Desde hace tiempo la rentabilidad de los productores de economías regionales atraviesa un momento muy complicado, especialmente por la suba de costos y la presión impositiva, donde según los datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) entre agosto y diciembre pasado el precio de los combustibles aumentó un 15%, los insumos se incrementaron por encima de la inflación y la elevada brecha cambiaria afectó el desarrollo productivo de mediano y largo plazo.
Los integrantes del sector privado, en más una oportunidad, reclamaron la eliminación de las retenciones a las economías regionales para que las mismas puedan desplegar todo su potencial, generando divisas y empleo genuino en el interior del país.
En ese sentido, la semana pasada el Gobierno publicó un decreto donde anunció cambios en las alícuotas de retenciones a las exportaciones de cientos de posiciones arancelarias, tanto de bienes industriales como agroindustriales, con una escala diferencia que establece un porcentaje menor para el impuesto según el grado de elaboración que tenga cada producto.
De acuerdo a lo que sostiene el Decreto, “la medida consiste en mantener la lógica de diferenciación por agregación de valor introduciendo una alícuota de 4,5% para insumos básicos industriales, que complementa la escala (...) donde los insumos elaborados y la mayoría de los bienes finales industriales están alcanzados por una alícuota del 3% y del 0%, respectivamente”.
Entre los productores, que antes tributaban retenciones de entre el 5 y el 7% y que a través de la nueva norma se eliminan las mismas, se encuentran las cadenas y productos ovinos, caprinos, huevos, acuicultura, apícola, productos hortícolas, hongos, maíz pisingallo, legumbres, papa y mandioca, frutos secos, frutas tropicales, cítricos, uva y pasas de uva, frutas de carozo, frutas finas, peras y manzanas, té, yerba mate, semillas, quínoa, alfalfa, jugos de frutas, aceites y esencias de cítricos.
En el caso de la lechería, una actividad que desde hace tiempo atraviesa una seria crisis en toda su cadena, se mantuvieron las alícuotas de retenciones del 9% en las exportaciones de leche en polvo, pero además fijó un 4,5% para leches fluidas, quesos, lactosuero y manteca, productos que hasta el año pasado venían tributando una alícuota variable de 3 pesos por dólar FOB (equivalente actualmente a una retención del 3,3% del valor FOB).
“Las retenciones al 30 de diciembre eran de tres pesos por dólar todos los productos. Eso significaba , en su momento, un 5% sobre un dólar de $60. Y con una tarifa diferencial o fija se encontraba la leche en polvo con una retención del 9%. Ahora, esos tres pesos por dólar sobre un dólar de $84 u $85 significaba un 3,6% de retención. Además, todos esos productos que estaban a 3,6% se fueron a 4,5%, lo cual significa una suba de 0,9% en las retenciones de todos los productos excepto leche en polvo”, explicó Jorge Giraudo, referente del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA).
Y agregó: “Lo llamativo es que el consumo interno está en 182 litros sobre 45 millones de habitantes. Eso son 5.800 millones de litros que se consumen en el mercado interno y durante el año pasado se produjeron 11.000 millones, por lo que está absolutamente garantizado el consumo doméstico, por lo cual no se ve con ningún sentido limitar las exportaciones porque no va a haber desabastecimiento. Por otro lado, el gran problema que hay con la lechería es que gran parte se vende en el mercado interno con precios máximos y cuidados, por lo que la vía de escape eran las exportaciones y todo crecimiento adicional y no sobreofrecimiento en el mercado interno iba a venir por exportaciones. El sector pedía que se elimine el 9%. Lejos de eso, para responder en su forma habitual, lo aumenta. Alguien está pagando la baja que se les hizo a algunos sectores”.
Por último, el integrante del Ocla dijo: “De no haber un cambio significativo en precios Máximos y Cuidados y encima se aumentan las retenciones, son dos cosas que van en detrimento de los ingresos del sector y en la posibilidad de mejorarlos. por suerte, la cotización de los precios internacionales en la subasta de Fonterra subieron todos y compensaría un poco esta situación”.
Otros casos
Una situación muy similar a la lechería ocurrió con los vinos, que en 2021 pasan a tributar una retención del 4,5%. Además, las bodegas habían sido beneficiadas en octubre del año pasado con un reintegro del 7% para las ventas externas de vinos fraccionados y espumantes, mientras que en el caso del vino a granel el mismo pasó de 3,0% al 7,0% y en mosto del 2,5% a 7,0%.
En relación a la medida adoptada por el gobierno, el Director Ejecutivo de CAME, Pablo Vernengo, dijo: “No entendemos el criterio que se adoptó para bajar las retenciones en unos productos y subirlas en otros”. Todo esto en alusión, por ejemplo, a la eliminación de la alícuota en el caso del jugo de manzana y, al mismo tiempo, una suba al 4,5% para el jugo de pera. Lo mismo sucede con la eliminación de las retenciones a las exportaciones de semilla de arroz y el mantener las mismas al arroz elaborado.
Un reciente trabajo realizado por la Confederación, denominado el Monitor de Exportaciones de Economías Regionales, se determinó que las producciones regionales tienen un potencial para poder duplicar en el mediano y largo plazo el valor de sus exportaciones, pasando de los actuales 7.200 millones de dólares por año a más de 14.000 millones de dólares.
Entre los diversos complejos productivos que se destacan por tener un gran potencial de crecimiento en exportaciones se encuentran, entre otros, legumbres, cítricos, olivícola, apícola, maní, arroz, peras, manzanas, uvas, lácteos, yerba, carnes, madera y vinos.
Seguí leyendo: