En medio de la cuarentena preventiva del covid-19 y los cambios en las costumbres para movilizarse que esto generó, apareció con fuerza como alternativa para movilizarse manteniendo distanciamiento social las bicicletas y los monopatines.
La Secretaría de Transporte y Obras Públicas de la Ciudad llevó a cabo conteos en distintas calles y avenidas, y registró que en las últimas dos semanas, en comparación a los datos del año pasado, hubo un aumento de hasta 114% de viajes en bicicleta. Mientras que en 2019 sólo 0,4% de los viajes de la Ciudad se hacían en bicicleta; antes de la pandemia ese porcentaje ya había ascendido al 4%, alrededor de 300 mil viajes.
Hace unas semanas atrás, el director ejecutivo de la Cámara Industrial de la Motocicleta, Bicicleta, Rodados y Afines (Cimbra), Daniel Tigani, dijo a Infobae: “Este año empezamos a tener el triple de demanda de venta de bicicletas que en 2017, último año de buenos registros (se vendieron un millón y medio contra 800.000 en 2018 y unas 600.000 en 2019)”.
Algo similar sucede con los monopatines, al punto que se modificó la ley de tránsito para que estos rodados puedan circular, estableciendo que la velocidad máxima es de 30 km por hora, la obligatoriedad de usar casco y chaleco reflectivo y que sólo lo podrán manejar mayores de 16 años.
Pero el boom también fue acompañado por un significativo crecimiento de las ventas de usados y e aumento de los robos. Un caso reciente, el brutal crimen del quiropráctico armenio Dmitri Amiryan, asesinado en un intento de robo el martes pasado, dejó en evidencia, además, que existe un mercado negro de bicicletas, como detalló ayer Infobae.
El uso fue impulsado por dos razones: la pandemia y el crecimiento de las aplicaciones de delivery
En el caso de los monopatines no es tan grande porque es un producto bastante novedoso de manera masiva por lo que es muy limitado el mercado del usado. Además, a eso se le suma que buena parte son importados y sus repuestos también, lo que encarece el costo. Un repuesto de una rueda de un monopatín eléctrico cotiza el doble que el de una bicicleta.
En el caso de las bicicletas, el uso fue impulsado por dos razones: la pandemia y el crecimiento de las aplicaciones de delivery.
“El usado es un mercado que siempre funcionó bien, nosotros solíamos tomar bicicletas en parte de pago, repararlas y venderlas. Después creció en esta última etapa de la mano de los delivery que hicieron que se incrementaran la cantidad de personas”, explicaron a Infobae desde Bici Urbanas. Esta bicicletería ubicada en Belgrano solía ser una de las pocas que se dedicaba al rubro usado “pero con la pandemia ya no podíamos recibir unidades”, agregaron las fuentes, por lo que ahora no tiene unidades para la venta.
Algo similar la pasa a Carlos Bike, una bicicletería con locales en Chacarita y Villa Crespo, pero en su caso es por la escasez de unidades frente a un fuerte incremento de la demanda.
“Es un mercado muy movido, tanto como el de las nuevas, y en este contexto se movió tanto que casi no hay unidades para vender”, explicó el encargado del local. “Y tampoco es que se vendieron porque sean mucho más accesible, una bicicleta de alta gama que puede valer $150.000 su mismo modelo usado no baja de $120.000” agregó.
En el caso de las bicicletas más accesibles, el vendedor de Carlos Bike hizo referencia a que “una playera con frenos contra pedal en buen estado puede cotizar entre 20.000 y 30.000 pesos”.
Pero otro punto que atenta contra el mercado de los usados además de la escasez de oferta y el ajuste de los precios son los robos, fenómeno que reactivó el segmento del seguro de las unidades. Las bicicleterías hoy se muestran más desconfiadas a la hora de recibir usados por el incremento en los robos.
Las bicicleterías hoy se muestran más desconfiadas a la hora de recibir usados por el incremento en los robos
El robo de bicicletas creció tanto en los últimos meses que en ciudades como Mar del Plata, Neuquén y Rosario se está buscando legislar sobre la venta de los usados. En la ciudad costera de la provincia de Buenos Aires se busca crear un registro de bicicletas monitoreadas por la Policía bonaerense a raíz de los constantes robos de estos rodados que hay en la ciudad.
Desde el Ministerio de Transporte de la Ciudad explicaron que frente al crecimiento del uso de las bicicletas y para brindar mayor seguridad “hace menos de dos meses enviamos a la Legislatura un proyecto de ley que fue aprobado y tiene como objetivo seguir incentivando el uso de la bici a través de la vinculación público-privada, entre otras acciones.
La ley impulsa la creación de una red de estacionamiento y guardado para los ciclistas que se mueven en su bicicleta particular. A partir de dos tipologías de estacionamiento, se buscará incorporar: guarderías privadas de bicicleta en centros claves de intermodalidad (centros de trasbordo) y estaciones privadas de guardado en vía pública (racks).
“La intención es aumentar la oferta de estacionamiento existente para que el vecino pueda planificar su trayecto de principio a fin al momento de elegir la bici como forma de movilidad”, destacaron en el gobierno porteño.
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