El ex ministro de Economía Domingo Cavallo criticó con dureza la gestión económica del Gobierno y dijo que a Alberto Fernández y a Martín Guzmán “solo les queda rezar” por un precio alto de la soja, un clima favorable, una buena cosecha y ciertas conductas gremiales y sociales, entre otras condiciones para que ingresen dólares al país y no haya una excesiva presión fiscal e inflacionaria.
En un posteo realizado en su blog, el ex ministro durante las presidencias de Carlos Menem y Fernando De la Rúa dijo que el objetivo de Cristina Kirchner es “que el Gobierno aplique las políticas de Kicillof del período 2012 a 2015: controles de cambios, controles de precios y congelamiento de las tarifas de los servicios públicos, ahora ampliados para incluir a las telecomunicaciones”, dijo.
La vicepresidente, dijo, qo querrá este año hacer “ninguna concesión a los requerimientos del FMI de reducción del gasto público y reformas estructurales. Y, por supuesto, ni hablar de salto devaluatorio en el mercado oficial ni esfuerzos para cerrar la brecha cambiaria”.
Cavallo opinó que el Gobierno podría evitar una explosión inflacionaria antes de las elecciones legislativas de 2021 pero no antes de las presidenciales de 2023.
En ese contexto, Cavallo cuestionó a la gestión económica: “Al presidente y su ministro de Economía sólo les queda rezar para que siga aumentando la soja, que el clima acompañe y haya una buena cosecha”, comentó. Además, aseguró que Poder Ejecutivo necesitará que “que los gremios de los sectores que sigan deprimidos, no reclamen la continuidad del programa ATP con manifestaciones violentas, acompañados por los sectores de la economía ‘popular’”, agregó.
“Estos seguramente reclamarán la continuidad del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el resto de los programas sociales con los que se trató de paliar el efecto de la pandemia sobre el empleo y los ingresos familiares. Todo esto, bajo el supuesto de que el proceso de vacunación pueda llevarse a la práctica con razonable efectividad y estemos asistiendo, como lo ha manifestado el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, al ‘principio del fin de la pandemia’”, dijo el ministro autor de la convertibilidad.
Sobre la inflación, Cavallo aseguró que el Gobierno de Alberto Fernández “dirá que estará contribuyendo a que baje, o que, al menos, no aumente, a través de los controles de precios y la moderación en el ajuste cambiario, como lo hicieron entre 2012 y 2015. Insistirán que el salto del umbral del 25% de aquellos años al 50% del presente, es consecuencia de las políticas de endeudamiento de Macri”, consideró.
Al presidente y su ministro de economía sólo les queda rezar para que siga aumentando la soja, que el clima acompañe y haya una buena cosecha.
Y respecto al déficit fiscal, el ex ministro anticipó que será “olímpicamente ignorado”. “La emisión monetaria tratará de neutralizarse con la colocación de deuda a tasas mucho más altas que las de las LEBACs de Macri, pero que serán escondidas en operaciones de conversión de las deudas en pesos que vayan venciendo a deudas en dólares y ventas de deudas en dólares que aún están en el activo de la Anses”, cuestionó.
“Mi impresión es que el gobierno podrá evitar un descontrol cambiario y una explosión inflacionaria antes de las elecciones de octubre, pero no creo que, si luego de las elecciones no cambia de estrategia económica, pueda evitarlo antes de la elección presidencial de 2023. Este riesgo no es tomado en cuenta por Cristina, porque ella cree que las reformas institucionales que piensa impulsar le permitirán continuar en el poder aún en un contexto de desastre económico” resumió.
La reforma que planea Cristina, según Cavallo
Para el ex funcionario, la vicepresidenta planea una serie de reformas institucionales “siguiendo las ideas y la praxis de los gobiernos que se enrolaron en el ‘Socialismo del Siglo XXI’”, dijo. “En muchas oportunidades Cristina Kirchner manifestó su admiración por los tres ex presidentes (Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa), pero siempre se mostró más identificada con el ecuatoriano”, opinó Cavallo.
“Inspirado en la estrategia venezolana de Hugo Chávez y animado también por la experiencia de Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa, apenas elegido presidente de Ecuador en 2007, disolvió el Congreso y convocó a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva constitución. Apenas reunida esa Asamblea, que logró integrar con una amplia mayoría de sus partidarios, llamó a elecciones para elegir a la Asamblea Nacional que reemplazaría al Congreso. Aprobada en un referéndum, la nueva constitución le permitió cambiar la Corte de Justicia, gobernar durante 10 años y elegir a su sucesor”, rememoró.
En muchas oportunidades Cristina Kirchner manifestó su admiración por los tres ex presidentes (Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa), pero siempre se mostró más identificada con el ecuatoriano.
“Le falló la lealtad incondicional que él esperaba de Lenín Moreno, quien decidió imponer su sentido de responsabilidad y negar el apoyo para lograr la impunidad que le demandaba el ex presidente. Tampoco logró que los integrantes de la Corte Nacional de Justicia le siguieran respondiendo cuando dejó la presidencia”, continuó.
Y dijo que la elección de Alberto Fernández para presidir el país puede estar vinculado a esa idea imitadora del modelo ecuatoriano. “Es probable que cuando decidió postular para presidente a Alberto Fernández, Cristina haya tomado recaudos para asegurarse que el personaje no se le transformaría en un Lenin Moreno. Entre paréntesis, ahora en Ecuador, Rafael Correa, que ya tiene condenas en firme por corrupción, está imitando a Cristina para volver al poder: ha postulado a un candidato, Andrés Arauz, al que planea controlar con más eficacia que a Lenín Moreno”, escribió el economista.
“Hace algunas semanas la vicepresidenta recibió a Arauz en su despacho del Senado, lo que pone de manifiesto la cercanía política de Cristina con Correa. No caben dudas de que conversan sobre sus respectivas experiencias, no sólo sobre cómo controlar a quienes promueven a la presidencia, sino sobre los riesgos de que los nuevos jueces, aun habiendo sido designados por ellos, puedan negarse a brindarles impunidad si pierden el poder.
A principios de diciembre, Cavallo había afirmado que el Gobierno “puede evitar un Rodrigazo, pero lo que no va a evitar es una alta inflación”. “Todo lo que vengo diciendo apunta a que el gobierno advierta los desajustes que tiene que resolver o corregir y lamentablemente su discurso general, incluso el hecho de que aparecen enfrentados distintos integrantes del gobierno, esta heterogeneidad de visiones y objetivos hace que no se pueda ver con claridad lo que va a ocurrir en el futuro”.
Tal como van las cosas, sostengo que la inflación del año próximo no va a ser inferior al 50%.
Según Cavallo, “ahora el Ministro Guzmán claramente quiere implementar ajustes, no lo llaman así pero la verdad que las cosas que está diciendo significan hacer ajustes, que son necesarios, políticamente costosos y van en contra de lo que habían sido los anuncios preelectorales, pero en seguida salen opiniones que desmienten lo que dice el ministro”.
“Todo eso crea mucha incertidumbre”, prosiguió Cavallo. “Yo creo, de todas maneras, que pueden evitar un rodrigazo, pero lo que no van a evitar es una alta inflación. Tal como van las cosas, sostengo que la inflación del año próximo no va a ser inferior al 50%”.
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