Continúa el paro en los puertos exportadores y en las aceiteras del país que ya lleva una semana por un reclamo salarial. Desde el sector privado aseguraron que la protesta ya generó severos problemas en la dinámica exportadora y de no solucionarse no solo impactará en el sector y en el ingreso de divisas, sino también podría posicionar a la Argentina como un proveedor “no confiable” que derivaría en que los compradores vayan a otro destino, ya que a la fecha hay más de 4,5 millones de toneladas de granos y subproductos que no pueden cargarse en los barcos que esperan asentados en las cercanías de los puertos, entre ellas una vasta cantidad de trigo en medio de la cosecha.
Al pronunciamiento realizado el último fin de semana por un grupo importante de entidades de la cadena agroindustrial que reclamaron una solución del conflicto,se sumó la dirigencia nacional de la Mesa de Enlace que pidió al gobierno nacional que implemente las mesas de diálogo o las instancias necesarias para destrabar la problemática que se ha generado en los puertos y que aseguran que la misma “perjudica cada día que pasa al sector y a la Nación”.
En un comunicado, las entidades manifestaron: “Los principales afectados por esta medida gremial somos los, que estamos en plena cosecha de trigo y de cebada, gran parte de la cual se destina a la exportación, a través de los puertos que hoy se encuentran cerrados”.
Y agregaron: “De persistir la medida de fuerza, terminará impactando aún más sobre las exportaciones de productos emblemáticos para nuestro país hacia mercados del exterior e importantes destinos comerciales, disminuyendo el ingreso de divisas, afectando la reactivación y el empleo, y mancillando la reputación de nuestra Nación como proveedora y socia comercial confiable, en favor de nuestros competidores más cercanos”.
Por su parte, el vicepresidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), Guillermo García, indicó a este medio que hay en este momento 129 barcos esperando cargar 4,5 millones de toneladas de granos y productos derivados procesados, de las cuales 1,1 millones de toneladas corresponden a trigo. Si se toma ese volumen del cereal a precios FOB, se estaría hablando de USD 300 millones que todavía no ingresaron porque no pudo despacharse el cereal.
Según indicó García, “en los puertos existe una estimación de USD 100 millones por día que se dejan de liquidar por falta de exportaciones. Al viernes pasado el total de barcos a la carga eran alrededor de 129 y el volumen que significaba entre los distintos granos y subproductos era de 4,5 millones de toneladas. Hoy hay barcos nominados esperando para cargar 1,1 millones de toneladas de trigo en los próximos 10 días. Además, quedan por embarcar 1,5 millones de toneladas de soja y 900.000 de maíz, entre otros granos y productos”.
Para el dirigente empresarial, la extensión del conflicto trae aparejado dos problemas: el económico y el reputacional. “El primer impacto que existe es el costo de demora de los barcos que están esperando en la cola. El costo por día es de USD 25.000 que se tienen que absorber en esa venta y si esto se extiende en el tiempo empezás a ser un exportador no confiable. En estos términos, hasta ahora tenemos 6 días de paro. En principio, (los barcos) esperan porque ya están en posición y asumen el costo”, indicó García.
Los costos
Según información de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) los buques afectados por el conflicto que quedan demorados y no puedan ser cargados, tienen un costo diario -en concepto de fletes- que puede oscilar entre USD 15.000 y USD 25.000 por día por buque. “Aunque se encuentre una rápida solución al conflicto, la carga de estos buques llevará algunos días. En consecuencia, las pérdidas serán mayores a las estimadas con multas adicionales por posibles incumplimientos contractuales”, puntualizaron.
En relación a las plantas paradas, los costos fijos oscilan en USD 10.000 por día según fuentes no oficiales de la industria. Otros especialistas plantean que se pierden USD 10 por tonelada el día de paralización. Entonces, si la planta tiene la capacidad de procesar 12.000 toneladas por día, el costo de paralización diario es de USD 120.000 diarios, indicó la entidad bursátil rosarina.
Por otro lado, existe el problema de las “extension penalties” que son los costos por las demoras en los contratos de ventas. Pueden ascender a aproximadamente USD 80.000 cada dos días según el contrato de flete. “El contrato hasta puede caer en default, lo que implica que el comprador puede renegociar todo el precio de la mercadería y los perjuicios pueden ser mayores”, concluyó la BCR.
Pero también están los efectos adversos sobre la campaña de trigo que se encuentra en plena cosecha. En este sentido, García indicó que “las terminales no pueden recibir camiones. Lo que nos pasó en Bahía Blanca, cuando los recibidores de granos comenzaron con este paro de manera imprevista, fue que hubo que enviar de vuelta los camiones a origen y absorber el costo. La cosecha en el sur arranca más o menos para Navidad y estamos a la expectativa de si se soluciona o no y, si no pasa, habrá que almacenar en origen y como no se pueden entregar los granos en los puertos, esos contratos no se pueden pagar y puede haber alguna implicancia en la cadena de pagos”.
Según García, las empresas “no están para convalidar” la propuesta paritaria que llevaron los sindicatos a la reunión, que según CIARA-CEC fue mayor a la original: “Están pidiendo en este momento una actualización salarial de noviembre a diciembre del 10% adicional y después quieren llegar a enero con un salario para la categoría más baja de $ 90.000 a $ 94.000 en el básico y el bono anual igual al del año pasado más la actualización salarial para todas las personas. Sumado a esto un bono pandemia de $ 70.000, cuando camioneros cerró a $ 25.000 en cuatro cuotas”.
El empresario comentó que a principio de año se dio un aumento del 25% “que en cierta manera se fue consumiendo a lo largo de los meses y la idea que habíamos pautado con ellos es que nos juntábamos en septiembre para ver cómo estábamos respecto a la inflación. Estábamos dándole el aumento de acuerdo a la inflación y para el año 2020/21 la propuesta que hicimos fue seguir con esa pauta de actualización con el costo de vida en el primer trimestre y después ajustando mes a mes”.
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