Ariel Schale, secretario de Industria: “Sin coordinación para usar eficazmente los dólares, vamos a generar una retracción de la actividad”

El funcionario del Ministerio de Desarrollo Productivo realizó un balance del año en pandemia y se mostró optimista de cara al 2021, aunque afirmó que la restricción externa es un gran desafío

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El secretario de Industria, Ariel
El secretario de Industria, Ariel Schale, se mostró optimista de cara al 2021 y dijo que la actividad manufacturera no requiere más asistencia

Como la mayoría de los sectores productivos, la industria tuvo este año que termina una brusca caída producto de la pandemia y el aislamiento obligatorio. Pero también fue una de las actividades que a partir de julio comenzó a mostrar una marcada aunque heterogénea recuperación, con rubros que ya están creciendo por encima de los niveles de 2019. Sin embargo, los problemas macroeconómicos con los que la Argentina se enfrentaba antes de la irrupción del coronavirus, y que se vieron agravados a partir de marzo, son los que hoy le ponen un manto de duda a la capacidad de rebote de la actividad.

“Terminamos el año con expectativas muy fuertes; hoy ya estructurando una agenda de problemas que devienen del crecimiento, no de la crisis”, sintetizó el secretario de Industria, Ariel Schale. En una entrevista concedida a Infobae, el funcionario realizó un balance del año de gestión, dominado por el Covid, se mostró optimista de cara al 2021 y remarcó la agenda del crecimiento requiere de un nivel de coordinación del gabinete económico muy importante para usar eficiente y eficazmente el recurso escaso, que son las divisas.

-Hoy los empresarios cuestionan que bajó la autorización de importaciones, pero la balanza comercial de noviembre mostró un superávit reducido producto de un crecimiento de las compras al exterior. ¿Qué reclaman los industriales?

-Básicamente, el pedido puntual es que el cupo de acceso al mercado libre de cambios para pagar insumos al exterior no es lo suficientemente importante como para poder comprar todo lo que el nivel de producción actual requiere.

-¿Y cómo lo están manejando desde el Gobierno?

-No hay un método. Hay un esquema de coordinación del gabinete económico donde ya se está planteando esto, porque esa agenda nos requiere un nivel de coordinación muy importante para usar eficiente y eficazmente el recurso escaso, que son las divisas. Y esas divisas tienen que estar abocadas prioritariamente a la compra de insumos y de bienes de capital. Sin esa instancia de coordinación, vamos a generar un esquema de retracción de la actividad.

-El Gobierno ya venía priorizando a la producción para el acceso a los dólares. ¿Qué más se puede hacer cuando no hay divisas?

-Política económica. Hace varios días que estamos comprando divisas. Estamos haciendo política monetaria, fiscal e industrial, todo apuntando a la consistencia macroeconómica, acumulando reservas para tener los dólares que nos va a pedir el crecimiento que estamos teniendo. Terminamos el 2020 con niveles en la industria superiores al macrismo. En el último trimestre, estamos 3 o 4 puntos arriba del 2019. Para 2021, tenemos un escenario de alta probabilidad de un entorno macro mucho más estable que en 2020, gobernanza del mercado cambiario y monetario, y resultados positivos en materia sanitaria por la vacuna. Con gobernanza del tipo de cambio y vacuna, los niveles de crecimiento en la Argentina van a ser muy buenos.

Schale afirmó que la norma
Schale afirmó que la norma que prohíbe los despidos es "cada vez más coyuntural"

-Mencionó el reclamo para que aumente el cupo para pagar importaciones pero, ¿qué sucede con las autorizaciones, que dependen de su área?

-Vamos a tener un potencial de crecimiento mucho más grande que el que la restricción externa nos va a permitir consagrar. Debemos ser muy eficientes en el uso del recurso escaso. ¿Qué genera eso en la micro? Incomodidad. Tengo mil bidones vendidos y tengo insumos para 800. Pero esa persona el año pasado vendía 20. Su disconformidad es por las 200 que le falta para llegar a los 1.000. Tenemos que saber valorar que estamos ya con niveles de actividad muy concretos, muy fuertes y con un sendero de sustentabilidad económica.

¿Ve un escenario de especulación cuando los empresarios piden que les autoricen importaciones?

-Yo no creo en cuestiones conspirativas. Lo que hay es que los actores económicos argentinos han desarrollado, tras sucesivas crisis tan riesgosas que ocurrieron en la Argentina, un instinto de supervivencia muy grande que hace que frente a coyunturas inestables, se preserven. Veo más actitudes de preservación, pero también gente que lee muy bien el entorno, que va por arriba de la estabilidad y avanza, y esos van a ser los que van a ganar. Si bien fue un año crítico, lo termino muy contento porque lo que vemos son vectores de inversión inéditos.

-¿Cuál es entonces el balance que hace del 2020?

-Fue un año de administración de una doble crisis: la de la desindustrialización del gobierno anterior, y luego la crisis pandémica. Eso fue el año, siempre focalizado en tomar las medidas pensando en la reactivación económica que sigue siendo el objetivo focal de las políticas llevadas adelante por el ministerio. Pero veníamos de una crisis. A diciembre de 2019, teníamos 22 meses consecutivos de destrucción del nivel de actividad. A todo el que producía algo le fue mal. Y eso no se vio nunca; ni en los ´90. La pandemia nos encapsula la agenda de desarrollo industrial para atender a la asistencia. Y la política industrial tuvo un rol central: construimos una serie de instrumentos que nos permitieron tácticamente desplegarlos en ese momento para que nuestros industriales pudieran llegar a la otra orilla. No lo habrían podido hacer sin herramientas como el ATP o el IFE.

Los actores económicos argentinos han desarrollado, tras sucesivas crisis tan riesgosas que ocurrieron en la Argentina, un instinto de supervivencia muy grande que hace que frente a coyunturas inestables, se preserven (Ariel Schale)

-Ambos programas finalizan este año, ¿cómo los reemplazarán? ¿sólo están pensando en los REPRO?

-No estoy viendo en los industriales un requerimiento de asistencia, sino todo lo contrario. La industria empezó a despegar en julio/agosto. Entre agosto y septiembre, se comenzó a recuperar flujo de caja, las ventas. Yo no veo, salvo casos puntuales, y para eso está el Repro, ninguna necesidad en el ámbito de la industria. Terminamos el año con expectativas muy fuertes, hoy ya estructurando una agenda de problemas que devienen del crecimiento, no de la crisis.

-Los empresarios ven señales contradictorias entre el Ejecutivo y el Congreso, que ha sancionado leyes que molestan a los inversores. ¿Cómo se convive con este Parlamento?

-La convivencia es muy fácil. Nosotros estamos obligados a la gestión. Y la gestión nos focaliza en dos cuestiones básicas: la pandemia y la reactivación económica. Allí está todo nuestro esfuerzo y despliegue, y esa centralidad está dando un impacto micro muy importante que va a generar un esquema generalizado de perspectivas concretas de crecimiento. Hoy la industria está generando empleo, está generando inversiones, está vendida a tres meses.

-Frente a este escenario auspicioso, ¿qué pasará con la norma que prohíbe los despidos?

-Creo que cada vez es más coyuntural la prolongación de esa norma.

-¿Se termina?

-No lo sé, la definición está en el Ministerio de Trabajo. Lo que vamos a seguir haciendo es fortaleciendo la política industrial para que otorgue consistencia al entorno macroeconómico futuro. Tenemos que ir desarrollando aquellos eslabones industriales que, si no los desarrollás hoy, serán demanda de dólares futuros; y esos dólares no van a estar. Allí está todo el esquema de electromovilidad; va a haber un proceso de trasvasamiento entre combustión interna y electrificación y nosotros queremos tener una agenda muy ambiciosa a partir de 2021 porque entendemos que la Argentina tiene todas las características para ser la plataforma de proyectos de inversiones en ese rubro. Queremos tener un set de incentivos muy fuertes para que las automotrices no duden de que la Argentina es el mejor lugar para invertir de la región.

Terminamos el año con expectativas muy fuertes, hoy ya estructurando una agenda de problemas que devienen del crecimiento, no de la crisis (Ariel Schale)

-¿Imagina un escenario de otro lock down frente a un rebrote del Covid?¿Tiene plan B el Gobierno?

-La pandemia no pasó. Vivimos en un entorno pandémico y vivimos la política industrial supeditados a la sanitaria. Todo lo que estamos haciendo hoy es bajo la restricción de política sanitaria. Tenemos protocolos vigentes en cada unas de las fábricas. Tenemos plantas trabajando a dos turnos cuando podrían hacerlo a tres; y tenemos al 20% de nuestra dotación industrial en sus casas por ser personal de riesgo. Estamos viviendo en plan B. No pudimos consagrar el plan A. Evaluamos todos los días la situación sanitaria y su convivencia con la actividad económica. Por suerte, ya tuvimos la experiencia.

-¿Cómo imagina que pueden repuntar las exportaciones, claves en la generación de dólares genuinos?

-Tenemos un desafío enorme en la materia. Somos el gobierno con el récord de exportaciones (USD 85.000 millones) en 2011, y el 70% eran manufacturas. Sabemos cómo generar y desplegar política comercial. Las exportaciones enfrentan dos desafíos: uno es el despliegue del proteccionismo global en el comercio internacional, enorme y potenciado durante el Covid y pos Covid. Tuvimos que mandar aviones para cargar bienes de capital a China porque no teníamos asegurado de que en los puertos de traslado nos carguen la mercadería. Hoy tenemos una Argentina que no le puede exportar limones hasta abril a Europa. Es un mundo hiper proteccionista que se está desenvolviendo con más de 65.000 medidas que restringen el flujo comercial internacional. El segundo motivo es que quedó suspendida toda la infraestructura de ferias y exportaciones, que era el vector de la promoción industrial argentina con una gimnasia enorme.

-¿Evalúan seguir bajando los derechos de exportación como medida de impulso?

-Es un tema de hacienda. Estamos todos en una coordinación. El despliegue y el enorme esfuerzo fiscal que se ha hecho para asistir a la crisis nos pone un freno en nuestras ambiciones de política industrial, un freno en la velocidad del sendero al que queremos ir. Estamos acompañando las exigencias de Hacienda y Hacienda acompañada las ambiciones de Industria.

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