En el marco del SUMMIT 2020 realizado el viernes pasado, el encuentro anual del IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral, se realizó una encuesta entre unos 600 empresarios que señalaron un panorama poco agradable para el 2021.
El estudio, que fue coordinado por Eduardo Fracchia del IAE fue un sondeo sobre la coyuntura económica para el próximo año sobre las opiniones de 571 ejecutivos y empresarios, tanto de pymes como de grandes organizaciones en su mayoría nacionales.
El primer concepto es que si bien la mayoría de las empresas logró este año mantener o incluso aumentar la facturación presupuestada, 61% de los encuestados ve mayores complicaciones por lo menos para el año próximo.
Aunque buena parte de los empresarios no están vislumbrando una hiperinflación, ya que el 48% de los encuestados percibe que el costo de vida será menor al 50% el año que viene. Sin embargo, el trabajo muestra que hay una porción bastante alta de los encuestados que observa que la inflación se puede disparar, ya que el 40% de los encuestados “prevé una inflación más elevada, de hasta el 70%”.
Con estos datos, el promedio que muestra el trabajo del IAE es que la previsión queda entonces más cerca del 60%, lejos de lo que está observando el ministerio de Economía de la Nación y la Casa Rosada que en el Presupuesto 2021 estableció un alza en el costo de vida de 29 por ciento.
“La previsión de una inflación muy alta es marginal, y prácticamente también se descarta la hiperinflación (suman solo el 12% de los encuestados entre ambos pronósticos). Lo que puede leerse detrás de esta inflación promedio esperada, que es en esta muestra superior a la del REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado) elaborado por el Banco Central, es la alta emisión de pesos que se viene produciendo, relacionada con los pagos de IFE y ATP”, sostiene Eduardo Fracchia.
“Pareciera que el gobierno quiere moderar esta asistencia financiera del Banco Central reduciendo los adelantos transitorios a la Tesorería, pero es un tema con gran incertidumbre y habrá que ver si lo puede concretar en un año difícil como 2021, por las tensiones sociales y electorales”, agrega el especialista del IAE en un comunicado.
Donde el promedio de la discusión no encuentra dudas es que la mayoría no vislumbra un promisorio 2021 y, nuevamente, lo aducen a lo que entienden es un problema de falta de plan económico.
Respecto a la visión de futuro en la pregunta sobre la situación del país en los próximos años, se evidencia pesimismo en la mayoría de los empresarios: el 61% considera estará peor, el 22% por lo menos igual, y solo un 17% augura mejoría.
“Pensamos que el difícil panorama que se percibe se fundamente en la inflación instalada, la profunda recesión, los problemas fiscales, falta de un plan económico concreto, sumado a las tensiones políticas al interior del gobierno”, sostiene Fracchia respecto a esta visión de mediano plazo.
Un dato no menor es que el pesimismo con el que los empresarios observan el futuro es que más del 50% logró tener durante este año, en donde hubo meses de aislamiento y poca movilidad, una facturación igual o superior a la proyectada.
Cuando en la encuesta se los consulta sobre cómo resultó la facturación, el 37% respondió que alcanzó una facturación en línea con lo presupuestado. A este grupo se le suma un 14% que obtuvo un incremento de entre 30% y 50% de la facturación respecto de lo que había planificado a principios de 2020 y un 7% más que superó ese 50 por ciento.
Luego hay un grupo conformado por un 33% de los encuestados mostró una facturación que estuvo entre el 30 y 50% debajo de lo esperado, y otro 9% que se sitúa en más del 50% por debajo de lo presupuestado.
Esta disparidad es lógica siguiendo la también dispar incidencia de la pandemia según el sector de actividad, y según Fracchia “constituye además una descripción auto explicativa de cómo se acertó o no con el desempeño para hacer frente a la crisis”.
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