El precio de la soja subió el martes a USD 521,11 en el mercado de Chicago, tras un informe difundido por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) que prevé una cosecha menor a la esperada por los especialistas. El contrato a marzo de la oleaginosa aumentó USD 16,81 en la jornada y se ubicó en el máximo nivel en seis años y medio.
En ese contexto, economistas consultados por Infobae afirmaron que el Estado tendrá mayores ingresos en 2021 pero advirtieron que el déficit fiscal seguirá alto en un año con elecciones legislativas por delante.
Desde Empiria, la consultora que dirige el ex ministro de Economía Hernán Lacunza, dijeron a este medio que la suba de los precios de la soja redundará en una cosecha unos USD 5.000 millones superior a la de 2020, que se traducirían- siempre de acuerdo a cómo evolucione la producción en Argentina en función de la dinámica de la sequía- en una recaudación superior a la registrada el año pasado en aproximadamente 0,4 puntos del PIB.
No obstante, señalaron que con un bache fiscal de unos 4,5 puntos del producto, “las necesidades de financiamiento del Estado no darán tregua”.
“Incluso puede que, si propuestas como la de congelar el precio mayorista de la energía prosperan -en un año que tendrá a las elecciones en el centro de la escena-, el déficit fiscal resulte aún más abultado complicando el escenario macro, fiscal y financiero”, remarcaron.
Ricardo Delgado, CEO de Analytica, consideró que el impacto de los buenos precios de la soja sobre la recaudación dependerá del ritmo de liquidación de los productores.
“En 2020 quedaron unos USD 4.500 millones sin vender, ergo sin pagar impuestos. Si bien se espera que a partir de abril, con la nueva cosecha, aumente la velocidad de ventas, y por ende mejore la recaudación, lo decisorio es qué instrumentos ofrecerá el Gobierno para que los sojeros liquiden a buen ritmo”, señalo.
Y añadió: “Tasas negativas y brecha cambiaria en estos niveles dificultan que el gobierno pueda financiarse por encima de lo presupuestado con los mejores precios de la soja de los últimos seis años. Es una gran oportunidad, pero hay que ofrecer más a los productores”.
A su turno, Javier Cao, responsable de inteligencia sectorial de Abeceb, dijo a Infobae que el aumento de precios es una buena noticia para el sector agropecuario. En ese sentido, afirmó que también lo es para la cuenta externa por el impacto que tiene respecto al ingreso de divisas. Y para el fisco por los ingresos a través de las retenciones.
“De todas formas está lejos de solucionar los problemas de déficit fiscal que tiene la Argentina. No va a alcanzar con eso aunque puede ser una buena mano”, consideró.
Asimismo, remarcó que en principio, con el aumento de precios, la cosecha valorizada de soja va a tener un crecimiento de alrededor de 40% respecto a la campaña anterior.
Y precisó: “Asumiendo que los precios se mantiene en torno a los USD 500 la tonelada. Es un impulso grande pero la mejora en la recaudación puede ser entre 1.200 y 1.400 millones de dólares”.
Cabe destacar que la cotización de la soja en el mercado estadounidense aumentó en tan sólo meses más del 50%, si se tienen en cuenta los USD 346 de hace un año comparados con los valores actuales. En tanto, la creciente demanda de la oleaginosa por parte de los Estados Unidos constituye otro de los motivos que dieron impulso a la cotización, de acuerdo con los especialistas del sector.
El clima seco y las interrupciones de las exportaciones de los países de la región inquietan a inversores, en momentos en que China sostiene su demanda y hay una lenta cosecha en Brasil.
Tasas negativas y brecha cambiaria en estos niveles dificultan que el gobierno pueda financiarse por encima de lo presupuestado con los mejores precios de la soja de los últimos seis años. Es una gran oportunidad, pero hay que ofrecer más a los productores (Ricardo Delgado, CEO de Analytica)
En ese marco, el director de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, dijo a Infobae que este aumento de los precios de los commodities se debe a que los bancos centrales de los países desarrollados han estado inyectando liquidez a través de la emisión para morigerar los costos económicos de la pandemia.
“Eso ha llevado a que las monedas duras como el dólar pierdan mucho valor. Más allá de que los excesos de liquidez sirven para alimentar la demanda internacional, lo cual también colabora a mejorar relativamente los precios”, destacó.
Para el economista, el aumento de las exportaciones puede ser grande y, en consecuencia, consideró que va a ser grande el incremento de lo recaudad por las retenciones.
“La economía va a reactivarse con fuerza gracias a estos vientos favorables. Cuando se dan estos escenarios, los rendimientos en el mundo son tan bajos que en general los países que tiene alto riesgo reciben inversiones por su alto rendimiento,” planteó.
Los ingresos por exportaciones del complejo sojero podrían crecer 37%
Según una proyección de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), los ingresos por las exportaciones del complejo sojero podrían crecer este año un 37% y superar los USD 22.500 millones, debido a la suba del precio internacional de la oleaginosa y sus derivados industriales.
Así, la entidad bursátil prevé que el ingreso por exportaciones de poroto, aceite y harina de soja podría ubicarse en torno a los USD 22.580 millones en la campaña 2020/21, unos USD 6.100 millones más que lo despachado durante el ciclo 2019/20.
Cabe mencionar que los precios internacionales de la soja crecieron de manera sostenida desde mediados del año pasado y que en estos últimos meses su aumento ha tomado un mayor impulso.
Por ejemplo, a principios de 2019 su valor en el contrato de referencia del mercado de Chicago fue de USD 351 la tonelada, a pesar de que el valor mínimo llegó a ubicarse en USD 301,95 durante dicho año.
Sin embargo, a mediados de diciembre, su valor se posicionaba en USD 430 y hoy cotiza en torno a los USD 500, un aumento de US$ 70 en poco más de 20 días.
Para Martín Vauthier, director de Eco Go, un precio más alto de la soja ayuda a la recaudación y a los ingresos fiscales. En ese sentido, dijo a Infobae que parte de esa suba tiene que ver con la hiperliquidez global y otra parte con cuestiones propias de la cosecha en Argentina y en la región.
“Si los mayores precios son reflejo de menores cantidades, eso puede compensar parcialmente los efectos de los mayores precios. Por lo cual hay que seguir de cerca cuáles son las cantidades a exportar. Por otra parte, en un contexto de brecha cambiaria como los niveles actuales y un riesgo país muy elevado, sumado a un balance del Banco Central deteriorado, se limita el potencial que tiene este aumento de precios para contribuir a la recaudación fiscal, las retenciones y el ingreso de dólares al país”, analizó.
Y agregó que una brecha alta implica un desaliento para las exportaciones lo cual se traduce en mayor retención de cosecha y menores exportaciones e ingresos fiscales.
En un contexto de brecha cambiaria como los niveles actuales y un riesgo país muy elevado, sumado a un balance del Banco Central deteriorado, se limita el potencial que tiene este aumento de precios para contribuir a la recaudación fiscal, las retenciones y el ingreso de dólares al país (Martín Vauthier, Eco Go)
Por último, Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina, opinó que va a haber una campaña que va a caer en volúmenes y unos pecios internacionales que van a estar arriba de la campaña anterior.
“Esto implica más recaudación por retenciones. Es una fuente de ingresos adicional para el Gobierno en un año electoral”, remarcó.
Y añadió que el Gobierno podría aprovechar y gastar esos pesos que ingresan de más en vez de bajar el déficit primario. “Esos gastos pueden venir por el lado del covid teniendo en cuenta que estamos en una segunda ola dura con contagios rápidos. Si se fuerza una restricción que impacte en la actividad esos ingresos pueden ir direccionados a otro IFE u otro ATP”, concluyó.
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