El impuesto a las Leliq y los pases que impulsa el Gobierno porteño tendrá un impacto directo sobre el sistema financiero en 2021. En los bancos aseguran que un gravamen inédito de estas características tendrá un consecuencia inevitable: el aumento de las tasas de interés. Según los cálculos del ministro de Hacienda porteño, Martín Mura, la recaudación podría alcanzar los $ 12.000 millones. Pero las entidades no están dispuestas a asumir semejante impacto y lo trasladarán al costo del crédito.
La iniciativa de la Ciudad consiste en cobrar un impuesto de 7% a los bancos sobre la tasa de interés de Leliq y pases que toman del BCRA. El anunció formulado el viernes a la tarde cayó como una bomba en la oficina de Miguel Pesce, que considera “una locura” lo que pretende el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. Básicamente porque ambos son instrumentos de regulación monetaria. En otras palabras, se trata de las principales herramientas que tiene a mano el Central para absorber liquidez excedente en el mercado financiero y evitar mayor presión sobre el dólar y la inflación.
La medida de la Ciudad fue leída como una venganza por la decisión de la Nación de quitarle 1,18% de coparticipación a manos de la provincia de Buenos Aires. Tendría un costo para las arcas porteñas de $ 53.000 millones en 2021. Una parte de ese agujero fiscal se financiaría con este nuevo gravamen. Otra parte con la aplicación de Ingresos Brutos sobre el resumen de tarjetas de crédito. Y luego también habrá un fuerte recorte de gastos, especialmente en la obra pública. El déficit financiero (es decir, contando el pago de intereses) proyectado para el año próximo es de $ 25.000 millones contra cerca de $ 70.000 millones este año.
Si se aplicara de manera lineal, el nuevo impuesto de 7% sobre Leliq y pases tendría un costo de $ 12.000 millones para los bancos. Pero difícilmente las entidades se queden de “brazos cruzados” y no tomen medidas para amortiguar semejante impacto
El impuesto a las Leliq significa que los bancos recibirán una menor tasa de la que paga el BCRA. Por lo tanto, una de las opciones es que la autoridad monetaria eleve la misma, pero asumiendo un mayor costo. Otra opción es que los bancos bajen la tasa que pagan al captar plazos fijos. Pero las mismas están reguladas por el propio Central, que no lo autorizaría ya que se pondría en riesgo la estabilidad financiera y habría mayor presión sobre el tipo de cambio. La única salida que ven las entidades es, por ende, subir el costo del crédito, aunque tampoco resultaría sencillo.
El tesorero de uno de los principales bancos locales comentó a Infobae cuál es el dilema que enfrentarían en caso de que avance el nuevo impuesto: “Es muy difícil aumentar la tasa de los créditos, porque a valor de mercado la demanda es bajísima. Por lo tanto, la lógica indica que habría que bajar las tasas de depósitos para perder menos rentabilidad. Pero seguramente habrá que esperar a ver cómo sale el proyecto y si finalmente se aplica”.
Con la intención de aplicar el nuevo impuesto apareció la nueva faceta del jefe de Gobierno porteño, mucho más combativo ante la postura de la Nación de quitarle una porción de coparticipación, que tendrá un fuerte impacto en un año electoral. En la Ciudad aseguran que el nuevo gravamen será “transitorio”, siempre y cuando la Corte Suprema falle a favor de su reclamo y devuelva esa porción de impuestos que ya tiene como destino a la provincia de Buenos Aires. Este cambio ya está impactando en las cuentas de la Ciudad y la estimación para el 2020 es que terminará costando unos $ 13.000 millones de menor recaudación. Pero para 2021 el impacto será mucho más grande porque involucra todo el año.
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