La balanza comercial bilateral con Brasil de diciembre fue levemente deficitaria en USD 20 millones, con lo cual el año culminó con un rojo de USD 700 millones y revirtió el superávit de USD 760 millones que había logrado el país en 2019, de acuerdo con las cifras oficiales del país vecino.
El reporte, reseñado por la consultora Ecolatina destacó que en el último mes del año el déficit de USD 20 millones fue resultado de una caída de las exportaciones (-15%) ubicándose en USD 770 millones y un incremento (11%) de las exportaciones, rozando USD 790 millones.
De esta forma, el saldo acumulado anual arrojó un déficit de USD 700 millones, esfumando el superávit de USD 760 millones logrado en 2019.
Las perspectivas macroeconómicas de ambos países hacen prever una balanza comercial bilateral al menos equilibrada para 2021, cerrando una fuente de sangría de dólares
“La desaparición del resultado positivo obedeció íntegramente al desplome de las exportaciones (-26,1% interanual), muy golpeadas por la crisis de la economía y especialmente la industria brasileña, ya que las importaciones retrocedieron 13% interanual en el último año”, sostuvo la consultora.
No obstante, las perspectivas macroeconómicas de ambos países hacen prever “una balanza comercial bilateral al menos equilibrada para 2021, cerrando una fuente de sangría de dólares”, agregó Ecolatina.
Más allá de esta caída, se destacó en el informe la aceleración de los últimos meses (15% interanual entre septiembre y diciembre), explicada no solo por un menor impacto del coronavirus en la producción local, sino también por la elevada brecha y expectativas de devaluación que alentaron el adelantamiento de importaciones.
La desaparición del resultado positivo obedeció íntegramente al desplome de las exportaciones (-26,1% interanual), muy golpeadas por la crisis de la economía y especialmente la industria brasileña, ya que las importaciones retrocedieron 13% interanual en el último año
“Aunque una parte no menor del mal desempeño exportador se explicó por la pandemia, también hubo factores propios de la economía argentina”, analizó el trabajo. En este sentido, sobresalió que el resto de las compras de la economía brasileña cayeron 9,4% interanual en 2020, mostrando que el desempeño de la Argentina estuvo por debajo del promedio.
Como resultado, la participación del país en las importaciones brasileñas pasó de 6% en 2019 a menos de 5% el año pasado, el menor valor desde el 2000.
Ecolatina analizó que producto de la pandemia y la división entre ramas de actividad esenciales y no-esenciales, la industria automotriz brasileña tuvo un año particularmente malo y las compras al exterior de autos livianos se desplomaron casi 50%, las de autopartes 40% y las de vehículos pesados 35 por ciento.
Dado que este segmento es uno de los de mayores flujos de comercio bilateral, explica parte importante de la caída.
La participación del país en las importaciones brasileñas pasó de 6% en 2019 a menos de 5% el año pasado, el menor valor desde el 2000
Además, el abaratamiento del real brasileño pudo haber traído algunos problemas para el país en materia de competitividad.
“Aunque no habría sido deseable devaluar de manera más acelerada para seguir a la primera moneda del Mercosur, por el impacto que habría tenido sobre los precios y los salarios, el comportamiento de ambas monedas pudo haber generado sustituciones de producción argentina por brasileña”, consideró.
Pero el trabajo destacó que la cuarentena que se impuso en el país complicó a la oferta durante varios meses, especialmente durante el segundo y tercer trimestre.
Pero aún flexibilizadas las restricciones operativas, “las expectativas de devaluación y una brecha en torno al 100% invitaron a posponer las ventas al exterior y alentaron su subfacturación”, alertó.
De cara al 2021, “las perspectivas son más alentadoras” anticipa el informe al señalar que “la pandemia debería ceder y las restricciones operativas ser menores, de modo que las exportaciones crecerán, al menos, por el efecto base de comparación”.
Al respecto, se consideró que “las perspectivas de recuperación de la economía brasileña deberían traccionar parte de las compras al país”, marco en el cual proyectó que 2021 cerrará con “una balanza comercial bilateral al menos equilibrada, cerrando una fuente de sangría de dólares”.
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