La Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares (CNTCP) fijó un aumento del 28% en tres cuotas para el personal doméstico. Será un 10% en diciembre 2020, un 8% en febrero 2021 y un 10% en abril de ese año, a lo que se debe sumar un 3% de suba adicional para las zonas desfavorables desde enero.
De esta manera, el personal para tareas generales como limpieza, lavado, planchado, mantenimiento, elaboración y cocción de comidas y en general, toda otra tarea típica del hogar cobrará por hora $158,96 y $19.564,05 mensual (con retiro) y $171,05 por hora y $21.754,70 mensual (sin retiro).
El último aumento salarial para las empleadas de este sector había sido del 5% y se comenzó a pagar en mayo pasado. Con ese incremento, la hora de trabajo quedó establecida en $144,50 para el personal que realiza tareas generales con retiro y en $155,50 para el caso de aquel que es sin retiro. En tanto, el sueldo mínimo mensual para aquellos que realizan tareas generales quedó fijado en $17.785 (con retiro) y $19.777 (sin retiro).
La CNTCP es el organismo está compuesto por representantes de los trabajadores, de los empleadores y de los Ministerios de Economía y de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Esta última cartera “ejerce la Presidencia y tiene a su cargo las tareas de soporte legal, técnico y administrativo”.
Cuando el Gobierno decretó el aislamiento obligatorio, esta fue una de las actividades que se vio interrumpida y que no pudo retomar hasta mediados de octubre pasado, cuando fue habilitada en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante la cuarentena, algunas trabajadoras del sector pudieron acceder a cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia de $10.000 que otorgó la Anses. No obstante, este ingreso no reemplazó el pago de sus salarios, que los empleadores debieron seguir abonando.
Se estima que en la Argentina hay alrededor de 1.400.000 trabajadores en casas particulares, en su mayor parte mujeres. De esa cantidad, hay entre 550.000 y 600.000 en blanco y el resto está en negro
El personal doméstico pudo acceder a esta ayuda del Estado siempre que algún miembro de su grupo familiar no percibiera ingresos provenientes de un trabajo en relación de dependencia público o privado; fuera monotributista de categoría C o superior o del régimen de autónomos; tuviera una prestación por desempleo; percibiera jubilaciones, pensiones o retiros; cobrara planes sociales, salario social complementario, Hacemos Futuro, Potenciar Trabajo u otros programas sociales nacionales, provinciales o municipales. La excepción son la Asignación Universal por Hijo (AUH) o por Embarazo.
Si bien los empleadores estuvieron obligados a pagarles el salario pese que no concurrieron a los hogares a desarrollar su actividad, lo cierto es que muchos no lo percibieron por encontrarse en la informalidad.
Según los datos del Ministerio de Trabajo y de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), durante los últimos meses en este sector se perdieron unos 20.000 puestos en blanco.
Se trata de una rama del mercado laboral que al segundo semestre de 2020 sumaba 1.105.000 trabajadores de casas particulares a nivel nacional, de las cuales solo 507.000 estaban registrados, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Sin embargo, según Carlos Brasesco, apoderado legal de la Unión Personal Auxiliar de Casas Particulares (Upacp), se estima que en la Argentina hay alrededor de 1.400.000 trabajadores en casas particulares, en su mayor parte mujeres. “De esa cantidad, hay entre 550.000 y 600.000 en blanco y el resto está en negro”, afirmó en diálogo con Infobae.
Cabe destacar que todos los trabajadores, independientemente de la cantidad de horas o de la modalidad de contratación, tienen que estar inscriptos en el registro de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Lo habilita a acceder a los beneficios sociales (aporte jubilatorio, seguro por accidentes de trabajo, obra social, entre otros).
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