Así como llevó al abismo a muchas actividades económicas, como el turismo o la gastronomía, la pandemia de covid-19 empujó al sector fintech hasta transformarlo en uno de los pocos que puede considerarse ganador en un año amargo para la economía local y global. La demanda de servicios digitales que trajo la cuarentena, la actualización de su normativa por parte del Banco Central, la accesibilidad de la tecnología y la expansión global de su actividad confluyeron para que los servicios financieros prestados a través de la tecnología aceleren su crecimiento en el país.
Aún considerando que se trata de un sector pequeño en términos relativos, tiene todo el viento a favor. Así lo refleja el estudio Ecosistema Fintech Argentino 2020, en el que se asegura que “a pesar del contexto macroeconómico desde mediados de 2018 y de la crisis sanitaria generada por la pandemia covid-19, la industria siguió creciendo, tanto en cantidad de jugadores como en volúmenes de actividad y oferta de servicios”. El estudio fue realizado por Deloitte, con la financiación de BID Lab, la coordinación de Afluenta y la colaboración de la Cámara Argentina de Fintech.
En una investigación similar hecha en 2018, el ecosistema fintech del país tenía 133 empresas, mientras que hoy tiene 268, por lo que en dos años duplicó la cantidad de jugadores. “Al analizar esta evolución en forma comparativa con el estudio anterior, vemos que la situación que se observaba en 2018 no presentaba un crecimiento tan marcado en los últimos años, sino que mostraba una foto con un crecimiento más gradual entre los años 2012 y 2017”, apuntó el informe.
En 2018, el ecosistema fintech del país tenía 133 empresas, mientras que hoy tiene 268
En cuanto al año de fundación de las empresas, en los últimos dos años surgieron 35 compañías. Casi el 60% de las compañías se crearon entre 2017 y 2020. La mayor aparición de compañías se dio en el segmento de los pagos digitales, que pasaron de 32 en 2018 a 64 en 2020.
“El gran dato que deja este informe es el crecimiento inaudito durante casi tres años en que la economía argentina fue de mal en peor. Desde abril y mayo de 2018, con el dólar que saltó de $20 a $40, hasta que llegamos de nuevo al FMI, las PASO trajeron otro salto cambiario y este año con el Covid-19, no hay un solo sector en la economía argentina que registre números que se puedan siquiera comparar al desarrollo que tuvo el sector fintech”, dijo a Infobae el docente e investigador de la UCA y la UBA, Ignacio Carballo.
El experto destacó que otro dato clave que deja el mapa fintech de 2020 es que el segmento preponderante dejó de ser el de préstamos y pasó a ser el de pagos digitales, como ocurre en el resto de América latina. “Esto tiene vinculación con el impulso que tuvieron los medios de pago electrónicos en toda la región por causa de la pandemia pero también tiene un ingrediente local vinculado a la normativa que los favoreció. Otro rasgo saliente del informe es la transformación de este sector, de gran heterogeneidad, que incluyó a nuevos segmentos de negocio”, explicó Carballo.
El vertical de los pagos digitales fue impulsado por “el desarrollo de nuevas tendencias de pago, el mayor uso de canales digitales en el comercio y algunas iniciativas adoptadas por el BCRA
Las empresas del sector, según refleja el informe, el vertical de los pagos digitales fue impulsado por “el desarrollo de nuevas tendencias de pago, el mayor uso de canales digitales en el comercio y algunas iniciativas adoptadas por el BCRA para promover el mayor uso de los medios de pago electrónicos, entre las cuales podemos citar a las transferencias inmediatas de fondos, el débito inmediato (Debin) y la creación de la Clave Virtual Uniforme (CVU)”.
La ola de pagos digitales (que incluye transferencias, tarjetas y los pagos QR, entre otros) dejó en segundo lugar al vertical de los Prestamos que continuó creciendo “a pesar de que las empresas reportan que el contexto económico fue adverso, con un aumento de la morosidad, una contracción del crédito y mayor dificultad para obtener fondeo”.
En tercer lugar se ubica la vertical de Proveedores de servicios, que incluye a los proveedores tecnológicos y los servicios fintech B2B (entre empresas), los cuales apalancan sus capacidades para exportar sus servicios a otros países. “El crecimiento en la provisión de servicios tecnológicos muestra que la Argentina comenzó a entender mejor el sector,” apuntó Carballo. Otro segmento de la actividad fintech que registró crecimiento fue el de Blockchain y criptoactivos, que pasó de tener 11 a 25 empresas en los últimos dos años.
El relevamiento también refleja un sector relativamente nuevo (su Cámara se fundó hace solo tres años) pero con una expansión contante. En el país ya hay 15 empresas fintech con un nivel de facturación anual por encima de los $500 millones; de ellas, hay 6 que operan únicamente en el mercado argentino. El 44% de las empresas encuestadas afirma contar con operaciones en otros países. Si se quita de ese universo a las subsidiarias de empresas extranjeras, el porcentaje desciende al 35%.
En el sector existen expectativas positivas para los próximos años en lo relativo a disponibilidad de inversores, avances regulación, soporte a startups, mercado consumidor y capital humano. “Las empresas también prevén tasas de crecimiento aceleradas. Gran parte de estas expectativas se basa en la expansión internacional, adquisición de nuevos usuarios y aumento en la cobertura geográfica”, destaca el documento.
Tres casos de estudio
Asimismo, la investigación de Deloitte menciona en forma detallada tres “casos de estudio” que se destacan dentro del universo fintech argentino. El primero es el de Ualá, una de las billeteras digitales más utilizadas en Argentina que hace pocos meses desembarcó en México: “Con menos de 3 años de vida y más de 2 millones de usuarios, representa un caso de éxito en acceso a cuentas digitales. Su principal oferta de servicios comprende una billetera digital, una app, una tarjeta prepaga y préstamos, a la cual ha ido añadiendo nuevos servicios que han permitido atender necesidades latentes de la sociedad argentina”.
El segundo caso es el de Mercado Fondos, el brazo de Mercado Pago destinado a inversiones, otro vertical en pleno ascenso. Facilitando la inversión del dinero depositado en las billeteras virtuales, consiguió la apertura de 1,7 millones de cuentas de inversión, abriendo el acceso al mercado de capitales para un público que en general está imposibilitado de hacerlo.
El tercer caso de estudio en el informe del Ecosistema Fintech Argentino 2020 es el de Afluenta, una “red colaborativa de finanzas”, que usa la tecnología para combinar los créditos con las inversiones. “Tuvimos la satisfacción de poder canalizar el valioso aporte de BID Lab hacia nuestra pujante comunidad fintech. La dedicación que ha mostrado BID Lab a través de su colaboración en mapear el ecosistema en 2018 y 2020, como así también ofrecernos la posibilidad de entender aspectos de regulación comparada no hace más que comprometernos con la inclusión financiera que nuestra industria propone”, destacó Alejandro Cosentino, CEO de Afluenta.
Enfocado en los préstamos para consumo, este año agregó a su oferta préstamos para pyme. Afluenta opera en la Argentina, México y Perú, con planes de expansión hacia Colombia, Brasil, Chile y Uruguay. Una de sus claves es la diversificación del capital invertido: en promedio, un crédito otorgado por Afluenta alcanza los $50.000 a $60.000 y es fondeado por 270 inversores que aportan en promedio $250 cada uno.
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