Con el mayor valor para el trigo desde el 2012, la Argentina lograría obtener divisas por unos 2.819 millones de dólares por la venta del 60% del cereal producido en el ciclo 2020/21, que alcanzaría una cosecha de 16,7 millones de toneladas. La actual campaña del cereal estuvo muy afectada por la sequía y heladas.
En el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) se indicó que para la presente campaña 2020/21 “se esperan exportaciones de trigo en grano por unas 10 millones de toneladas”, y por ello se apuesta a que gracias a la “revaluación” que ofrece el cereal se logre, sumado a las ventas externas que aportaría la harina de trigo, un ingreso de divisas de unos 2.819 millones de dólares.
Las ventas al exterior de harina de trigo registrarían un incremento del 10% en relación al ciclo anterior, alcanzando las 700 mil toneladas. “Este leve repunte se daría luego de la reactivación de las economías latinoamericanas y el aumento en la movilidad entre los países del Mercosur post cuarentena por coronavirus”, explicaron los economistas de la Bolsa de Rosario.
“En trigo el valor sería el más alto desde el año 2012 –expresaron los especialistas de la bolsa rosarina–, con un precio promedio de exportación para el grano proyectado en 259 dólares por tonelada, cifra que ofrece un aumento del 30% respecto a la campaña anterior. Y lo mismo ocurriría con los precios de la harina de trigo, que se proyectan en 402 dólares por tonelada, también con un alza del 30% interanual”.
El ingreso de divisas podría haber sido mayor de contar con los precios actuales si el clima seco y las heladas no le hubieran jugado en contra a la presente campaña triguera. La producción total prevista de 16,7 millones de toneladas cayó abruptamente por las pobres condiciones que ofreció el clima, ya que en el arranque del ciclo se estimó que la cosecha podría haber alcanzado entre 21 y 22 millones de toneladas.
La suerte que ofreció el panorama climático ya estaba echada en agosto pasado cuando la falta de agua en un mes clave para la definición del trigo, se evidenció la presencia del peor mes seco desde agosto de 2010. Además, en julio último la falta de perspectivas de lluvias llevó a recortar unas 100 mil hectáreas en el pronóstico de siembra al no lograrse la humedad necesaria en los suelos de las principales regiones trigueras.
El efecto del clima
Sin embargo, tal como lo refieren los informes de la Bolsa de Comercio de Rosario, la superficie de los lotes de trigo en condiciones regulares a malos, solo en la zona núcleo comprendida entre el sur de Santa Fe, sudeste cordobés y norte bonaerense, donde arrojó una caída de 2 millones de hectáreas.
A la falta de lluvias, le siguieron una serie de heladas denominadas por los especialistas como “heladas negras” que afectó severamente los rindes de los trigales. Este tipo de fenómeno climático enfría los suelos por debajo de los cero grados pero no forma escarcha, con lo cual deja el suelo sin humedad.
Recién en septiembre llegaron lluvias a la zona centro y este del país, que dejaron apenas entre 10 y 15 milímetros, cuando el trigo cumplía las etapas de macollaje, encañazón y echaba la espiga. Por otro lado, en octubre se notó una mejoría de la condición de los trigos, pero de manera muy leve tras la llegada de precipitaciones. El volumen de las mismas que se registró, no logró cambiar los rindes que ya se estimaban para el trigo, debido a que el daño por la sequía era irreversible.
De esta forma, el área sembrada de la campaña 2020/2021 fue de 6,5 millones de hectáreas con un rinde promedio de 2.837 kilos por hectárea. En tanto que la superficie no cosechada, de acuerdo a las estimaciones aportadas por la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Rosario, la situó en unas 608 mil hectáreas en esta campaña. Son números que permiten arribar a los especialistas a un producción de 16,7 millones de toneladas.
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