La fuerte depresión que luego de dos años en recesión provocaron las medidas preventivas de covid-19, con limitaciones al movimiento de los trabajadores de actividades decretadas no esenciales, en particular las concentradoras de personas como los espectáculos artísticos, de esparcimiento y deportivos, enseñanza, gastronomía y turismo en general, provocó una severa caída de los puestos de trabajo y cierre de establecimientos.
Para limitar ese impacto sobre el mercado de trabajo el Gobierno nacional impuso la prohibición de los despidos y la penalidad del pago de doble indemnización a las empresas que dispusieran cesantías sin causa de su personal. La medida fue cumplida casi a rajatabla, según mostró la Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo a las empresas del sector privado con más de 10 de trabajadores. Pasó de representar un 18% del total en el promedio de 2019 a un 2% en la segunda mitad de 2020, aunque en noviembre subió a 3,1% de las bajas.
Sin embargo, frente al cierre de diversos establecimientos, en particular de las ramas mano de obra intensiva como la gastronomía y hotelería, esparcimiento, comercio y construcción, así como por efecto de la drástica caída de la actividad en las pequeñas y medianas empresas que desarrollan actividades decretadas no esenciales, la insolvencia financiera, tras más de 9 meses en cuarentena total, inicialmente y parcial en el último tramo del año, la estadística laboral comenzó a registrar niveles récord de “renuncias” y “otras causas”, para sortear la cláusula de prohibición de despidos, la cual sigue vigente.
En el caso puntual del último dato correspondiente al relevamiento de noviembre 2020 en comparación con un año antes, mientras los despidos con causa perdieron 9,5 puntos de representatividad en el total de las bajas de personal del mes, los casos de renuncia se elevaron en 13,9 pp y otras causas en 6,2 pp. De ahí surge que en términos netos las desvinculaciones asociadas a la crisis económica agravada por las medidas preventivas de la crisis sanitaria se elevó en 10,5 puntos porcentuales.
Sin embargo, el informe de la cartera laboral mantuvo su foco en destacar: “en noviembre de 2020, las desvinculaciones se mantuvieron en un nivel históricamente bajo. En el gráfico a continuación, se muestra este fenómeno considerando la variación interanual de la tasa de salida específica según la modalidad legal utilizada en la desvinculación. Al igual que en los meses pasados, la modalidad que muestra la caída interanual más pronunciada es la de despidos sin causa (0,3 puntos porcentuales), el resto presenta contracciones menores al 0,1 pp”.
Incipiente recuperación de puestos de trabajo
En esa línea, la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) dio cuenta de que en noviembre de 2020 el nivel de empleo privado registrado en empresas de más de 10 personas ocupadas creció 0,1% con respecto al mes anterior, siendo “el primer mes con resultado positivo de los últimos 3 años (excluyendo enero que suele mostrar un repunte estacional producto del comportamiento del sector de la construcción en los meses de diciembre y enero)”, y contribuyó a que el total de puestos formales, incluyendo los empleados en el sector público, autónomos, monotributistas, trabajadores en casas particulares y monotributista social, acumulara un semestre con niveles levemente mayores al mes previo, ajustados por estacionalidad.
El total de trabajadores registrados por el SIPA, con poco más de 11,9 millones de personas, acusó una disminución en 244 mil puestos respecto del año anterior
De todas formas, el total de trabajadores registrados por el Sistema Integrado Previsional Argentino, con poco más de 11,9 millones de personas, acusó una disminución en 244 mil puestos respecto del año anterior, casi totalmente en el sector privado asalariado, puesto que en el conjunto de la administración pública aumentó en 4 mil, y creció en 17 mil la franja de los ocupados por cuenta propia; mientras que también se redujo, en 21 mil el personal en casas particulares, tanto en hogares, como en consorcios (encargados de edificio) y de mantenimiento de jardines, piletas, entre otros.
El salario promedio de los trabajadores registrados en empresas privadas fue en octubre de $68.481, unos $56.840 de bolsillo; y $53.400 la mediana ($44.322 en mano), es decir el nivel que divide al total de ocupados en relación de dependencia en mitades, de modo de quitar el impacto de los sectores con valores extremos, como los mineros y de industrias extractivas de petróleo y gas en la franja más alta, y enseñanza, agro y construcción, entre las más bajas.
En ambos casos, tanto en comparación con un año antes como en el promedio del año, aumentaron un par de puntos menos que la tasa de inflación.
La EIL observó también diferencias entre lo ocurrido en el Gran Buenos Aires (GBA), subió 0,1% respecto de octubre; y en el conjunto de aglomerados relevados en el interior del país, alcanzó al 0,3% “donde la estabilización del empleo observada en los meses previos está dando lugar a un proceso de crecimiento moderado”, destaca el informe oficial.
La tasa de incorporación de personal a las empresas (tasa de entrada) alcanzó al 1,3% en noviembre, mostrando un incremento respecto del mes pasado, aunque continúa ubicándose aún en un valor inferior a la media histórica, que fue superior al 2% de la nómina, con una rotación media de un cuarto del total en el año. Por su parte, la tasa de salida se mostró en el mismo valor que los últimos dos meses (1,1 puntos porcentuales), permaneciendo también en los valores más bajos de la serie.
Sobresalió una vez más el mayor dinamismo de los puestos de trabajo por tiempo limitado (contratado), como los incorporados a través de agencias
Si bien se destacó un leve incremento de la nómina, también sobresalió una vez más el mayor dinamismo de los puestos de trabajo por tiempo limitado (contratado), como los incorporados a través de agencias de colocación de personal. En el primer caso pasó de representar el 18,5% a 23,1% del total, y el segundo de 2,7% a 5,5%; por el contrario, cayó de 78,9% a 71,4% los nuevos puestos sin límite de tiempo.
En comparación con un año antes, la única franja que ganó participación sobre el total de incorporaciones en el mes fue la de operarios, pasó de 48,1% a 52,2%, en detrimento de las tres restantes: profesionales se redujo de 5,8% a 5,3%; técnicos de 15,6% a 13,8%; y no calificados de 30,5% a 28,7 por ciento.
En noviembre de 2020, “el empleo privado registrado en la industria manufacturera sostuvo la misma tasa de crecimiento intermensual (0,3%) verificada en octubre, y acumuló 12 meses consecutivos de crecimiento considerable” resalta la EIL, aunque hasta octubre la nómina de 1.088.100 trabajadores en blanco aún estaba 3.000 puestos por debajo del año anterior.
Por su parte, la construcción también mostró la reincorporación de empleos, a una tasa de 0,7% en relación al mes anterior, pero aún contaba con casi 90 mil trabajadores menos que un año antes).
Las empresas más pequeñas mostraron una creación neta de empleo del 0,2%, las más grandes de 0,1 por ciento
“Este mes, todos los tamaños de empresa mostraron estabilidad o crecimiento en sus plantillas en relación a octubre. Las empresas más pequeñas mostraron una creación neta de empleo del 0,2%, las más grandes de 0,1% y las que se desempeñan con una dotación de 50 a 199 personas sostuvieron el nivel del mes pasado. En términos interanuales, todos los tamaños de empresa presentan aún disminución del empleo registrado, siendo las más pequeñas las que más perdieron”, sintetiza la Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo.
Gradual mejora de las expectativas
El relevamiento de opinión la EIL sobre las proyecciones de la nómina de personal en el trimestre diciembre 2020 a febrero 2021 detectó que continúa la mejora en las expectativas de las empresas con más de 10 trabajadores, y, por segunda vez desde el inicio de la pandemia, anotó un valor positivo en términos netos entre quienes presupuestaron incorporaciones y los que previeron bajas (0,8%). “En efecto, del 9,1% de las empresas que declaran que harán cambios en sus dotaciones en los próximos 3 meses, el 4,9% espera aumentarla y 4,1% reducirla”, resaltó el informe.
De ahí surge que poco más de 9 de cada 10 empresas asumió que no registrará cambios en el total de la nómina; 1 de cada 20 la expandirá y sólo 1 de cada 24 continuará con el proceso de ajuste.
También resultó auspicioso la “reducción del personal suspendido con percepción de una asignación no contributiva, que ha sido uno de los instrumentos utilizados para sostener el nivel de empleo asalariado registrado, en un contexto de paralización de parte de la estructura productiva. En los primeros meses de implementación de las medidas de aislamiento social, una proporción relevante del empleo en empresas privadas se encontraba suspendido, sin embargo, junto con la reactivación de la actividad económica se verifica desde junio una reducción permanente”, destaca la cartera laboral.
El porcentaje de empleos suspendidos pasó del 8,8% en mayo de 2020 a 3,8% en noviembre de 2020. No obstante, la incidencia de las suspensiones en el empleo registrado privado sigue siendo elevada en relación a la serie histórica. Desde la perspectiva de las empresas, en noviembre de 2020, el 14% las empresas aplicaron suspensiones, duplicando los valores históricos.
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