Aunque el aumento real de la recaudación viene perdiendo fuerza, los datos de noviembre le aportaron una buena nueva al ministro de Economía, Martín Guzmán. Salvo una catástrofe -por ejemplo, un nivel de inflación muy por encima del 3% en diciembre-, la meta de recaudación para este año prevista en el Presupuesto 2021, se sobrecumplirá. Esto es, al ritmo actual de avance real de los ingresos fiscales, hacia fin de año la recuperación de la recaudación habrá significado una diferencia de $200.000 millones respecto de lo calculado en septiembre pasado. De ahí las mayores chances de Guzmán de cumplir con una de sus últimas promesas fiscales: reducir el déficit de 8,2% del PIB a 7% en el cierre de las cuentas públicas de este año.
El dato se destaca en el habitual análisis sobre la recaudación tributaria que todos los meses realiza el IARAF, donde se remarca que a noviembre, la recaudación ya equivale a 22% del PBI y que hacia fin de año podría alcanzar 24,6% del PBI versus la cifra de 23,8% prevista en el Presupuesto, es decir, 0,8% de PBI en el mejor de los casos. En pesos, eso significa un saldo de $220.000 millones para el que habría sido necesario buscar financiamiento.
“Según el Presupuesto 2021, el Gobierno espera finalizar el año 2020 con una recaudación nacional equivalente al 23,8% del PIB ($6.459.480 millones). Al momento, con los datos hasta noviembre, la misma acumula el 22% del producto, es decir que se debería recaudar 1,8 p.p del producto en el último mes del año”, dice el informe de IARAF, que agrega que esas cifras permiten suponer que “se sobrecumplirá la meta prevista en el Presupuesto”.
Según el IARAF, la recaudación ya equivale a 22% del PBI y hacia fin de año podría alcanzar 24,6% del PBI versus la cifra de 23,8% prevista en el Presupuesto; es decir, habrá un saldo del 0,8% de PBI
Esto a pesar de que, en términos reales, la recaudación prácticamente no creció y el resultado obtenido hubiera sido imposible sin los nuevos impuestos vigentes, como el impuesto PAIS, o la baja impositiva que operaba en noviembre de 2019. En este sentido, el avance de la recaudación fue de apenas 0,3%, dos décimas por debajo de la suba del mes anterior.
Según el instituto económico, en ese número “claramente, colaboró el hecho de que en el mes de noviembre de 2019 siguieran vigentes las medidas tomadas post PASO de aquel año, que afectaron fuertemente la recaudación de Ganancias (cabe recordar la suba del mínimo no imponible de este tributo y la devolución de parte de lo abonado por el mismo durante el primer semestre del año pasado) y la de IVA con la disminución de la alícuota para productos de primera necesidad”. Esa base de diciembre de 2019 volverá a repercutir en la mejora real de este mes.
De todos modos, un sobrecumplimiento de la meta no implica un crecimiento real interanual. Sólo se atenuaría. Es decir, en vez de cerrar el año con una caída de 9,5% interanual, la baja se ubicaría en torno a 7,6%. Otra vez, en el caso de que no se produzca una fuerte aceleración inflacionaria mucho mayor a la que se registró en los últimos dos meses.
El comportamiento del IVA, aun manteniendo una caída real de 1%, refleja la mejora de la actividad tras el relajamiento de las restricciones que implicó el cambio de aislamiento a distanciamiento preventivo
A la hora de analizar la recaudación por impuestos, se destacan en los dos extremos la evolución real positiva de Ganancias, de 29% y su contraparte en la caída de recaudación por retenciones de 45%, dato completamente alineado con la escasez de divisas y las dificultades del Banco Central para recomponer reservas.
Por su parte, el comportamiento del IVA, aun manteniendo una caída real de 1%, refleja la mejora de la actividad tras el relajamiento de las restricciones que implicó el cambio de aislamiento a distanciamiento preventivo. Sin embargo, los datos más sensibles para los planes de ajuste fiscal del ministro Guzmán se centran en la caída de los impuestos destinados a la seguridad social.
Más allá de la persistencia en la caída de los aportes y contribuciones (11,5%), también el impuesto al cheque mantiene una fuerte variación negativa de 6,6%. Desde 2018, este impuesto alimenta los fondos de la ANSES y es de esperar que, tras la retracción económica de este año, en 2021 la recaudación de este tributo tenga un claro signo positivo. Esto redundará en un mayor beneficio a los jubilados, uno de los principales gastos que el Gobierno tiene en la mira de cara al acuerdo que negocia con el Fondo Monetario.
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