por empresas de alojamientos y 10% se destinó a transporte. Por provincia, los principales destinos elegidos fueron Río Negro, Buenos Aires, Córdoba, Tierra del Fuego, Mendoza, Neuquén, Misiones, Santa Cruz, Salta y Chubut.
Más que nieve
Cristina Girgenti, dueña de la agencia Natura Travel, de Bariloche, señaló a Infobae que cerca del 80% de la actividad actual de su agencia se debe a Previaje. La ciudad, dijo, está al 40% de su capacidad, poco para su infraestructura hotelera y de servicios, pero mucho si se lo compara con la expectativa previa. “Hay hoteles que no abrieron y agencias de turismo online que tampoco abrieron y van a esperar el invierno; hace 30 años Bariloche era solo la nieve, pero ahora también tiene turismo veraniego”, aseguró Girgenti. “Tenemos muchos vuelos y un turismo joven que nos sorprende; lo que no estamos teniendo es familias. Lo noto en la venta de paseos a la Isla Victoria (uno de los más tradicionales del destino): casi no hay venta a grupos familiares”.
El perfil más joven de esta temporada repercutió más en los hostels, alojamientos familiares y campings que en los hoteles de 3 ó 4 estrellas, contó Girgenti, que acababa de solucionar a un grupo de chicas un traslado en combi a Villa la Angostura. Soluciones ad-hoc de una temporada en la que los servicios de transporte son raleados y en que, además, la gente rehúye amucharse con desconocidos en lugares cerrados. De todos modos, dijo Girgenti, los protocolos están funcionando: los buses, por caso, se llenan estrictamente de atrás para adelante y se vacían de adelante para atrás, para evitar cruces innecesarios. La agencia, dijo, tiene también un registro de cada cliente, de modo de poder rastrear e informar a quienes compartieron actividades con él en caso de registrarse casos del virus.
El perfil más joven de esta temporada repercutió más en los hostels, alojamientos familiares y campings que en los hoteles de 3 ó 4 estrellas
“Previaje ha sido muy bueno; hacía 8 meses que no entraba un turista”, dijo Gustavo Gennuso, intendente de Bariloche. La ciudad convive ahora con una buena ocupación y la tensión del virus, agregó, pero “todo turista es bienvenido”. En cuanto a la circulación viral, precisó que “desde hace unos 4 meses tenemos un nivel de contagio estable, pero no es bajo”.
“Lo que falta es el turismo internacional, que es el que completa Bariloche, pero el nivel de turismo nacional que tenemos es bueno”, expresó Girgenti, quien señaló además que el predominio de los jóvenes en vez de familias favoreció más ciertas actividades, como cabalgata y rafting, pues se afrontan “bolsillo por bolsillo” e inhiben menos a quien debe pagar.
Las cuitas del transporte fueron también una bonanza para el alquiler de autos, al punto que no hay disponibilidad hasta la segunda semana de febrero. En cuanto al “crédito” del 50%, la mayoría de quienes compraron paquetes por Previaje lo gasta en gastronomía y en excursiones y actividades que no contrató previamente. “El 50% de devolución nos inyectó un dinero muy necesario después de 9 meses de no hacer caja; imagínate, nosotros cerramos las puertas el 16 de marzo y reabrimos recién el 5 de diciembre”, afirmó la empresaria turística.
Mirando al Sur
Desde Ushuaia, Dante Querciali, presidente del Instituto Fueguino de Turismo, dijo a Infobae: “el Previaje funcionó muy bien: fuimos el cuarto destino más elegido, y teniendo en cuenta el tamaño del destino, es algo muy bueno para nosotros”. De hecho, precisó, fueron 14.000 “viajes vendidos” (que significan una mayor cantidad de turistas, pues la venta puede ser, por caso, a grupos familiares).
La ocupación turística en la ciudad más austral del mundo, precisó Querciali, está ahora entre 35 y 40%, muy por debajo de lo normal, pero muy por encima de diciembre, cuando a Ushuaia arribaba solo un vuelo diario y la ocupación era del 5%. Ahora hay entre 5 y 6 vuelos diarios, contando los 3 vuelos semanales de la low cost Jetsmart y 2 vuelos regionales de LADE.
Menor afluencia, pero mayor cantidad de pernoctes por turista (Querciali)
El impacto de Previaje, notó Querciali, se sintió en todos los rubros y un beneficio adicional, derivado de la mayor dificultad y reticencia a trasladarse a otros destinos de los propios turistas, fue que la estadía promedio pasó de 2,7 días en la temporada pasada a entre 6 y 7 días en la actual. “Menor afluencia, pero mayor cantidad de pernoctes”, resumió Querciali, quien subraya que eso significa un mayor “derrame” a actividades que eran poco demandadas cuando la estadía era más breve.
El paseo en catamarán es un clásico, pero ahora hay más demanda de trekking y más recorridos por la ciudad, lo que beneficia al comercio, explicó el titular del Infuetur, y estimó que la mitad del crédito del Previaje se destina a gastronomía. El grueso de los turistas, agregó, provienen de CABA y Gran Buenos Aires. Turistas que tal vez antes iban al exterior y ahora eligieron visitar destinos “icónicos” pendientes dentro de la Argentina.
La Costa Atlántica
Más cerca del principal centro de emisión de turistas, en Pinamar, Lucas Favre, gerente comercial de los hoteles Terrazas al Mar y Pinamar Beach Resort, comentó que el Previaje sirvió para mover a quienes, de un lado y del otro del mostrador, dudaban qué hacer. La preventa, dijo, “puso la zanahoria por delante” y los servidores del sector turístico pudieron verificarlo porque cuando expiró su tiempo de compra, las reservas cayeron notablemente. Y también del lado de los turistas, dijo, ayudó a contrarrestar la incertidumbre.
“Tuvimos un buen diciembre y en enero la ocupación está entre 60 y 65%, cuando lo normal era entre 85 y 90%”, dijo Favre, aunque reconoció que sus establecimientos tal vez estén, por ubicación, algo por arriba de la media.
Favre calculó que entre 10 y 15% de las ventas las hicieron a través de Previaje, un margen significativo para niveles de ocupación como el actual. Eso sí, reconoció que en Terrazas al Mar, con un perfil de clientes de mayor edad y familiares, sintió más la retracción que Pinamar Beach Resort, de una clientela más joven.
Más gente de lo habitual prefirió alquilar “burbujas” caseras, para evitar los espacios comunes.
Al igual que en el caso de Ushuaia, la estadía promedio también aumentó, aunque menos, de 3 a 3,5 días por cliente en temporadas anteriores a 4,5 en la actual, y la intuición de Favre le indica que los clientes gastaron el grueso del previaje en gastronomía y servicios de balneario.
“Lo que más se nota es la falta de ventas de último momento; el mayor problema es la incertidumbre”, aseguró Favre. Temores –desde qué pasará en la Costa hasta qué pasaría si algún familiar se enferma, antes o después de viajar– que van demorando decisiones y en algunos casos, clausurándolas.
En ese contexto, señaló Favre, hubo ganadores y perdedores: más gente de lo habitual prefirió alquilar “burbujas” caseras, para evitar los espacios comunes. “Pero lo importante –concluyó el gerente comercial de uno de los sectores más castigados por la pandemia– es que tuvimos temporada, algo que hasta hace poco era una expectativa para nada concreta”.
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