La mayoría de los sectores de la economía no logrará recuperar en 2021 las pérdidas registradas este año

Un informe especial de la consultora Abeceb para Infobae refleja que habrá pocos “ganadores” en términos netos. Contrasta con el optimismo del Gobierno, basado en el efecto del inicio de la vacunación contra el COVID-19

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La producción automotriz podría recuperar
La producción automotriz podría recuperar en 2021 los niveles de 2019 si se recupera la demanda externa

La pandemia y la cuarentena tuvieron en 2020 un efecto devastador sobre casi todos los sectores de la economía y solo cuatro de los 10 sectores más golpeados podrán recuperarse en 2021 de las pérdidas que sufrieron este año.

En ese ranking de la producción casi no hay ganadores: prácticamente todos aparecen del lado negativo y la diferencia solo radica en la magnitud del derrape, según un informe especial preparado por la consultora Abeceb para Infobae, en base a datos oficiales y a estimaciones propias.

De mayor a menor, las caídas fueron, desde principios de año, las siguientes: Calzado 30,7%; siderurgia 22,2%; textil 22%; construcción 21,5%; automotriz 21,2%; informática, tv y comunicaciones 16,7%; minería 15,1%; refinería de petróleo 12,5%; aparatos de uso doméstico 11% e industria global 7,6 por ciento.

De este pelotón, la consultora fundada por Dante Sica, estimó aquellos que podrán “salvar la ropa” el 2021, cuando el Gobierno prevé un rebote del 5,5%, después de una caída que rondará entre el 11% y 12% este año, son cuatro: el automotriz con un alza estimada en 26,4%; minería 26,9%; informática tv y comunicaciones 17,3% y aparatos de uso doméstico con 17,2 por ciento.

Caídas, recuperación parcial y total
Caídas, recuperación parcial y total de los diferentes sectores económicos entre 2020 y 2021 Fuente: Abeceb

Son las excepciones que se prevé que lograrán el año que viene una recuperación mayor que la pérdida de este año para el olvido. En cambio, hay otros sectores que Abeceb estima que mostrarán en 2021 un rebote pero que no alcanzarán a compensar las pérdidas de este año; se prevé que la producción industrial en general caerá 11,6% en 2020, para repuntar 5,8% el próximo.

Se prevé que la producción industrial en general caerá 11,6% en 2020, para repuntar 5,8% el próximo

En este grupo intermedio estarán la construcción y la siderurgia, que aumentarán 18,5%; calzado 16,8%; textil 8,9%; refinería de petróleo el 11,2; el agro (la cosecha valorizada) el 13,2%; y la industria en su conjunto 6,2 por ciento.

En el último peldaño se ubicarán aquellos que seguirán en el terreno negativo: los agroquímicos con 1,5% y petróleo 0,6% de disminución.

La construcción podría recuperarse parcialmente
La construcción podría recuperarse parcialmente en 2021

Con estas cifras como mar de fondo, Javier Cao, responsable de inteligencia sectorial de Abeceb dijo a Infobae: “La diferenciación entre sectores esenciales y no esenciales deja de ser la variable principal para definir la evolución de los distintos sectores y la actividad parecería ser más normal de cara a 2021, observándose, como es lógico, los mayores rebotes en los sectores de mayor caída en 2020”.

Sin embargo, siempre en la Argentina es bueno colocar algunos asteriscos: “De cara tanto al cierre de 2020, como al comienzo del año que viene, hay algunas características puntuales que habrá que tener en cuenta a la hora de analizar la actividad por sector”, indicó Cao. “Lo más llamativo en los últimos meses ha sido la importante recuperación que muestra la venta de bienes durables, que en otras circunstancias suelen ser las de mayor caída ante una crisis”, aclaró.

Para Abeceb, el fenómeno más llamativo de los últimos meses fue la fuerte recuperación de la venta de bienes durables, como una forma de resguardo de los ahorros personales

En este sentido, la industria automotriz proyecta cerrar el año con 340 mil patentamientos (tras una caída del 28% en la producción desde enero) y llegar a 410 mil en 2021. Con mayores exportaciones también -de la mano de una posible recuperación de Brasil- la producción alcanzaría las 226 mil unidades en 2021, con un aumento del 26%, por lo que prácticamente recuperaría el nivel de 2019.

Por su parte, las ventas de electrodomésticos crecerían 14% en 2021 (tras caer 15% en 2020); en este rubro, como en tantos otros, “comienza a haber preocupaciones por faltante de materiales de construcción, aun cuando la producción de minerales no metálicos -medida por el IPIM-, alcanzó niveles que no se veían desde 2018”.

Abeceb prevé un mejor año
Abeceb prevé un mejor año para los electrodomésticos

Este fenómeno se debe, “más allá de la recuperación general y la necesidad de recomposición de stocks, a un driver particular: el consumidor percibe actualmente a estos bienes como baratos en dólares, y sin mayores oportunidades de gasto -debido a que algunas actividades se encuentras restringidas y los principales instrumentos de ahorro no parecen del todo atractivo-, su compra aparece como una oportunidad”.

Si bien este motivo “es claramente de corto plazo, de no mediar una depreciación abrupta, seguirá impulsando en el corto plazo la recuperación de estas actividades, por lo que probablemente puedan ser algunos de los sectores con mayor crecimiento en 2021”, expresó Cao.

Claro está que la depreciación que mencionó Cao aparece en el escenario de la mayoría de los agentes económicos como un factor que el Gobierno no podrá evitar, tarde o temprano; y la gran duda es si, a mayor espera, las presiones devaluatorias no crecerán en forma exponencial cuando se termine esta calma cambiaria transitoria de las últimas semanas.

El estudio de Abeceb resaltó que el consumo masivo, a diferencia de la producción, “se estanca”. “La contracara de la recuperación de las ventas de durables ha sido la desaceleración de las ventas en supermercados, que han dejado atrás el boom de los primeros meses de cuarentena y ahora se ubican en terreno negativo en términos interanuales”, indicó Cao.

La desaceleración en la venta de los supermercados es la contracara del aumento del consumo de bienes durables y ya se ubica en términos negativos en términos interanuales

Este fenómeno se debe a la “caída del ingreso disponible para el gasto en alimentos y otros productos de consumo masivo, ante los aumentos de precios, que en estos rubros estuvieron por encima de la inflación y a la aparición de nuevas alternativas de gasto”. De hecho, en los últimos 12 meses, la inflación llegó al 37,2% y el salario perdió en términos reales, además de que crecieron el desempleo y la pobreza, aún cuando estuvieron vigentes tanto la prohibición de efectuar despidos como importantes programas como el IFE, que este mes ya dejará de pagarse pese a los fuertes desequilibrios sociales del país.

Según Abeceb, “al mismo tiempo, otros bienes de consumo semi-masivo, como es el caso de la indumentaria, tampoco logran despegar, con caídas en la producción superiores al 20% en términos interanuales”.

El combo de caída del
El combo de caída del salario real y desaliento a la búsqueda de empleo por falta de oportunidades, se estima mantendrá en niveles muy bajos el consumo de bienes prescindibles (Maximiliano Luna)

“La suerte de estos segmentos en 2021 dependerá en gran medida de las posibilidades de recuperación del ingreso real y de la normalización de los protocolos de venta al público, que comenzaría a darse en los próximos meses a partir de los ajustes salariales”, concluyó Cao.

En este caso, el Gobierno se encuentra, como en tantos otros, ante un fuerte dilema: si sigue con el proceso de desarme del programa de Precios Máximos y el descongelamiento de las tarifas de los servicios públicos, el índice de precios al consumidor (IPC) empezará a crecer en forma exponencial; pero si no lo hiciera, la rentabilidad de las empresas (ya sin la cobertura del ATP) se vería severamente afectada y podrían agravarse los problemas de falta de stock o déficit en los servicios en varios sectores de la economía.

En este contexto, los sectores más golpeados de la crisis -a nivel global y local-, restaurantes y hoteles, así como los servicios personales, “seguirán mostrando bajos niveles”. La recuperación total en estos casos quizás no se observe hasta que la vacuna contra el covid-19 esté disponible.

El milagro que espera el Gobierno

De este milagro sanitario se “cuelgan” algunos funcionarios del Gobierno para pensar (y rezar) en un 2021 en el cual el rebote puede ser mucho mejor que el previsto en el presupuesto (5,5%), según indicaron calificadas fuentes oficiales a Infobae.

Esto se podría dar como consecuencia del cambio en las expectativas, de un ciclo económico externo que seguirá siendo muy favorable (de la mano de una fuerte liquidez y una potencial baja del dólar a nivel internacional con el cambio de gobierno en EE. UU.), y un orden fiscal “razonable”, menor al 4% del PBI, por una mayor restricción monetaria y un sendero de reducción del agujero de las cuentas públicas, imprescindible para que haya un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en algún momento de 2021.

Pero en este “rezo”, las plegarias se dedican con especial fuerza al sector agrícola. Según Abeceb, “mientras que la soja se acerca a los USD 440 por tonelada, el fenómeno de La Niña no da tregua y lleva a proyectar una caída de más de 5% en la cosecha 2020/21”.

La soja sube de precio
La soja sube de precio pero hay expectativas de una menor producción por el fenómeno de La Niña

“El resultado es una menor producción, pero un crecimiento de la cosecha valorizada de alrededor de 13% en 2021. Aquellos productores que se vean menos afectados por la sequía tendrán una recomposición interesante de su rentabilidad”, aclaró el informe.

El otro sector que le brindará buenas noticias al Gobierno es el petrolero, ya que “entre noviembre y marzo se espera una recuperación de la inversión petrolera, hasta ahora una de las más retrasadas”. “La expectativa es que para marzo se recuperarán los niveles de principios de año (cabe aclarar, muy inferiores a los de 2019), aunque la producción tardaría un poco más en comenzar a reaccionar”, se indicó.

“Estas perspectivas resultan consistentes con nuestro escenario base de control de la nominalidad (inflación) y ausencia de un rebrote fuerte del covid-19. Sin embargo, no debe dejar de mencionarse que ambos riesgos se encuentran plenamente vigentes, y que para adelantarse al futuro será clave monitorear tanto la cuestión cambiaria como sanitaria”, advirtió el reporte.

El escenario base es el control de la nominalidad (inflación) y ausencia de un rebote fuerte del covid-19

En ambos casos, si se extendiera la crisis “el resultado sería un empeoramiento generalizado, aunque con algunas diferencias. En el primero, el golpe se sentiría más fuerte sobre los bienes durables, dado que los consumidores percibirán que se cierra esa ventana de oportunidad. En el segundo, los servicios (e indirectamente transporte, ventas de combustibles y actividad petrolera) serán los más afectados, dado que se restringirá la movilidad”, concluyó Abeceb.

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