Los números de actividad económica de septiembre que mostró ayer el Indec confirmaron lo que la mayoría de los analistas, y hasta el propio Gobierno, avizoran para lo que queda de 2020 y 2021: la recuperación será lenta y depende no sólo del factor sanitario, sino también de cómo el equipo económico logre encarrillar las variables macroeconómicas en los próximos meses. Hoy nadie habla de un rebote drástico en forma de V, ni siquiera en el resto del mundo; la definición que los analistas eligen para graficar el rebote es la de la pipa de Nike, en alusión al logo de la marca deportiva, donde la curva de crecimiento es suave.
Este concepto ya había sido usado por economistas internacionales para referirse a cómo sería la recuperación luego de la crisis financiera de 2008-2009, y ahora resurgió con la pandemia. De hecho, el premio Nobel de Economía, Paul Krugman, dijo recientemente, en un evento organizado por la plataforma Outthinker, que una mejora rápida en V tiene de base una demanda frenada que, superada la crisis, se lanza a consumir lo que no pudo durante la debacle. Pero remarcó que la crisis del COVID no frenó la adquisición de bienes durables y que el sector de servicios que sí se vio afectado no recuperará las ventas no realizadas. “Habrá daños colaterales tremendos y la resaca que vamos a vivir afectará a la economía durante mucho tiempo”, había dicho el economista norteamericano a mediados de septiembre.
La Argentina no es ajena a esta situación que se vive en el mundo, con el agravante de que la macroeconomía en el país es endeble. En función de lo que pase con el dólar, la brecha y la inflación, el país tendrá un mejor o peor resultado en materia de actividad. Por lo pronto, el Gobierno fue moderado en el proyecto de Presupuesto 2021. Frente a una caída del 13,6% prevista para 2020, la economía el año próximo trepará 5,5 por ciento.
Después de la fuerte caída de marzo y abril, la economía empezó a recuperarse fuerte, pero luego ese proceso se desaceleró y ahora detectamos que se está frenando. Argentina va a tener que transitar varios años hasta volver a los nivieles pre pandemia (Guido Lorenzo)
“Mientras no sepamos cómo sigue lo sanitario, no podemos saber qué va a pasar con la actividad, pero en todo caso tenemos que ser prudentes, porque sabemos que las crisis macroeconómicas tienen efectos permanentes y no sólo transitorios”, dijeron en el Palacio de Hacienda. Y agregaron que “en general, los países recuperan la tendencia de crecimiento, pero no el nivel”.
Los números del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de septiembre mostraron una desaceleración en el nivel de caída interanual respecto de los meses previos (la merma fue de 6,9%) y un mayor crecimiento en la medición desestacionalizada (1,9%) que la cifra de agosto. En la comparación versus septiembre del año pasado, se destacaron las subas en Comercio, que trepó 5,8%, y la Industria, que se expandió 2,2%. En ambos casos, fue el primer crecimiento interanual del año y el de mayor magnitud desde mayo 2018.
Pero así como 6 rubros crecieron, otros 9 cayeron. De acuerdo con el informe oficial, volvieron a liderar la contracción interanual del mes Hoteles y Restaurantes (-59,5%) y Otras actividades de servicios (-50%). Les siguieron con menores tasas de caída la Construcción (-28,1%), Transporte y comunicaciones (-19%) y Minas y canteras (-12,8%).
“Después de la fuerte caída de marzo y abril, la economía empezó a recuperarse fuerte, pero luego ese proceso se desaceleró y ahora detectamos que se está frenando. Argentina va a tener que transitar varios años hasta volver a los nivieles pre pandemia”, afirmó a Infobae Guido Lorenzo, de la consultora LCG. Sus proyecciones se asemejan a las oficiales, que plantean que la economía rebotará en 2021 alrededor de 5 o 6%, y eso implica una recuperación lenta, dijo.
Lorenzo coincidió con la figura de la pipa para referirse al crecimiento de la Argentina pos pandemia, pero remarcó que aparece como un riesgo la figura de la W, es decir, que tras una recuperación la economía luego vuelva a descender. “El país puede tener más W, no tanto por una segunda ola de coronavirus, sino por la inestabilidad producto de una macroeconomía que no está sana. La recuperación va a estar restringida a los problemas que tiene la Argentina”, precisó el analista.
Para Daniel Artana, de FIEL, la recuperación económica dependerá de cuánto acierten en la política macro. Para 2021, la consultora tiene una proyección más baja que la del Gobierno -entre 3 y 4% de crecimiento- pero sostienen que si el equipo económico logra sortear la inestabilidad actual, la recuperación será más vigorosa.
La recuperación será en forma de pipa, con mucha heterogeneidad sectorial y “siempre y cuando la macroeconomía se recupere y se mantenga cierta previsibilidad (Diego Coatz)
“En segundo lugar, aún en países que no tienen este problema que tiene la Argentina aparecen un montón de cuestiones que te llevan a pensar que no habrá una recuperación en forma de V porque hay mucha gente que quedó fuera del mercado de trabajo, empresas que quebraron y que reemplazarlas lleva su tiempo, y sectores que van a sufrir cambios”, manifestó Artana. Y se preguntó, a modo de ejemplo: “Por ejemplo, en el sector aerocomercial, ¿la gente va a viajar igual o se va a resentir aún a pesar de tener vigente la vacuna? Todo eso hace pensar que en el mundo se vea una recuperación más como una pipa de Nike y no como una V”.
El director de Analytica, Rodrigo Alvarez, avizora una “recuperación muy lenta”, incluso más que la que prevé el Gobierno. “Vemos más inflación y mayor suba del dólar y, en consecuencia, menos reactivación, con lo cual vemos un proceso de tracción de la economía muy lento”, dijo el economista ante la consulta de este medio.
Según precisó, no proyecta un repunte en forma de V porque “eso implicaría una reacción rápida de la actividad que no se está dando, salvo en sectores puntuales donde se producen compras para protegerse frente a una posible devaluación”. “Va a haber una reactivación porque pasamos a otro nivel de movilidad, pero esto es mucho más profundo. Hay 4 millones de trabajadores desocupados, el consumo no logra repuntar, la inversión sigue muy retraída. En este contexto, vamos a un proceso donde la economía tiene que definir cómo distribuye las cargas de este ajuste”, afirmó Alvarez.
También opinó al respecto el director ejecutivo y economista de la UIA, Diego Coatz, quien coincidió en que la recuperación será en forma de pipa, con mucha heterogeneidad sectorial y “siempre y cuando la macroeconomía se recupere y se mantenga cierta previsibilidad”. “Eso es acumular reservas y reducir la brecha cambiaria. Cuánto más margen externo y cambiario tenga el país, más chances de recuperación”, aseguró Coatz, al tiempo que remarcó que la industria está creciendo en algunos sectores de la construcción que empiezan a arrancar producto de la brecha y a raíz de que parte de los ingresos no se están destinando a servicios y van a comprar bienes. Eso es lo que tracciona una parte del sector manufacturero, precisó.
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