La intervención del Banco Central para evitar la suba de los dólares alternativos fue tan intensa como su fracaso. De hecho, el bono que más utiliza la autoridad monetaria para bajar el valor de estos dólares, el AL30, quedó desarbitrado ante el resto de los títulos públicos en dólares que cotizaban entre $ 1 y 1,50 arriba.
“Mientras pueda, el Banco Central va a intervenir en el mercado”, señaló Nicolás Rivas, operador de Buenos Aires Valores (BAVSA) que se sorprendió por las distorsiones que ocasionan estas intervenciones. “No es posible que el dólar Bolsa haya cerrado al mismo valor del contado con liquidación cuando siempre mantuvieron una brecha lógica de entre dos y medio y tres por ciento porque el contado con liquidación tiene el costo adicional de colocar los dólares en el exterior”, agregó.
Lo cierto es que los dólares alternativos abrieron con fuerza la primera rueda del año y en media hora de operaciones sus alzas rozaban 3%. En ese momento apareció el Banco Central con una fuerte masa de bonos. No pararon de vender en toda la rueda. No les importó sacrificar la paridad del AL30 ni que aumentara el riesgo país. La consigna era bajar al dólar y mantenerlo alrededor de $ 140. Pero a pesar de los esfuerzos, no lo consiguieron: el contado con liquidación y el dólar Bolsa o MEP, cerraron en $ 142,33. El dólar bolsa aumentó 1,7% y el contado con liquidación 1,5%.
Pero mientras desaparecía la brecha entre ambos dólares alternativos, se formaba otra entre el dólar Bolsa y el dólar libre o “blue”. Este último, que había tocado $ 170, no se pudo sostener en ese valor y cerró un peso por debajo de la rueda anterior a $ 165. Faltaron pesos para sostener la suba y muchos eligieron comprar el cupo de USD 200 en los bancos a $ 147,68. Pero el “puré” se armó igual. Hoy comprar dólar MEP y venderlo en la plaza libre, deja una diferencia de $ 20 por dólar y no hay límites ni cupos. Con USD 1.000 se pueden ganar $ 20 mil en un rápido cambio de manos. Por eso, la demanda de dólar MEP fue tan elevada al punto que se operaron USD 28,9 millones. Del contado con liquidación se hicieron menos operaciones de las habituales, apenas USD 53,4 millones.
El cepo está dejando flancos descubiertos para hacer negocios con la tasa y la diferencia de precio entre los distintos dólares. Por caso, en el mercado de futuros el dólar a fin de marzo cotiza a 96,85 lo que da una diferencia de $12,14 o 14,31% con el dólar presente que significa una tasa de 4% mensual, más elevada que la que se puede conseguir en el sector financiero.
A todo esto, el dólar mayorista subió 21 centavos a $ 84,72. El Banco Central cambió de criterio y desaceleró el ritmo de devaluación que correspondía a cuatro ruedas de operaciones. De todas maneras, compró USD 30 millones que ayudaron a que sus reservas crecieran USD 72 millones a 39.481 millones. En la suba de las reservas el mayor contribuyente fue el oro que aumentó 2,68% a USD 1.942 por onza troy. También jugó a favor la suba del euro, ya que el dólar cayó 0,03% frente a las seis principales monedas del mundo.
La caída de los activos de riesgo en el mundo fue notable. Las Bolsas de Nueva York cayeron hasta 1,48% como fue el caso del S&P 500. Por eso, los inversores emigraron a activos de refugio como el oro.
Los bonos argentinos fueron víctimas de esta aversión al riesgo y de la elevada venta de títulos por parte del Banco Central. Los títulos con ley extranjera, que marcan el ritmo, cedieron hasta 3% e hicieron que el riesgo país aumentara 28 unidades (+2%) a 1.400 puntos básicos.
La Bolsa padeció el mal clima de negocios que dejó la suspensión de las exportaciones de maíz y la crisis de las empresas de medicina prepaga por la anulación de aumentos pactados. Las señales de intervención con el congelamiento de tarifas y la inminente importación de gas, preanuncia que la escasez de dólares será mayor. No solo faltarán divisas por la suba de importaciones de energía, sino por la retracción de los exportadores ante la falta de reglas claras. El conflicto con el campo jugó un rol central en la decisión de los inversores.
Por eso el S&P Merval, el índice de las acciones líderes cedió 0,97% con un escaso monto de negocios por $ 835 millones. La mayor baja correspondió a Telecom (-4,63%) seguida de Loma Negra (-4,18%) y Banco Macro (-3,83%). El alza que sorprendió fue la de Ternium (+7,57%). Pero esta empresa está radicada en Texas y la apuesta es a su balance porque se espera un mejor precio del petróleo.
En tanto, los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en Nueva York- se desplomaron. Edenor (-8,492%), Cresud (-8,14%) y Loma Negra (-6,99%) fueron los más afectados.
El año comenzó con pesimismo y las distorsiones en el mercado financiero se están extendiendo haciendo temblar al cepo. El movimiento de los dólares alternativos fue una señal de alerta en el mercado. Pocos creen que habrá “veranito cambiario”. Por el contrario, suponen que al Banco Central le vas a costar cada día más, mantener en caja al dólar.
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