La posibilidad de contar cuanto antes con una vacuna contra el Covid-19 a nivel masivo en la Argentina es una preocupación también para el Banco Central. La entidad monetaria advirtió ayer, en su habitual informe semestral de estabilidad financiera, que desde junio “comenzaron a verificarse indicios” de reactivación económica, la que podría acelerarse con la confirmación de una vacuna con alcance masivo durante el verano. Al mismo tiempo, el BCRA también advierte que el primer riesgo que se enfrenta en 2021 es, precisamente, una recuperación más lenta de lo esperado.
Más allá de los innumerables desafíos que presenta el panorama macroeconómico, en el que tanto privados como el propio Gobierno prevén un rebote moderado del PBI en torno a 5% tras una caída este año superior a 10%, la evolución de la actividad está, antes que nada, vinculada a la evolución de la pandemia. Y, con ello, a la disponibilidad de las vacunas. Es en ese sentido, que el Central afirmó ayer que existen indicios de “un mayor dinamismo de la demanda interna y de una incipiente recuperación económica que está cobrando fuerza en la segunda mitad del año (aunque con disparidad entre sectores)” y agregó que “esta tendencia podría acelerarse de confirmarse la posibilidad de que existan vacunas disponibles en forma masiva durante los próximos meses”.
Pero el organismo también advirtió sobre los principales riesgos que enfrenta la economía y, entre ellos, que la economía se recupere más lento que lo esperado. Este es el escenario más probable en caso de que los tiempos de vacunación no logren frenar una segunda ola de contagios de coronavirus, lo que obligaría a rever la principal consigna del equipo económico que lidera Martín Guzmán, consistente en eliminar cualquier gasto en asistencia social, a empresas y trabajadores por el Covid-19.
No se podría descartar completamente el riesgo de evidenciar nuevos episodios de volatilidad en los mercados financieros, si bien menor en un marco en donde se configuran las negociaciones con el FMI, según el Informe de Estabilidad Financiera del BCRA
“Para los próximos meses, se considera que hay al menos tres factores de riesgo exógenos para el sistema financiero que resulta necesario monitorear. Primero, el riesgo de una recuperación económica local más débil que la esperada. La eventual materialización de esta situación dependerá del desenvolvimiento de un abanico de factores, entre los que se encuentran la evolución de la pandemia”, advierte el informe de la entidad, en el que también destaca el impacto del crecimiento de la economía mundial, la evolución del comercio internacional y “el derrotero de los precios de las materias primas”, una de las pocas buenas noticias para el Gobierno en materia económica, con la soja cotizando al cierre de ayer en los USD 441 por tonelada.
Pero la enumeración de riesgos no termina ahí. Reconoce el Banco Central que aún no es posible descartar nuevos episodios cambiarios. Tras la calma en el frente financiero lograda después de la corrida cambiaria de octubre, la fuerte inyección de pesos para afrontar el mes más deficitario del año abre interrogantes respecto a la reacción del mercado en los próximos meses, cuando se reduzca la demanda de pesos. Dijo el Banco Central: “No se podría descartar completamente el riesgo de evidenciar nuevos episodios de volatilidad en los mercados financieros, si bien menor en un marco en donde se configuran las negociaciones con el FMI y continúa encauzándose el desacople transitorio entre los factores de oferta y demanda en el mercado de divisas”.
Si bien se da por descontado que la entidad no tendrá alternativa a la suba -y de hecho ya aplicó retoques durante los picos de mayor tensión hace semanas-, la magnitud de la misma es el foco del debate
Lo cierto es que desterrada por el mismo Guzmán la expectativa de un pronto acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que podría contener en algo las presiones, la atención se centra en el futuro accionar del Banco Central. La pregunta que se plantean los analistas es si la autoridad monetaria retomará la política de tasas reales positivas que se abandonó apenas comenzó a acelerarse la inflación. Si bien se da por descontado que la entidad no tendrá alternativa a la suba -y de hecho ya aplicó retoques durante los picos de mayor tensión hace semanas-, la magnitud de la misma es el foco del debate.
“El BCRA deberá estar atento a lo ocurre con los “pesos excedentes” pasado el fin de año. En un escenario sin un acuerdo con el FMI será difícil anclar expectativas. Este escenario forzaría al Central a aumentar más agresivamente la tasa de interés para absorber los pesos y tratar de evitar así una disparada de los dólares alternativos”, sostuvo el economista Amílcar Collante, quien no descartó ante ese escenario un endurecimiento de las restricciones cambiarias, incluso para importaciones, en pos de evitar una devaluación, lo cual confirmaría el principal riesgo sobre el que avisa el BCRA: una recuperación más débil que la esperada.
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