Los precios de los activos financieros tuvieron un año de volatilidad extrema, pues todas las economías del mundo cayeron en recesión, una sincronía sin precedentes en la historia. En este difícil contexto, ¿qué ganancias o pérdidas tuvieron quienes invirtieron en la Argentina en el dólar, bonos, acciones o plazos fijos?. A continuación, un detalle de qué pasó con aquellos que apostaron en cada uno de estos instrumentos financieros.
Dado que el coronavirus dividió aguas, hubo sectores ampliamente ganadores, como las tecnológicas y compañías de servicios cuya actividad no fue afectada por las medidas de aislamiento social e, incluso, incrementaron su demanda.
Al observar los indicadores bursátiles, mientras que el tecnológico Nasdaq de Wall Street acumula una ganancia anual de 46%, el promedio S&P 500 gana 14% y el Dow Jones, solo un 5%, aunque en todos los casos, cerca de sus récords históricos. En contraste, el S&P Merval de la Bolsa argentina sube 21% en pesos, pero cae un 36% medido en dólares (contado con liquidación).
Los títulos de las principales compañías globales pueden operarse en el mercado doméstico a través de los Cedears (sigla de Certificados de Depósito argentinos) son títulos que representan acciones de empresas cotizantes en los mercados internacionales y que pueden ser negociados en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Sería el instrumento inverso al de los ADR (sigla del inglés de American Depositary Receipt), los certificados a través de los cuales las acciones de empresas argentinas son negociadas en dólares en Wall Street.
Por lo tanto, cualquier inversor, con pesos o dólares en mano, pudo acceder a esta alternativa y replicar la ganancia de los títulos financieros más allá de la moneda del país de origen donde opere la compañía. Quién tuviera en mano unos USD 1.000 en el comienzo del año (unos 73.780 pesos según la paridad bursátil del contado con liquidación, pudo multiplicar su capital hasta siete veces si acertó con su apuesta financiera, en un 2020 que tuvo en contra la irrupción de un “cisne negro” como el coronavirus.
1) Tesla (+653%). La compañía de tecnología de punta de Elon Musk fue la gran ganadora del año y subió su precio en dólares siete veces en el recorrido del año. Quien invirtió USD 1.000 en este papel en enero (Cedear: TSLA en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires) hoy tiene USD 7.720 o 1.088.000 pesos.
2) Bitcoin (+230%). La criptomoneda emblema es operada en un récord por encima de los USD 23.000, muy buscada como refugio de valor ante la emisión monetaria en los países desarrollados. Medido en pesos, según la paridad del contado con liquidación, un Bitcoin vale cerca de 3,3 millones de pesos. Quien haya invertido en enero USD 1.000 en Bitcoin hoy cuenta con USD 3.241 o 457.000 pesos. Otras criptomonedas menores arrastran ganancias en dólares aún superiores a las del Bitcoin, como Ethereum, con un 374% de alza en 2020.
3) Mercado Libre (+191%). La compañía de Marcos Galperín, líder regional de e-commerce, es la empresa de origen nacional de mayor capitalización bursátil, unos USD 85.326 millones. El precio de la acción de Mercado Libre se triplicó en dólares desde el inicio de 2020. Quien invirtió USD 1.000 hoy tiene USD 2.920 o 411.732 pesos.
4) PayPal Holdings (+124%). Esta empresa de origen norteamericano opera un sistema de pagos online a nivel mundial. El que invirtió USD 1.000 en el inicio de 2020 hoy tiene USD 2.214 o 312.110 pesos.
5) NVIDIA (+123%). La empresa californiana líder en computación de inteligencia artificial se especializa en el desarrollo de unidades de procesamiento gráfico y tecnologías de circuitos integrados. Quien apostó USD 1.000 en enero hoy tiene USD 2.212 o 311.823 pesos.
6) Globant (+106%). El unicornio de origen argentino dedicado a ingeniería de software y tecnología de la información se suma a los ganadores. El que compró acciones por USD 1.000 en enero ahora tiene USD 2.088 o 294.402 pesos.
7) AMD (+100%). Advanced Micro Devices, también de EEUU, desarrolla procesadores de computación y productos tecnológicos. Quien colocó USD 1.000 en enero hoy tiene USD 1.996 o 281.477 pesos.
8) Morixe (+88%). Esta “perlita” argentina se dedica a la fabricación de harinas para la industria de la alimentación solo opera en el panel general de la Bolsa de Comercio porteña. Y escaló en 2020 un 263% en pesos (88% en dólares), con lo que dejó en el año un saldo de $266.092 o USD 1.887 por los USD 1.000 invertidos en enero.
9) TSM (+80%). Taiwan Semiconductor Manufacturing es líder mundial en fundición de semiconductores. Opera en la Bolsa de Buenos Aires como Cedear, cuyo valor es de 42.000 pesos. El que invirtió un capital inicial de USD 1.000 obtuvo hacia el cierre del año USD 1.786 o 251.859 pesos.
10) Apple (+79%). La compañía creadora del iPhone, cuya capitalización bursátil suma 2,2 billones de dólares (cinco veces el PBI de Argentina) ofreció un excelente rendimiento anual. Quien colocó USD 1.000 tiene ahora USD 1.784 o 251.537 pesos.
¿Y qué hacemos con los pesos?
La realidad es que la mayoría de los ahorristas argentinos no acude a inversiones sofisticadas y se enfoca básicamente en la compra de dólares -cada vez más restringida- y los plazos fijos en bancos, postura incentivada por la política oficial de tasas de interés y el “cepo”.
Quienes contaron con USD 1.000 en enero y los pudieron liquidar a través del canal bursátil a $73.780 o $74.000 en el mercado “blue”, obtuvieron un rendimiento anual en plazo fijo de un 38% anual, con lo que se quedaron con $102.120 al renovar la colocación cada 30 días, en base a las tasas de plazo fijo para montos inferiores a los $100.000 informadas por el Banco Central.
Cabe recordar que en noviembre pasado, el Directorio del Banco Central dispuso una suba general de las tasas de interés para los ahorristas y la tasa nominal mínima para los plazos fijos minoristas (de personas físicas menores a $1 millón) pasó de 34% a 37%, que al renovar cada 30 días durante un año es ahora una tasa efectiva anual del 43 por ciento.
Es decir, esta ganancia apenas superó a la inflación anual, en torno al 37% y perdió contra el dólar. El contado con liquidación, en $141, acumula una ganancia en 2020 de 91%, mientras que el dólar libre sube un 111 por ciento. Por ende haber vendido dólares en enero para hacer plazo fijo y volver a comprar divisas a fin de año significó una cuantiosa pérdida entre el 28% (al volver a dolarizarse a través del contado con liqui, por unos USD 722) y el 36% en dólares (al dolarizarse por el mercado blue, por USD 642).
Por el restricciones para retirar efectivo de los bancos y los impedimentos para comprar dólares, el stock de plazos fijos creció un 76,8% a 2,2 billones de pesos, casi al doble en 2020, aún cuando no resultó una buena inversión.
En cuanto a los bonos soberanos, el amplio abanico de emisiones -en pesos y en dólares; a tasa fija o variable; atados a inflación o dólar ‘linked’, reestructurados, etcétera- dio lugar a alguna chance de ganancias, pero también a pérdidas. Puede decirse que abundaron las oportunidades para ganarle a la inflación, pero -salvo excepciones- no pudieron contra el avance del dólar en sus alternativas por fuera del control de cambios.
Los ahorristas argentinos quedaron atrapados por el “cepo”: el stock de plazos fijos en pesos se duplicó aunque no fue una buena inversión
Así, en lo que va de 2020, los ganadores de la renta fija fueron los Boncer 2021 (TC21) y los Bonos del Tesoro ajustados por CER (TX22), con una renta anualizada de 129% y 123% en pesos, respectivamente, que significa un beneficio anual medido en dólares contado con liqui del orden del 20 por ciento.
El Bonar Dual 2020 (AF20), que es un título dólar-linked, es decir, atado a la evolución del tipo de cambio oficial, rindió un 47% anualizado, unos diez puntos por encima de la inflación, aunque al dolarizar por el contado con liqui el producto de esta inversión, los USD 1.000 iniciales se convierten un año después en USD 769, para asumir una pérdida de 23% en moneda dura.
Capítulo aparte merecen los bonos Globales en dólares emitidos por el reciente canje de deuda y que empezaron a negociarse en agosto. En poco más de cuatro meses la caída de precios en pesos fue de un rango de 6% a 11% para los títulos bajo ley argentina, y de 3% a 9% para los de ley extranjera.
Al tomar los dos bonos de referencia de este menú, el AL30 y el GD30, hubo amplia pérdida en dólares. Quien tuviera USD 1.000 a fin de agosto y los pasara a pesos a través de la Bolsa obtendría 126.270 pesos. Por invertirlos en GD30 obtendría hoy $116.926, un 7,4% menos, pero por la suba del contado con liqui en el período se transformaría en una pérdida de 17% en moneda dura (USD 829). Y quien compró AL30 con esos USD 1.000 iniciales tendría hoy unos $114.779 (USD 814), con una pérdida en dólares de 18,6% en cuatro meses.
El ahorrista que se aferró a sus USD 1.000 y los conservó a lo largo del año, obviamente ganó “cero” en dólares, pero le pudo sacar más de 40 puntos de ventaja a la inflación doméstica. Los $74.000 que se pagaban por USD 1.000 en el mercado informal a fin del año pasado hoy se pueden revender a $154, con una ganancia de $80.000 o 108 por ciento.
Asimismo, las acciones argentinas estuvieron muy castigadas. El panel líder S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires mantiene una ganancia en pesos de 23% en 2020, que es negativa en términos reales frente a una inflación del 37% anual. Medido en dólares, el Merval mantiene una caída promedio de 34 por ciento. Es decir que aquel que con USD 1.000 hubiera comprado acciones argentinas, hoy recuperaría 660 dólares.
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