Uno de los desafíos para el Gobierno será el de neutralizar en los próximos meses el efecto inflacionario por la intensa inyección de pesos efectuada en diciembre, estacionalmente el de mayor demanda de liquidez por las obligaciones de fin de año y los gastos extra por las fiestas de fin de año y las vacaciones estivales.
La Base Monetaria (circulante, cheques cancelatorios y depósitos de bancos en el BCRA), que es la cantidad de dinero con la que funciona la economía, alcanzaba el lunes 4 de enero un récord histórico de $2.626.749 millones ($2,63 billones), unos $399.474 millones o 17,9% más que el 30 de noviembre de 2019 ($2.227.275 millones).
Para que esta expansión monetaria de 18% no se transforme directamente en un aumento de los precios en el corto plazo será necesario un rápido trabajo de esterilización, al tener en cuenta que a partir de febrero y marzo la demanda de pesos se reduce en forma drástica pasadas las vacaciones y con el reinicio las clases y la actividad laboral.
Para dar una idea del impacto inflacionario que suele tener la emisión de pesos que se vuelca a la economía y no se absorbe con instrumentos de deuda del BCRA, hay que recordar que a lo largo de 2020, en el marco de las medidas de confinamiento y asistencia social por la pandemia, la Base Monetaria tuvo un crecimiento interanual del 42%, próximo a una inflación del 37% anual en diciembre de 2020. Y si se toma la inflación interanual promedio, esta se ubicó en el 43%, aún con mayor correlación respecto de la expansión monetaria.
El crecimiento de la Base Monetaria tiene correlación con la inflación: en 2020 la primera aumentó 42% y la segunda acumuló un alza de 37%
Es por eso que el BCRA emite instrumentos de deuda o pasivos remunerados para absorber el excedente de pesos. Por los Pases pasivos (a un día y siete días de plazo) y las Letras de Liquidez (Leliq-a un mes de plazo) debe pagar una muy elevada tasa de interés de 32% y 38% anual, respectivamente.
Así, la entidad evita una mayor inflación presente, pero esta deuda representa una presión extra para el futuro, en caso de no poder renovar vencimientos cada vez más abultados. Se estima que en 2021 el BCRA deberá pagar un billón de pesos, solo en concepto de intereses por la deuda “cuasi fiscal” que le coloca a los bancos.
En 2020, el stock de pasivos remunerados del BCRA (Pases y Letras de Liquidez-Leliq) trepó a $2.843.343 millones ($2,84 billones), un 139%, para superar a la Base Monetaria, equivalente a unos USD 33.400 millones al tipo de cambio oficial o un 9% del PBI.
Los pasivos remunerados que coloca el BCRA para reabsorber los pesos suman unos $2,8 billones, un 9% del PBI
Un informe de IEB (Invertir en Bolsa) indicó que “históricamente se genera un pico en la demanda real de dinero hacia fines de año, mientras que entre febrero y marzo suelen destacarse las principales caídas en la misma. Esto ha generado dolores de cabeza a varios presidentes del BCRA, que tuvieron que subir agresivamente tasas durante el primer tramo del año o soportar aceleraciones en los ritmos devaluatorios del tipo de cambio”.
Portfolio Personal Inversiones subrayó que “la liquidez hacia adelante será mucha, y sus consecuencias podrán ser las ya conocidas -mayor brecha y presión sobre bienes-. Por ende, el BCRA tendrá que trabajar ‘bastante’ sacándola del mercado: por deuda remunerada en pesos, por venta de AL30 (bono en dólares con ley local en tenencia del Central) o por alguna colocación del Gobierno”, cono bonos del Tesoro a través de los cuales el Ministerio de Economía contribuye a financiar el rojo fiscal sin asistencia del BCRA.
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