El humor de las familias se mantiene en subibaja. Desde el inicio del año el índice general de Confianza del Consumidor registró sólo 4 meses con aumentos: enero, junio, agosto y noviembre; y 8 meses con disminuciones, en el caso de diciembre fue de 3,8%, y termina el año con una caída de 7,2%, más intensa en el interior del país, 10,5%, mientras que en la Ciudad y en el Gran Buenos Aires coincidieron con pérdida del 5,6%, según los datos de la Universidad Torcuato Di Tella.
Al parecer, el factor distintivo de diciembre respecto de noviembre fue la persistencia bajista de los tipos de cambio alternativos al oficial regulado, mientras se acelera la inflación, porque tornó más caro, convertidos a moneda dura, el valor de los automotores, en particular los 0Km, que a la hora de determinar los precios las terminales y concesionarias se basan en el más bajo que rige en el mercado mayorista, tanto para el cálculo del pago de importaciones de unidades finales, como de sus componentes, como para el cobro de exportaciones; y también de la vivienda, donde más de 9 de cada 10 operaciones se paga en efectivo y en dólares.
Desde el inicio del año el índice general de Confianza del Consumidor registró sólo 4 meses con aumentos: enero, junio, agosto y noviembre; y 8 meses con disminuciones
Según el relevamiento de Poliarquía para la casa de altos estudios el subíndice de presupuesto de compra de Bienes Durables e Inmuebles acusó una leve baja a nivel nacional de 0,5%, aunque con dispar comportamiento en sus desagregados: aumentó 2,6% el de electrodomésticos, mientras disminuyó 5,2% el de automóviles y casas.
Esa característica fue propia del Gran Buenos Aires, donde registró un repunte de 6,5% en el primer caso y retroceso de 14,1% en el segundo; mientras que en la Ciudad detectó sendas bajas de 11,3% y 9,1%, respectivamente. En tanto, la excepción fue el índice para el caso del interior del país, donde se observó subas de 6,6% en las intenciones de compra de artefactos para el hogar y de 13% de bienes durables de largo plazo, como automotores e inmuebles (casas y departamentos).
Según la encuesta realizada entre el 1 y el 16 de diciembre, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) midió bajas entre los componentes del “subíndice de Situación Personal de 5,9%; en el de Situación Macroeconómica 3,8%, y el de Bienes Durables e Inmuebles 0,5%, siempre respecto al mes anterior.
La variación negativa se repitió en el caso de la distribución territorial, también de manera dispar: 2,7% en Capital Federal, 4,8% en el Gran Buenos Aires y 2,5% en el Interior del país.
Y, también disminuyó la confianza de los consumidores en el desagregado por nivel de ingresos, más fuerte en el caso de mayores recursos 4,4%, donde impactó fuertemente el efecto de la apreciación del peso, o dicho de otra forma, la disminución de la cotización del dólar libre, y se retrajo 2,5% entre los encuestados de menor poder adquisitivo.
En ambos caso también afectó sus expectativas a futuro la aceleración de la inflación y las medidas del Gobierno tendientes a poner más el foco en el aumento de las regulaciones y suba de impuestos, que en liberar las ataduras que mantienen a la economía en una senda brutalmente depresiva, con drástica caída del empleo y persistencia de elevada capacidad ociosa en la mayor parte de los sectores productivos y comerciales, en una proporción claramente superior a la que se observa en el resto del planeta, con muy pocas excepciones.
Expectativas presentes y futuras
El sondeo de opinión de Poliarquía para el Centro de Investigación en Finanzas sobre las previsiones de los consumidores también registró en diciembre sendas caídas en las expectativas presentes y futuras de 2,4% y 4,6%, respectivamente, aunque con una singular diferencia en comparación con un año antes, cuando aún no había aparecido la crisis sanitaria que aún impide vislumbrar con claridad las tendencias de la realidad económico-social para los próximos meses: sube 43,1% en el primer caso, con un índice mínimo de 29,4 puntos y disminuye en el segundo 23,3%, a 49,2 unidades.
Al parecer, el cobro del medio aguinaldo por parte de los trabajadores que pudieron conservar el empleo, presencial o remota, más en el caso de los jubilados y pensionados, y el refuerzo de los planes asistenciales, contribuyeron a mejorar el ánima actual, de cara a las Fiestas de fin de años; pero por el contrario, las perspectivas aún no lucen claras, más todavía si se tiene en cuenta que la reactivación de algunas actividades es muy débil, en particular en el mercado laboral, donde la recuperación del empleo no sólo fue parcial, con menos horas que las habituales, sino que además se concentró en la franja informal, y persistió un elevado índice de ausentismo por falta de movilidad a través del transporte público de pasajeros.
El relevamiento comprendió a un universo de 1.203 casos de la población general de más de 18 años que reside en los grandes centros urbanos de Capital Federal, GBA, Córdoba, Rosario, Mendoza, Tucumán, La Plata, Mar del Plata, Salta, Santa Fe, San Juan, Resistencia, Corrientes, Jujuy, Paraná, Neuquén, Formosa, San Luis, La Rioja, Comodoro Rivadavia, San Nicolás, San Rafael, Villa Mercedes, Olavarría, Río Gallegos, Goya, El Dorado, Viedma, Concepción, Río Tercero, Pehuajó, Termas de Río Hondo, Rivadavia, Castelli, Crespo, Profesor Mazza, Montecarlo, Catriel, Villa Aberastain y Recreo.
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