Carrera de pronósticos entre el Gobierno y las consultoras: a cuánto llegarán el dólar y la inflación en 2021 y 2022

Los principales estudios y bancos privados dieron a conocer su última estimación del año; las divergencias con los cálculos oficiales y su diagnóstico sobre lo que puede ocurrir el año próximo en la economía

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La inflación habría llegado al 3,6% en noviembre y apunta a cerrar en torno del 37% el año, según los analistas, que estiman que subirá al 50% en 2021
La inflación habría llegado al 3,6% en noviembre y apunta a cerrar en torno del 37% el año, según los analistas, que estiman que subirá al 50% en 2021

El dólar podría llegar a $ 245 y la inflación hasta el 68,8% en 2021 según los pronósticos más extremos de bancos y consultoras, que están muy lejos de las estimaciones que hizo el Gobierno.

Así lo indican los números del nuevo informe de Forecast Economics, que prevé que el PBI de la Argentina caiga 11,2% este año y rebote 4,7% en 2021, 2,6% en 2022 y 2,5% en 2023; el Palacio de Hacienda estimó que el rebote será del 5,5% el año próximo, 4,5% en 2022 y del 3,5% en 2023.

En el mismo período, según las consultoras y bancos, el desempleo llegaría al 13,2% este año, 12,8% el próximo, 11,3% en 202 y 10,3% en el último año del mandato de Alberto Fernández. En materia de consumo, la caída de 2020 sería del 26% este año, con una recuperación del 10% el próximo, 2,6% en 2022 y del 2,5% en 2023.

En cuanto a las inversiones fijas, también caerían 26%, para subir 10% en 2021, 4,8% en 2022 y 4,4% en 2023. En tanto, el déficit fiscal llegaría al 9,5% del PBI este año, 6,1% en 2021; 4,5% en 2022 y 3,9% en 2023.

Por su parte, la inflación sería del 37,2% este año, 49,8% en 2021; 37,1% en 2022 y 30,5% en 2023, muy lejos de los números calculados por el gobierno nacional: 32%, 29%, 24% y 20%, respectivamente.

Los analistas prevén que la inflación llegue al 49,8% en 2021 y al 37,1% en 2022, frente al 29% y 24% que, respectivamente, calculó el Gobierno

En particular, Empiria Consultores estimó que la suba de los precios podría estirarse hasta el 68,8% en 2021 y al 63,3% en 2022; Econométrica al 60,1% y 56,7%, respectivamente; Invecq al 60% y 56,9% y el Citi apostó al 58% para 2021 y dejó en blanco el casillero del año siguiente. El pronóstico más benigno correspondió a Fitch con 38,5%, que, de todos modos, supera casi en 10 puntos porcentuales el cálculo oficial.

Según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que elabora el Banco Central, el consenso de los economistas prevé que el IPC se haya ubicado en el 3,6% el mes pasado y que llegue al 36,7% este año. Además, estimaron que será del 4% de diciembre, 4,1% en enero, 3,8% en febrero y 4% en marzo de 2021. Para fin de año próximo creen que escalará al 50% y un año después, otro 36, por ciento.

Aunque la brecha cambiaria se calmó en las últimas semanas, los analistas creen que está agazapada y prevén una fuerte devaluación en 2021
Aunque la brecha cambiaria se calmó en las últimas semanas, los analistas creen que está agazapada y prevén una fuerte devaluación en 2021

Respecto del dólar, cabe recordar que el Gobierno estimó que el dólar terminaría a fin de año en $ 81,4 (sin el impuesto PAIS ni la retención de Ganancias, nivel que ya superó ampliamente); $ 102,4 en diciembre de 2021; $ 123,8 un año después y $ 145,4 en 2023.

En cambio, para las consultoras llegará a $ 130,2 a fines de 2021, pero el estudio de Orlando Ferreres & Asociados se estiró hasta $ 160,9, FIEL a $ 149 y el banco JP Morgan a $ 145. En 2022, Ferreres picó de nuevo en punta con $ 245,1, seguido con $ 183 por Empiria y Econviews y $ 177 por Barclays Capital.

Los riesgos globales y locales

Por supuesto que todos estos cálculos están atados a la evolución del PBI global y a la situación político-económica local. En el primer caso, si la vacunación avanza en forma acelerada en los países desarrollados, podría haber una reversión de las expectativas de la economía real (acoplándose más al brutal rally del mercado financiero) y 2021 podría dejar atrás la crisis “más profunda de la historia moderna” como se denominó al efecto de la pandemia por el coronavirus. De lo contrario, como lo muestra la segunda ola del virus en Europa y Estados Unidos, la recesión podría seguir pesando sobre el ánimo de los consumidores y los inversores de la economía real.

En el caso de la Argentina, hay que restarle a este buen momento externo la falta de acceso al crédito externo y la expectativa de los agentes económicos que los precios relativos deben ajustarse o por medio de una devaluación o a través de una suba de la tasa de interés, como suele explicar la economista Marina Dal Poggetto. Aunque la brecha cambiaria haya descendido respecto de sus valores máximos, no parece haber atajo para que el Gobierno eluda su acortamiento a niveles más razonables sin alguna solución de fondo, más allá de vender bonos del Tesoro, con el efecto colateral de volver a colocarlos en precios de default.

Diego Bastourre, secretario de Finanzas, con Sergio Chodos, reunidos en Washington con el FMI esta semana
Diego Bastourre, secretario de Finanzas, con Sergio Chodos, reunidos en Washington con el FMI esta semana

Pero a estos problemas técnicos se suma la cuestión político-institucional, a raíz de las desavenencias o diferencias de criterio dentro del Gobierno. En este sentido, un informe de Eco Go subrayó que “el costo asociado a la falta de consensos es inédito”.

Mucho más inédito es que, en medio de esta peligrosa coyuntura, esta falta de consensos se dé al interior de la propia coalición de gobierno. Todo mientras el equipo económico apunta a ganar tiempo aumentando los costos de una devaluación futura tratando de restablecer la confianza a través de un acuerdo con el FMI”, indicaron. Una misión de la Secretaría de Finanzas está en Washington tratando de avanzar en la negociación técnica de este acuerdo.

El estudio Eco Go advirtió acerca de la inédita falta de consenso dentro del Gobierno acerca del rumbo económico, mientras se negocia un acuerdo crucial con el FMI

Al respecto, apuntaron que “negociar con el FMI un menor ajuste sin fondos frescos que reduzcan el financiamiento monetario del agujero fiscal frente a la falta de dólares y al exceso de pesos en una economía sin crédito, es pírrico”.

“La discusión es la forma del ajuste fiscal, cómo se distribuye entre la sociedad sin generar una rebelión fiscal ni un levantamiento social, y en qué medida esto puede ayudar a estabilizar la economía, no el ajuste en sí. Sin crédito y sin moneda, el financiamiento monetario montado sobre el overhang de pesos actual lleva sin escalas a un escenario muy inestable”, detallaron los analistas de Eco Go.

“Si bien pareciera que el gobierno tomó nota de esto cuando el dólar se acercó a $200, una vez que baja la fiebre el camino no es lineal. El problema es que los errores de gestión y la necesidad de esconder el ajuste en un mundo líquido con un mercado que busca historias, está ciertamente aumentando los costos”, advirtió, tajante.

Las idas y venidas con el proyecto oficial de movilidad jubilatoria parecen ser un reflejo nítido de estos problemas hacia el interior de la coalición oficialista.

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