El consumo privado se recuperaría en forma parcial en 2021, tras la caída de más del 10% prevista para este año por la puja entre el lógico rebote tras un pésimo 2020 y las restricciones que impondrá el aumento de la inflación que proyectan la mayoría de las consultoras.
La posibilidad de observar esta mejora dependerá, aclaran los consultores, de la duración de la pandemia y de la eventualidad de una segunda ola que obligue a adoptar nuevas restricciones en la movilidad de las personas y habilitación de actividades productivas y comercial. También, del “set” de políticas que adopte el Gobierno en un año electoral, en el que estará tironeado por el ajuste que le exige el exceso de la emisión monetaria de este año y la necesidad de lograr un buen resultado político.
En este sentido, el experto en consumo Damián Di Pace dijo a Infobae. “en el primer trimestre empezará a acelerarse la inflación y habrá que ver cómo evoluciona el rebote de la actividad económica frente a la pandemia que va a seguir; por otro lado, será muy complicado cerrar paritarias luego de una caída de dos dígitos en producción y ventas de la mayoría de los rubros este año”. Cabe aclarar que las consultoras privadas prevén una inflación del 50% en 2021, tras el 35-26 por ciento con el que cerrará 2020.
En el primer trimestre empezará a acelerarse la inflación y habrá que ver cómo evoluciona la pandemia frente a la pandemia, que va a seguir (Damián Di Pace)
Todo esto, aclaró Di Pace, “en un contexto en el que será muy importante darle algún tipo de incentivo al pequeño emprendedor, al autónomo y al monotributista, para que recompongan su nivel de actividad, porque son muchos los que mueven la economía en esos segmentos y se han visto muy perjudicados este año”. Además, opinó, “hay que evaluar el consumo respecto de qué incentivos hay para la inversión; en el primer trimestre al menos esto luce complicado, en medio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y sin un plan económico importante que genere confianza”.
Por otra parte, subrayó Di Pace: “Tampoco se abordó todavía la reforma tributaria, que no solo es importante para los inversores grandes y extranjeros, sino más bien para el eslabón más pequeño: cómo se recompone el comerciante o el emprendedor luego del derrumbe de este año. Esa es una prioridad grande, porque sostenerlo con financiamiento de la emisión monetaria es un riesgo muy grande que se corre”.
Por si estos inconvenientes no fueran suficientes, afirmó que “hay un elemento que no está previsto a priori que es una segunda ola del covid-19, que no entra en ningún análisis, ni siquiera en el presupuesto que logró aprobar el Gobierno”.
Las políticas elegidas
Por su parte, Federico Moll de Ecolatina dijo: “Es difícil de proyectar el tipo de políticas que el gobierno va a usar: si decide avanzar con las políticas kirchneristas típicas es factible encontrar recuperación de bienes de consumo masivo y transables, algo menos de servicios privados y algo más de públicos. Todo a costa de pisar tipo de cambio y tarifas. Eso durará, en el mejor de los casos, hasta las elecciones”.
En cualquier caso, aclaró a Infobae que “vemos una recuperación por la bajísima base de comparación que nos deja este año, pero en ningún escenario vemos que se recupere la caída”.
Vemos una recuperación por la bajísima base de comparación que deja este año, pero en ningún escenario vemos que se recupere la caída (Federico Moll, Ecolatina)
“Escenarios como este, de tanta manipulación de variables, pueden arrojar resultados poco naturales. Los cambios en los precios relativos, sumados a las restricciones que imponga el gobierno marcarán el ritmo de la recuperación en cada uno de los mercados”.
Si el Gobierno “decide reducir el exceso de demanda de divisas ajustando el cepo a las importaciones, entonces la recuperación en bienes transables será baja; si decide pisar aún más el precio de los bienes regulados el consumo de estos aumentará o algo similar con los bienes de consumo masivo. Todo en el marco muy leve recuperación de los ingresos”, explicó Moll.
En tanto, Soledad Pérez Duhalde, directora de operaciones de Abeceb, dijo a Infobae: que “las dos velocidades del consumo en 2020 tendrán su correlato en 2021: mientras el consumo masivo o de productos esenciales se amesetará por un rebalanceo de las canastas de consumo a favor del consumo social y propio de la movilidad; bienes como textiles y calzado verán una recuperación en la demanda, aunque fuertemente limitados por las mejoras parciales en los ingresos de las familias y la normalización del mercado de trabajo”.
En este sentido, los datos oficiales reflejan que el poder adquisitivo de la sociedad se encuentra en su valor mínimo desde 2009; a la crisis económica global, se suma el hecho de que la Argentina no creció en la última década. En este sentido, en 2020, según la proyección de Abeceb, la caída del salario real en el sector formal será del 3,8%, mientras que los sueldos en dólares también están en su mínimo desde 2009, con un promedio de 858 dólares mensuales.
Si bien Abeceb destacó que hubo algún rebote por el reinicio de algunas actividades tras la larga y estricta cuarentena impuesta desde marzo, subsiste una caída del 40% en el empleo formal por el derrumbe en el sector de la construcción. Además, en términos generales, las contrataciones están en sus valores mínimos y sin perspectivas de aumentar la dotación. En paralelo, “se mantiene un alto nivel de mano de obra suspendida, del 6 al 20%, según la firma”.
En términos sectoriales, los bienes durables están dentro de aquellos que tienen un mayor potencial de recuperación, pero siguen limitados por el poder de compra de los trabajadores y jubilados, y la búsqueda de un nuevo equilibrio entre diferentes segmentos”.
En particular, Abeceb analizó tres: electrodomésticos, autos y la construcción. Al respecto, en los electrodomésticos, hay una caída en 9 meses del 20% y se estima que será del 15% en el año, con una recuperación del 14% en 2021. En los autos, la caída desde enero es del 30%, sería del 26% este año y el rebote del 21% en 2021. En la construcción, las cifras son de menos 29%, desacelera la baja a 21% y se espera se reactive a un ritmo de 18%, respectivamente.
“Estos números darían paso a una recuperación moderada de la actividad, traccionada por el consumo; pero no todos los sectores se verán igualmente beneficiados: los bienes durables aparecen como ganadores, al menos en el corto plazo”, estimó la consultora de Dante Sica.
Empleo y salarios
Por otra parte, “el ingreso disponible para la compra de alimentos seguirá a la baja hacia fin de año”. En términos macro, el rebote de la economía “está atado a la demanda interna, pero hay ausencia de grandes proyectos y un sesgo anti exportador”.
“El rebote de 2021 llevará a niveles de venta que van a equivaler a un tercio de 2016. En 2018 la caída fue del 11%, en 2019 del 24%, en 2020 del 15% y en 2021 crecería el 14 por ciento”, resumió Abeceb.
Pérez Duhalde subrayó en diálogo con Infobae que este año el consumo “se vio afectado tanto por las restricciones a la movilidad como por la caída salario real y la fuerte baja del empleo y las horas trabajadas”.
“En su conjunto, implicaran una caída real de 13,6% en el ingreso disponible de las familias. Las menores restricciones a la movilidad se reflejan en una recuperación del consumo en los últimos dos trimestres del año, frente a los trimestres previos”, aclaró.
El año próximo, observó Soledad Pérez Duhalde, “la recomposición se verá parcialmente compensada por la aceleración de precios en el primer trimestre del año, producto de la mayor circulación de personas y el sinceramiento de precios tras las restricciones”.
La recomposición de los ingresos se verá parcialmente compensada por la aceleración de precios en el primer trimestre de 2021 (Soledad Pérez Duhalde, Abeceb)
A partir del segundo trimestre de 2021, además, se espera “comienzan a liberarse precios regulados en el marco de la consolidación fiscal”, como las tarifas de los servicios públicos, si se cumple el plan del ministro Martín Guzmán y no el del kirchnerismo más duro. De este modo, precisó, “el ingreso real de las familias aumentará 6,4% en 2021, aunque este nivel se ubicará un 8% por debajo del promedio de 2019”. Además, “la tensión cambiaria contribuirá a sostener el consumo de durables ante la ausencia de instrumentos de ahorro que permitan resguardar el valor de los activos”.
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