El rally alcista del precio internacional de la soja de agosto hasta esta parte del año, posicionó al cultivo que más produce Argentina en su precio más alto en cuatro años y medio, gracias a la fuerte demanda china de la oleaginosa estadounidense, un ajustado stock en dicho país y la falta de lluvias que amenazaban a las regiones productoras de Sudamérica. Sin embargo, hace menos de dos semanas la oleaginosa emprendió un camino descendente en sus valores, que lo llevó a perder USD 17, aunque los analistas del mercado no observan que esto se pueda constituir en una tendencia.
De esta manera, el contrato de enero de la soja en el mercado de Chicago, que sirve de referencia y es el más próximo para su cancelación, cayó de USD 437,90 la tonelada del 27 de noviembre a USD 420,98 en el cierre de ayer.
Más allá de esta baja, cabe mencionar que desde agosto, el precio en la plaza bursátil de esta posición escaló más de USD 90 la tonelada, siendo vital esta suba para el ingreso de divisas a las arcas del Estado, sobre todo si se tiene en cuenta que se espera una menor producción para esta campaña en un contexto climático que promete no ser beneficioso para el agro argentino.
En lo que respecta a las posiciones de mayo y julio, que son las que más importan a la Argentina por ser los meses de la cosecha local, también tuvieron sus ajustes, pero en menor medida que en el contrato de enero. Del 27 de noviembre en adelante, el de mayo pasó de USD 437,6 a USD 423,7 la tonelada, mientras que el de julio cayó de USD 436 a USD 423,3 la tonelada, dejando pérdidas de USD 13,9 y USD 12,7 la tonelada.
Para el presidente de Kimei Cereales y de la Cámara Arbitral de Cereales de Buenos Aires, Javier Buján, esta baja está relacionada con toma de ganancias y las lluvias en zonas productoras de Sudamérica, que se encuentran en medio de la siembra, aunque no prevé que este ajuste se extienda ya que considera que hay un “mercado sumamente firme”; no ve una señal que marque un descenso en las cotizaciones.
En este sentido, Buján explicó a Infobae que la baja “tiene que ver con un mercado que había subido muchísimo y que hubo toma de ganancias. También influye lo que está pasando en los últimos 10 días con las expectativas de las lluvias salpicadas que se dieron en Brasil. A mi criterio esto no va a impedir que Brasil termine convalidando alguna baja en la producción estimada, por más que todavía no lo hayan dicho”.
Bajo este panorama, Buján ahondó en sus conceptos y puntualizó en que “el mercado está influenciado por un respiro de China respecto a la voracidad con la que venía comprando. Entonces, hay un dólar a nivel mundial que se ha podido mantener (respecto a su cotización en comparación con las principales divisas del mundo) y una China que ha aflojado su ritmo de compra sobre Estados Unidos, las cuales va a tener que retomar porque Brasil va a entrar tarde, producto de la seca”, señaló.
Y agregó: “Hay un conjunto de cosas, pero que no cambian el fondo del mercado. Más allá de que haya perdido USD 18 a nivel internacional, la soja a mayo en Argentina sigue valiendo 300 dólares. Es un mercado sumamente firme. Hoy no veo una señal que signifique que estamos camino a un descenso que no sabemos dónde termina”.
Por su parte, el responsable del Departamento de Análisis de Mercados de la corredora Grassi S.A., Ariel Tejera, indicó que “los ajustes recientes en los precios del mercado de Chicago responderían, en parte, a las lluvias registradas en Argentina y Brasil. Las mismas habrían aportado una cuota de alivio, en un contexto dominado por un marcado déficit en las reservas de agua de los suelos. En sentido similar operarían los pronósticos para los próximos quince días, que indican probabilidad de nuevas precipitaciones en zonas productoras”.
“Ante este escenario, el segmento especulativo parece estar en retirada parcial. Datos oficiales y sondeos de privados, han indicado sucesivas ventas en las últimas semanas. De todas formas, los fondos aún mantienen una holgada posición compradora neta, la cual continúa constituyendo un factor de alerta”, dijo Tejera.
Además, el especialista sostuvo: “Esta semana, se avecina un jueves clave, con el reporte mensual de Estimaciones de Oferta y Demanda Mundial del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Entre los números que llamarán la atención aparecen las proyecciones de demanda y stocks finales en Estados Unidos, y los cálculos de producción para Sudamérica”.
La campaña de soja en Argentina
A pesar de un comienzo complicado para la siembra de la soja en la Argentina, debido al déficit hídrico de gran parte de los suelos en el área agrícola nacional, las últimas lluvias permitieron recomponer los perfiles de los suelos e impulsaron los trabajos en el centro y el norte del país, alcanzando a cubrir a nivel nacional el 48,2% de las 17,2 millones de hectáreas estipuladas para el cultivo que podría arrojar una producción de 46,5 millones de toneladas, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
“Las precipitaciones acumuladas a lo largo de los últimos siete días permiten recomponer los niveles de humedad sobre gran parte del centro-norte del país”, precisó la entidad y marcó que los mayores progresos intersemanales fueron informados sobre el centro-norte de Santa Fe y el centro-este de Entre Ríos, registrando un avance promedio de 35 puntos porcentuales. Al mismo tiempo, “se esperan importantes avances durante los próximos días sobre el centro-norte de Córdoba y el NOA tras una mejora en la humedad superficial”.
Paralelamente, sobre el centro del área agrícola finalizaron las labores de implantación de soja de primera en el sur de Córdoba, “favorecida por una condición hídrica adecuada”, mientras que sobre los núcleos norte y sur y el norte de La Pampa-oeste de Buenos Aires, solo restan por incorporar menos de 300.000 hectáreas de dichos planteos.
“Sobre el sur del área agrícola la escasa humedad continúa condicionando la incorporación de cuadros al ciclo productivo. Adicionalmente, bajas temperaturas registradas durante la madrugada del lunes sobre el Sudeste de Buenos Aires, podrían resultar en nacimientos irregulares y justificar resiembras dependiendo del daño”, concluyó la entidad.
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