Diego Armando Maradona no sólo fue el mejor jugador de la historia del fútbol y un hombre que rompió las fronteras con su popularidad en épocas en donde las redes sociales no eran siquiera un sueño, sino que también fue un precursor de los contratos millonarios en el fútbol.
Aunque claramente cuando se observan los números de su carrera parecen contratos de defensores y no del número 10 si se tomaran los números actuales, de todas formas Maradona también se destacó por trascender a su época en lo que se refiere a los ingresos. Tanto es así que fue uno de los pocos deportistas, y uno de los primeros, que tuvo un patriconio de por vida.
En la década del 80 Diego Maradona era uno de los atletas mejor pagos del planeta, ganando varios millones de dólares al año entre salarios y patrocinios con compañías como Hublot, Puma y Coca-Cola. Su popularidad era tan grande que llegó a ser la cara de la multinacional de gaseosas en Brasil, la tierra de su “archi rival”, Pelé.
La carrera del 10 comenzó en Argentinos Juniors, pero rápidamente salto a Boca Juniors por una cifra que ya mostraba su carácter de especial: 4 millones de dólares. Esto que hoy parece poco, en 1981 significaba una fortuna.
Luego de un corto paso por el club de la ribera, de menos de un año, Maradona desembarcó en Europa en donde rompe el mercado de pases. El Club Atlético Barcelona lo contrató luego del Mundial de 1982 por 7,2 millones de dólares.
Luego de dos años en el equipo catalán -en donde no se sintió a gusto y sufrió una de las peores lesiones de su carrera-, el hombre nacido en un barrio humilde de la zona de Lanús desembarcaba en Nápoles, Italia, para jugar en el equipo de la ciudad. Por ese pase el club italiano pagó 7.5 millones de dólares.
El contrato de Maradona en el Napoli, lugar donde explotó como futbolista al punto que llevó a un pequeño equipo del sur, la parte más pobre del país europeo, a disputarle y ganarle a los ricos del norte; incluía varios ítems: en 1984 Maradona tenía una prima por 800.000 dólares, cobraba un millón de dólares por publicidad y otros 400.000 dólares por cada amistoso que disputara.
Para poder entender y comparar qué significan esos números cabe tomar la tasa de inflación promedio de Estados Unidos entre los años 1984 y 2020, que sumó el 2.62% anual. En total, la moneda presentó un aumento del 153.68% entre estos años. Esto quiere decir que los 800.000 dólares de 1984 equivalen a 2.029.409 dólares de 2020.
Luego de su paso por Italia volvió a España donde fue citado por el Sevilla de Carlos Salvador Bilardo. En 1992 el astro del fútbol mundial cerró un contrato con el club español por 7.5 millones de dólares.
Estos números son de los contratos que se hicieron públicos en su momento. Y la fortuna de Maradona es difícil de calcular, porque sus ingresos y egresos también estuvieron signados por sus propias excentricidades como por las de quienes lo rodeaban. tuvo contratos como el del club mexicano de Sinaloa, donde cobraba USD 150.000 por mes, o el Dinamo Brest de Bielorrusia que, como presidente honorario, cerró un contrato de USD 20 millones por año durante tres años.
A esto se le suma los contratos en el fútbol árabe y sus propiedades que van desde el famoso departamento de Seguro y Habana en el barrio de Devoto a otros inmuebles en varias de las zonas más exclusivas de Buenos Aires, joyas y autos de lujo como entrenador los dos Rolls Royce Ghost valuados en 300.000 dólares cada uno y un BMW i8 que quedaron en Arabia Saudita.
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