Mediante un comunicado, las Bolsas de Cereales y de Comercio del país, integrantes de la cadena comercial de cereales y oleaginosos, también manifestaron su preocupación por la intervención en el mercado de maíz: “Poner un límite a las exportaciones es una medida que va en el sentido opuesto a la necesidad de una economía en crisis y necesitada de divisas”, dijeron.
El pronunciamiento fue realizado por las siguientes entidades: Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Bolsa de Cereales de Córdoba, Bolsa de Cereales de Entre Ríos, Bolsa de Comercio de Chaco, Bolsa de Comercio de Rosario y Bolsa de Comercio de Santa Fe.
Además, advirtieron que con las exportaciones de maíz proyectadas en 37,5 millones de toneladas para esta campaña, y con el cierre del registro de declaraciones juradas en 34,2 millones de toneladas, la Argentina perdería 810 millones de dólares en concepto de exportaciones y afectaría la credibilidad de nuestro país como proveedor confiable en el mercado internacional.
“El avanzar con el cierre de las exportaciones de maíz genera dudas y especulaciones entre nuestros principales clientes. Asimismo, de acuerdo a estimaciones públicas y de las Bolsas, la situación de la oferta y la demanda de maíz reflejan existencias que se encuentran muy por encima de las necesidades del mercado doméstico y la exportación”, agregaron.
En otra parte del comunicado, desde las entidades cuestionaron la política oficial de intervenir en los mercados. Al respecto, opinaron: “Las múltiples formas de intervención explícita o implícita que se han aplicado por parte del Estado no han conseguido sus objetivos y, por otra parte, han generado que, en la operatoria diaria, los sectores se encuentren enfrentados entre sí, resultando en un juego de perder - perder”.
“Nuestro país ha desarrollado desde hace más de 160 años mercados institucionalizados tanto de mercadería física como de futuros, en los cuales todos los sectores de la demanda pueden confluir en iguales condiciones, posibilitando la formación de precios de manera transparente, mejorando las perspectivas de los cultivos, sin poner en riesgo el abastecimiento interno ni los precios de los productos derivados de los mismos”, concluyó el pronunciamiento.
Comienzan las Asambleas de productores
Para expresar el rechazo a la decisión del gobierno de cerrar las exportaciones de maíz, el campo comienza a movilizarse mediante la organización de diferentes asambleas de productores a partir de la semana que viene.
Horas atrás, los integrantes de la Asociación Argentina de Productores Autoconvocados anunciaron la realización de Asambleas a partir de los primeros días del año próximo, cumpliendo estrictos protocolos de seguridad y prevención por el coronavirus.
Las reuniones de productores que ya están confirmadas son las siguientes: 6 enero en Bell Ville, provincia de Córdoba; 7 de enero en Pergamino; 8 de enero en el cruce de la AO 12 y Ruta 34 y el 9 de enero en el cruce de la Ruta N9 y 178 en Armstrong, provincia de Santa Fe.
Al momento de anunciar la puesta en marcha de medidas de acción gremial, los autoconvocados afirmaron: “Hoy cierran las exportaciones de maíz, mañana serán las de trigo y después las de la carne y seguramente, como antes, el gobierno culpará a los productores de la sojización, pero nosotros tenemos la conciencia limpia porque sabemos cómo son las cosas, seguiremos gritando nuestra verdad para que siga siendo escuchada”.
“No volver a cometer los errores del pasado”
Al momento de anunciar el estado de alerta y movilización, los dirigentes de la Mesa de Enlace de Entidades Agropecuarias Regional Córdoba, recomendaron a los funcionarios que deciden en materia económica y de política agropecuaria, “no repetir los mismos errores de un pasado demasiado cercano en el tiempo, cuyas consecuencias derivaron en la virtual desaparición de cultivos extremadamente importantes para la estabilidad y sustentabilidad del sistema productivo cordobés”, manifestaron.
Y además señalaron: “Con el pretexto de asegurar el abastecimiento del grano a sectores que lo utilizan como materia prima en sus procesos de transformación, vuelve a esconderse el objetivo perverso de transferir recursos desde el eslabón productivo a los sectores industriales, mecanismo probadamente fracasado que sólo fue capaz de desmotivar, hasta su virtual exterminio, la producción de aquellos cultivos cuyos mercados fueron intervenidos en el pasado con medidas de similares alcances”.
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