Nadie suelta un dólar: las ventas de billetes en bancos son las más bajas en 6 años

Es el lado B de las trabas cambiarias. En octubre prácticamente desapareció la oferta voluntaria de divisas en el mercado formal. Los mercados paralelos se llevan toda la oferta y dejan al Central sin una fuente de divisas

FOTO DE ARCHIVO: Billetes de dólares estadounidenses en esta ilustración del 7 de noviembre de 2016. REUTERS / Dado Ruvic / Ilustración

Los controles de cambio protegen las reservas del Banco Central (BCRA) por la vía de impedir o limitar casi toda forma de demanda por dólares. Pero paradójicamente, las mismas trabas combinadas con una brecha entre las cotizaciones paralelas y oficial del dólar dañan a las tenencias de la autoridad monetaria: la desaparición casi total de la oferta voluntaria. A pesar de que las tenencias de dólares por parte de residentes están lejos de caer, las divisas en manos de familias y empresas no van al mercado cambiario y, así, fuerzan a que sea la entidad conducida por Miguel Pesce la que tenga que vender para mantener en funcionamiento al mercado.

El BCRA publicó el informe mensual sobre el mercado de cambios correspondiente al mes de octubre pasado. Los datos del primer mes con cepo reforzado, que dejó afuera a la mayor parte de los que cada mes hacían uso del cupo de USD 200 autorizado para compras para atesoramiento por parte de personas humanas, muestran un derrumbe en las compras de billetes. Se compraron apenas USD 236 millones en el mes, la cifra más baja desde marzo de este año.

Pero la caída en las compras oculta lo que pasa del otro lado del mostrador, la oferta de billetes por parte de familias y ermpresas en el mercado cambiario formal. En todo octubre, personas físicas vencieron apenas USD 39 millones a los bancos, la cifra más baja para un mes desde noviembre de 2014, en pleno cepo 2011-2015. En aquel entonces, se habían vendido en total sólo USD 9 millones.

Las razones por las que las personas optan por no vender sus divisas en el mercado formal no son difíciles de entender. Con la aplicación del Impuesto PAIS y la retención del a cuenta de Ganancias o Bienes Personales los ahorristas pagan un recargo del 65% por sobre el precio para la compra de bancos y casas de cambio que abre una brecha enorme con el precio para la venta.

Según el promedio de cotizaciones minoristas que releva a diario el BCRA, el viernes el dólar para la venta costaba $142,90 -luego de sumar al tipo de cambio vendedor de $86,61 el 30% de Impuesto PAIS y el 65% de percepción a cuenta de impuestos- mientras que el precio comprador promediaba $80,31.

Es decir que si los ahorristas se ven obligados a deshacerse de dólares para hacer frente a algún pago imprevisto tienen que aceptar un tipo de cambio 43% menor al que pagaron para poder recurrir a ellos.

Los ahorrista pagan en promedio $142,90 por comprar dólares en bancos. Al venderlos, las entidades les pagan $80,31 por dólar

Con múltiples mercados paralelos a disposición para ofrece dólares a un mejor precio, la decisión de los ahorristas es la esperable. Por ejemplo, en el mercado informal pueden recibir $150 por dólar y en el mercado de dólar MEP -que se opera en blanco- pueden obtener $145,72 por billete, además de utilizar directamente los billetes para hacer pagos con vendedores de autos, materiales para la construcción y otros rubros que toman ese dinero a un tipo de cambio paralelo.

Aunque la demanda por dólares es la que se lleva todas las miradas, la venta de billetes en el mercado bancario solía hacer su aporte a la liquidez del mercado. Por ejemplo, durante el fallido intento de estabilización cambiaria conducido por el ex presidente del BCRA, Guido Sandleris, en el marco de un programa del FMI se alcanzaron niveles récord de ventas de divisas en un intento por compensar compras aún superiores.

El programa monetario basado en metas de cantidad de dinero forzó las condiciones del mercado de pesos y elevó las tasas nominales a récords. El resultado fue que para las empresas e individuos que necesitaban hacer frente pagos puntuales, sobre todo en momentos de caída de la actividad, resultaba demasiado caro mantener atesorados a los dólares.

Así, por ejemplo, en julio del año pasado se llegaron a vender en bancos y casas de cambio USD 3.391 millones, como máximo. Entre enero y julio la cifra nunca bajó de los USD 3.000 millones mensuales, hasta que en agosto una nueva disparada del dólar oficial desinfló las ventas y dio por tierra con el programa de estabilización. Es oferta no alcanzaba a cubrir la demanda -entre enero y julio 2019 el saldo del mercado de billetes fue negativo en más de USD 8.000 millones acumulados-, pero al menos ayudaba a abastecerla parcialmente.

Ahora, con la compra de divisas para atesoramiento prácticamente anulada Pesce no sufre semejante sangría, pero también sufre por la desaparición casi absoluta de la oferta voluntaria de divisas.

Pesce y el ministro de Economía, Martín Guzmán, son conscientes de que nadie va a vender un dólar en el mercado formal en el actual esquema cambiario. Por eso, a mediados de septiembre eliminaron el “parking”, un período de espera de -en ese entonces- tres días que pesaba sobre las operaciones de dólar MEP para la venta y que buscaba desincentivarlas. Ya que los dólares de los ahorristas argentinos no van a ir al mercado formal, pensaron, al menos que ayuden a achicar algo la brecha cambiaria.

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