El tipo de cambio mantiene la tendencia bajista que arrancó en la última semana de octubre y llegó a niveles que pocos hubieran sospechado cuando estuvo a punto de superar los $ 200. Ayer el dólar libre terminó a $ 146, mientras que el dólar Bolsa finalizó debajo de $ 140. La disminución en relación al pico de hace 45 días ya es de 25%.
La caída del tipo de cambio también genera un fuerte impacto sobre la brecha cambiaria, que cayó significativamente. De un máximo superior al 110% ahora pasó a alrededor del 65%, por dos fenómenos combinados: la disminución del dólar financiero y al mismo tiempo la suba del tipo de cambio oficial.
Pero no sólo cayó esa diferencia. Además, se volvió negativa la brecha entre el dólar “solidario” –que cerró a $ 144- y el dólar “Bolsa”, que terminó a $ 138. Esto significa que resulta más barato comprar a través del mercado bursátil que hacerlo a través del canal oficial, al menos en el caso de aquellos que aún están autorizados. El efecto para el Central es inmediato, porque prácticamente desapareció el incentivo para hacer arbitraje o “puré”. es decir, ganar una diferencia comprando al precio oficial y vendiendo en el mercado paralelo.
“Aún los que están autorizados a comprar dólar solidario no lo están haciendo”, aseguran en el Central, que festejan este círculo virtuoso que dio un respiro sobre el cierre del 2020. El objetivo era evitar una crisis cambiaria de proporciones y al menos en el corto plazo se logró. Pero además, al reducirse las distintas brechas, la entidad empezó a acumular reservas. Ayer fueron alrededor de USD 30 millones.
Por supuesto que la época del año ayuda, porque crece fuerte la demanda de dinero y, por lo tanto, cae el interés por el dólar. La necesidad de salir a pagar el medio aguinaldo en el caso de las empresas, los gastos por las fiestas y por las vacaciones hacen que aumente temporalmente la demanda de pesos. Tampoco tiene impacto negativo en lo inmediato el giro de utilidades por parte del Central. Sólo en lo que va de diciembre fueron $ 270.000 millones de emisión monetaria pura.
La brecha se volvió negativa y el dólar “Bolsa” ahora cotiza por debajo del “solidario”. Eso bajó la demanda y el Central está aprovechando la tendencia para acumular reservas
Por supuesto que ahora la gran incógnita es qué sucederá “el día después”, es decir una vez que baje la demanda de dinero a partir de mediados o fines de enero. Seguramente el BCRA deberá salir rápidamente a absorber el sobrante de pesos para evitar nuevas presiones cambiarias y por ende sobre la inflación.
El objetivo del equipo económico para esta etapa del año era conseguir una reducción de la brecha y lentamente lo va consiguiendo. La diferencia entre el dólar oficial y el libre se ubica en el 65% y llegó a estar arriba del 100%. Lo ideal sería que no supere niveles del 40% para que los exportadores no demoren la liquidación de divisas y al mismo tiempo los importadores no corran para comprar todo lo que pueden al dólar oficial, generando fuerte presión sobre el nivel de reservas
Por su parte, Martín Guzmán también expresó su preocupación por recuperar reservas y establecerá un objetivo para reducir la vulnerabilidad de la economía y evitar nuevas crisis cambiarias. Pero para eso será clave reducir el déficit fiscal y bajar la dependencia del financiamiento del BCRA por parte del Tesoro.
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