El deterioro de los ingresos en los hogares por el impacto que tuvo la pandemia y las medidas de aislamiento social en el empleo hicieron que el índice de pobreza en la Argentina alcanzara un pico de 43% hacia el tercer trimestre del año, según estimaciones privadas.
Los datos oficiales muestran que hacia mitad de año, relevados los primeros tres meses de crisis sanitaria, la pobreza había saltado hasta el 40,9%. La próxima actualización con la información completa del 2020 serán publicado por el Indec en marzo.
De todas formas, algunos economistas proyectaron la variación de pobreza de forma alternativa para tener información por cada trimestre. El economista de la Universidad de La Plata y del Cedlas Leopoldo Tornarolli estimó que hacia septiembre (tomando en cuenta una medición semestral desde abril), el 43,5% de la población fue considerada pobre.
El economista de la UNLP y del Cedlas Leopoldo Tornarolli estimó que hacia septiembre el 43,5% de la población fue considerada pobre.
Ese resultado es una combinación del resultado del segundo trimestre del año, en que el impacto de la pandemia se notó de manera más pronunciada, con el tercer trimestre. Entre abril y junio la tasa de pobreza alcanzó un techo de 47,2%. En los tres meses siguientes el índice cayó hasta 39,7%.
Según explicó el economista, eso se explica por distintas razones. En primer lugar, la medición del segundo trimestre no llegó a tomar en consideración la mayor parte del impacto positivo del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) entre la población afectada por la crisis sanitaria. Y, además, en el tercer trimestre hubo un mayor nivel de actividad por lo que algunos hogares afectados por el deterioro laboral podrían haber recuperado ingresos.
Para Martín González Rozada, economista de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), en ese mismo semestre considerado (abril-septiembre) la pobreza llegó hasta el 43,7%. Según su promedio, el segundo trimestre tuvo un índice de 47% y el tercero de 40%.
Los economistas suelen realizar proyecciones de acuerdo a “semestres móviles”. Así como el Indec mide solo los períodos fijos enero-junio y julio-diciembre, las estimaciones privadas suelen proyectar un dato como pobreza con intervalos semestrales variables, por ejemplo, mayo-octubre o junio-noviembre, para conocer tendencias antes del dato oficial definitivo.
“A medida que el semestre móvil avanza ‘salen’ meses del segundo trimestre (con pobreza de 47%) y ‘entran’ meses del cuarto trimestre para los que la tasa de pobreza estimada es menor a ese 47%. Esto hace que la tasa de pobreza vaya bajando desde el 43,7% de abril-septiembre”, explicó González Rozada a Infobae.
“Al mismo tiempo la información que tenemos sugiere que la tasa de pobreza del cuarto trimestre sería mayor al 40% del tercer trimestre. Contribuyen a esto el hecho que desde septiembre la canasta básica total empezó a aumentar a un ritmo mayor y que en el último trimestre del año la EPH no captura el aguinaldo y los ingresos totales del hogar suelen ser más bajos”, continuó.
“Estos dos fenómenos apuntan en la misma dirección y sugieren una tasa de pobreza en el cuarto trimestre mayor. Como la tasa de pobreza del segundo semestre del año es el promedio de la incidencia en el tercer y cuarto trimestre, la pobreza de 2020 terminará siendo igual o mayor a la del primer semestre, que fue 40,9%”, concluyó.
El Indec dio a conocer este martes que la mitad de los hogares del país vivían hacia septiembre con un ingreso mensual menor a los $50.000. Como comparación, ese mes el costo de la canasta básica total, que determina la línea de la pobreza en la Argentina, había llegado a los $47.215 para un familia tipo.
El sector más pobre de la población reunía ingresos 17 veces inferior al del sector con mayores ingresos.
De acuerdo con el informe de distribución del ingreso que publicó este martes el organismo estadístico, hasta el octavo decil (80% de los habitantes) los asalariados tenían ingresos promedio de hasta $40.841 mensuales.
En el mismo período, el 50 por ciento de los hogares reunía ingresos total de $45.157 en promedio, inferior al costo de una canasta mínima de alimentos, al finalizar el tercer trimestre. En ese sentido, el sector más pobre de la población reunía ingresos 17 veces inferior al del sector con mayores ingresos.
Para los 7,6 millones de asalariados, el ingreso medio registrado fue de $34.206. Al interior de este sector hay distintas realidades: por un lado, quienes tienen descuentos jubilatorios (registrados) tuvieron un sueldo promedio de $40.587. Los informales, por su lado, $17.215, siempre a datos de septiembre.
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