El Gobierno extendió por 360 días una medida de protección de la industria local del acero que suspende las exportaciones de desperdicios y desechos de hierro y acero, además de otros productos. La medida, defendida por los industriales, rige desde 2009 y aísla al mercado local de esos insumos de los precios internacionales y les evita de esa manera tener que competir con compradores de otros países para hacerse de ellos.
El Decreto 1040/2020 suspendió la exportación de 9 posiciones arancelarias, más que nada chatarra y deshechos metalúrgicos del hierro, acero, cobre, aluminio y varios otros similares. Lleva la firma del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas y el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Entre los considerandos, la norma cita “que la industria siderúrgica argentina utiliza desperdicios y desechos de hierro y acero como insumo, junto con el mineral de hierro, para la elaboración de acero” y que “por razones estructurales nuestro país carece de un abastecimiento fluido de chatarra de hierro y acero, por lo que la industria siderúrgica ve afectado el aprovisionamiento de este insumo para su desenvolvimiento”.
La tonelada de chatarra de hierro en London Metal Exchange se disparó casi 45% interanual a precios de fines de este año
Además, que “la recuperación de metales constituye una meta deseable desde el punto de vista ambiental y que el comercio internacional de los mismos se ha incrementado significativamente en los últimos años”.
Consultadas al respecto, fuentes del Ministerio de Desarrollo Productivo dijeron a Infobae que “suspender la exportación apunta a aumentar la oferta de metales básicos y en consecuencia llevar a la baja sus precios en el mercado interno”.
“De esta forma se busca mejorar no sólo la competitividad de las empresas metalúrgicas sino también la de todas aquellas industrias a lo largo de la cadena de valor que requieren de acero, cobre y/o aluminio para su producción”, agregaron desde la cartera que conduce Kulfas y concluyeron: “Es por eso que se procedió a continuar con la suspensión de las exportaciones, tanto definitivas para consumo como también con destinación suspensiva temporaria, de desperdicios de hierro, acero, aluminio y cobre que clasifiquen en las respectivas posiciones arancelarias”.
La medida data del año 2009, y se prorroga año a año desde entonces. Pero este año la medida era más intensamente impulsada por fundidores y empresas siderúrgicas. De la mano del repunte global de las materias primas posterior al golpe que les propinó el “coronacrash” del primer trimestre del año, el valor internacional de las distintas formas de chatarra industrial se disparó.
La tonelada de chatarra de hierro en London Metal Exchange se disparó casi 45% interanual a precios de fines de este año. Contra esos costos se quiere blindar la industria local.
Según contaron a Infobae fuentes del sector es una medida solicitada por la cámara de fundidores y defendieron que el uso de la chatarra es fundamental para la fabricación y exportación de productos de mayor valor agregado como ser componentes para la industria automotriz, maquinaria agrícola, motopartes, maquinas y equipos.
“Argentina en principio necesita de estos materiales para producir, es imposible producir, en especial en un país en el que yo diría que no es un país minero sino un país con minerales. No tiene bauxita, no tiene mineral de hierro con la calidad que corresponde, no tiene magnesio, no tiene cromo y muchos otros insumos”, dijo Guillermo Alberto Susini, gerente general de la Cámara de Industriales Fundidores de la República Argentina (Cifra).
“El precio internacional esta volando porque subió el precio de los commodities, y en la medida en que haya recuperación económica empiezan a subir y ahí nos vemos altamente perjudicados. Si vendemos chatarra y compramos lingotes puros vamos a ir mal, el objetivo es garantizarle a la industiria la materia prima correspondiente”, agregó Susini.
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