Desde la medianoche de este lunes, YPF aumentó el precio de sus combustibles un 2,5% promedio a nivel nacional y agrega más presión sobre el índice de inflación que cerrará el año en torno al 40% según las cifras del INDEC. Este nuevo incremento se suma al 3,5% promedio que se aplicó en octubre.
Desde la empresa justificaron la decisión explicando que se intenta “recomponer asimetrías históricas” que existen entre la Capital Federal y el interior del país.
En la Ciudad de Buenos Aires el alza será de 2.85% en promedio y se comenzó a aplicar a partir de la hora cero de este lunes 23 de noviembre, por lo cual quienes vayan a cargar durante la madrugada ya sentirán el incremento.
Ante los aumentos por parte de YPF, el resto de las empresas expendedoras suelen seguir los pasos que toma la compañía estatal, que es la líder del sector, con una participación del 55% del mercado de venta de combustible. Por esta razón, se prevé que el salto en los precios se daría también en las demás petroleras.
La última suba de precios que había implementado en sus estaciones de servicio fue el 16 de octubre, “como consecuencia del aumento de los valores en el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ILC), el Impuesto al Dióxido de Carbono y los biocombustibles”.
En aquella oportunidad, el aumento estaba previsto porque para esa fecha se había fijado la actualización del impuesto a los combustibles, que afecta tanto a los gravámenes sobre los Combustibles Líquidos como a los que se aplican sobre el Dióxido de Carbono. Cabe aclarar que los montos de ambos impuestos se deben actualizar cada trimestre, sobre la base del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec.
El precio de los combustibles había sido ajustado en agosto y septiembre, y se especuló con la posibilidad de que el Gobierno le pidiera a las empresas que absorbieras esa nueva actualización impositiva para que no se trasladara al precio del surtidor, pero YPF decidió avanzar con ese incremento del 3,5 por ciento.
También en octubre, la Secretaría de Energía había reconocido que la actualización de los precios del bioetanol y del biodiesel “traerían como consecuencia aumentos en el precio de las naftas en el surtidor que agravarían aún más la situación” económica en la que se encuentra la población.
No obstante, estas tarifas se encontraban congeladas desde diciembre, por lo que también es complicado el contexto del sector, por lo que el Gobierno había considerado “necesario fraccionar las citadas actualizaciones a fin de morigerar su impacto en el contexto macroeconómico actual y en pos de preservar los derechos que asisten a consumidores y usuarios de bienes y servicios”, de acuerdo con la resolución en la cual se anunciaron los incrementos para esos dos productos.
En el tercer trimestre 2020, los ingresos de YPF subieron un 19,5% (expresado en dólares) como resultado de la recuperación en las ventas de combustibles y la estabilización de la producción de petróleo y gas.
La compañía también había aumentado los precios un 2,5% en septiembre y antes de eso lo había hecho en agosto, cuando la actualización fue de un 4,5% en promedio en todo el país, pero en la ciudad de Buenos Aires alcanzó el 6 por ciento, según informaron.
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