La instalación de grandes criaderos de cerdos en Argentina para proveer de carne porcina a China entró nuevamente en el debate público tras una foto que se tomó el presidente Alberto Fernández junto a dos activistas veganos que recibió en Casa Rosada con una leyenda que rechazaba dicha iniciativa. A partir de ese momento, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas tuvo que salir a aclarar que el plan “sigue en pie”, al mismo tiempo que desde la Embajada Argentina en el país asiático informaron contactos oficiales con empresarios chinos para “analizar diversos proyectos de inversión” en el sector.
Así lo indicó un comunicado de la dependencia argentina en el gigante asiático donde se detalla que el Representante Especial para la Promoción del Comercio y de las Inversiones en dicho país, Sabino Vaca Narvaja, mantuvo un encuentro con directivos de la empresa estatal China Animal Husbandry Group (CAHG), dedicada a la industria agrícola y ganadera para “analizar diversos proyectos de inversión en producción porcina, que contemplan el cuidado del medio ambiente”.
En el comunicado, la Embajada Argentina propone “la instalación de granjas inteligentes, que son granjas seguras, sostenibles y sustentables y no la instalación de megagranjas. Mientras que las megafactorías instaladas en Estados Unidos son unidades productivas de alrededor de 100 mil madres, las granjas inteligentes sólo tienen alrededor de 10 mil madres”.
Durante 2019 el rodeo porcino chino fue afectado por una epidemia de Gripe Porcina Africana que redujo su producción de carne de 54 a 34 millones de toneladas. A partir de ese momento, el país asiático puso en marcha un plan para recomponer su producción con la instalación de megafactorías, pero también emprendió contactos con otros países para realizar inversiones que promuevan la instalación de granjas para su aprovisionamiento, entre los que se encuentra la Argentina.
Según cálculos de Cancillería en agosto de este año, las inversiones que podrían llegar alcanzarían a casi USD 3.800 millones durante los próximos cuatro años para incrementar en 882.000 toneladas la producción de carne y generar exportaciones por USD 2.500 millones. Esto posibilitaría el incremento en el stock de madres de 300.000 cabezas en un plazo de 4 años (60.000 el primer año y 80.000 los siguientes), sobre la base del desarrollo de 25 unidades integradas de 12.000 madres cada una.
Para la Embajada, los proyectos de inversión que analizaron en la reunión en Beijing “se enmarcan dentro de una estrategia integral, que requiere de la superación de falsas dicotomías, incluyendo a los pequeños y grandes productores, ofreciendo alternativas de prefinanciamiento de exportaciones para aquellos grandes productores que no evalúen asociarse con capitales chinos y joint-ventures con capitales chinos para aquellos productores que así lo requieran”.
“Contexto favorable” y “beneficios económicos”
Según la representación argentina en tierras orientales, que conduce Luis María Kreckler, existe un contexto favorable para que se den estas inversiones y un “beneficio económico” para el país, ya que China hoy tiene un déficit a cubrir en lo que respecta carne porcina de entre 8 y 12 millones de toneladas, al mismo tiempo que sus principales proveedores europeos, como Alemania y España se encuentran afectados también por la Peste Porcina Africana.
Tomando en cuenta esto y que Argentina tiene uno de los mejores estatus sanitarios del mundo a partir de que se encuentra libre Peste Porcina Clásica (PPC), Peste Porcina Africana (PPA) y Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino (PRRS) y que cuenta con la producción necesaria de alimentos para abastecer los criaderos “la producción de cerdos en en el país tiene mucho potencial para desarrollarse de manera segura y sustentable”.
“Además, en este marco, Argentina y China encuentran intereses compartidos en el incremento de la producción de cerdos en suelo argentino. La cooperación estratégica en este sector representaría un cambio en la matriz exportadora argentina a la vez que implicaría un avance en la soberanía alimentaria perseguida por China. Hasta el momento, Argentina le vende su maíz a Alemania y a Chile, estos países lo transforman en carne de cerdo y lo exportan hacia China”, destacó la Embajada.
En este marco, plantearon que el desarrollo de este proyecto “reducirá el déficit en la balanza comercial, ya que incrementa el valor agregado de nuestras exportaciones y no requiere importaciones debido a que el componente nacional de los insumos necesarios alcanza el 90%”. También, remarcaron el corto ciclo reproductivo de los cerdos de 6 meses, lo que hará que “el proyecto acortará los plazos de ingreso de divisas a nuestro país”, al mismo tiempo que “el incremento de la demanda de maíz podría reducir la tendencia hacia el monocultivo de la soja”.
Por último, la Embajada apuntó que “la instalación de granjas porcinas de alto contenido tecnológico podría incrementar la producción de energía y abastecer diferentes núcleos urbanos pequeños ubicados en las cercanías de las granjas. A partir de sistemas de tratamiento de aguas residuales, las granjas generarán biogás que será utilizado para generar electricidad para los consumidores cercanos”.
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