Boom de los pagos en cuotas: hasta dónde es seguro endeudarse con la tarjeta de crédito

El uso de ese instrumento de compra se disparó en octubre, como cada año con el Día de la Madre, pero en esta ocasión estuvo fogoneado por Ahora 12. Cuáles son los riesgos

Cuándo es suficiente y cuándo pasa a ser demasiado, financiar consumos con la tarjeta de crédito (Reuters)

En un año en el que el crédito al consumo acompañó el mal desempeño de la actividad, en los últimos meses se ve un repunte de la toma de préstamos bancarios por parte de familias, tanto a través de tarjetas de crédito como con préstamos personales. Las tasas, en particular las que se cobran por financiamiento en cuotas, hacen en principio conveniente financiarse ante expectativas de inflación por encima del 52% para los próximos doce meses. Pero la pregunta es cuándo es suficiente y cuándo pasa a ser demasiado.

En el último trimestre, entre el Día de la Madre y las fiestas, el crédito al consumo tiende a mostrar los aumentos más importantes cada año. En este 2020, la tendencia a la aceleración en la toma de crédito se ve algo acelerada por el freno que sufrió el consumo en general durante los meses de cuarentena y el fogoneo que supone la existencia de un Ahora 12 reforzado, con plazos de repago de hasta 21 meses y tasas bien por debajo de la inflación.

El stock de deuda con tarjeta de crédito cerró octubre en $796.077 millones, un avance del 6,4% frente al cierre de septiembre, unos $47.726 millones más que están bien por encima del aún así alto dato de 3,8% de inflación del período, según datos de First Capital Group. En términos interanuales, ese stock crece 54,3%, por encima del 37,2% interanual que anotó el IPC del Indec en octubre.

El stock de deuda con tarjeta de crédito cerró octubre en $796.077 millones, un avance del 6,4% frente al cierre de septiembre

Detrás de esa aceleración no hay sólo consumo, reiniciado por la apertura de locales gastronómicos y otros comercios luego de meses de cierre, sino además también el impulso que generó en el stock el refinanciamiento de saldos que no se alcanzan a pagar creado por el Banco Central.

Algo similar pasa con los préstamos personales, aunque a diferencia de las tarjetas el saldo de estos créditos se frenó mucho durante la cuarentena, pero ahora anotan 4 meses de recuperación. En octubre crecieron 3,1%, por debajo de la inflación, y en términos interanuales avanzan apenas 5,4% nominal. Rondan los $430.000 millones de saldo, cuando llegaron a caer debajo de los $400.000 millones.

Detrás de la recuperación hay impulsos aparentemente. Están las perspectivas mejoradas de quienes salen de la cuarentena y esperan una mejora en la actividad y los problemas de quienes salieron golpeados por el tiempo de aislamiento y necesitan recurrir a préstamos para financiar deudas.

“La oferta de créditos que realizan las entidades financieras comienza a dar lugar a nuevas operaciones gracias a que una parte de la demanda está vislumbrando una mejora sobre su economía futura y entiende que lo peor de la pandemia está pasando. Al mismo tiempo otra parte de las familias debe refinanciar sus vencimientos ante la imposibilidad de cancelar los mismos”, explicó Guillermo Barbero de First.

El aumento en el consumo con tarjeta tiene buena parte de su impulso explicado por la introducción del nuevo Ahora 12. El plan, que permite hacer compras en 3, 6, 12 y 18 cuotas introdujo en octubre la novedad de que concede tres meses de gracia en los dos plazos más largos. Así, las 12 cuotas se distribuyen en 15 meses y las 18 en 21.

Además, la tasa de financiación del programa tiene tope en 29,83%, bien por debajo de las expectativas de inflación. Es lo que se llama una tasa real negativa, que licúa a lo largo del tiempo el costo de las cuotas (aunque cabe aclarar que la estrategia de cada comercio puede hacer que los costos de financiamiento se escondan en un precio de lista inflado).

Según datos del gubernamental Centro de Estudios para la Producción XXI (CEP XXI), las ventas con el programa Ahora 12 treparon 29,7% en términos constantes -es decir, descontada la inflación- respecto de septiembre, y se ubicaron 30,8% por encima de la primera quincena de marzo.

El efecto del Día de la Madre, momento pico cada año del consumo financiado, tiene mucho que ver. Pero según el CEP luego de esa fecha las ventas se mantuvieron 24% por encima del mes anterior. Y el Cybermonday también generó su propio impulso en los primeros días de noviembre.

Parte de las familias debe refinanciar sus vencimientos ante la imposibilidad de cancelar los mismos (Barbero)

Entonces, en un año de caída del nivel de empleo y derrumbe de la actividad, el consumo financiado se desempeña en estos meses a contramano del resto de las variables.

El problema, resaltan especialistas, es que la acumulación de deuda puede ser un problema, sobre todo para familias que vieron caer sus ingresos y las utilizan como única vía de sostener su nivel de vida pateando hacia adelante los pagos.

Qué criterio usan los bancos

Cuidadosos de no envolverse en préstamos incobrables, los bancos actualizan constantemente los límites de financiamiento autorizados a cada plástico en base a datos como ingresos, saldos en cuentas, nivel de consumo y la porción de los saldos de tarjetas que pagan cada mes sus clientes.

Del 100% de los ingresos, aproximadamente el 30% se destinan a gastos variables, el 50% a gastos fijos -incluye 30% con tarjeta- y en términos ideales el 20% a ahorro (Lucía Pignani)

El otorgamiento de préstamos a través de Ahora 12 no es el más rentable que tienen los bancos. Si es por rendimiento, lo más conveniente es el refinanciamiento de saldos: la tasa que aplican a la parte del resumen que un cliente deja sin pagar cada mes. Por ejemplo, si hace un pago mínimo o un pago parcial.

Pero los bancos no miran sólo el rendimiento. También miran su inversa, el riesgo. Y cuando un cliente empieza a hilar pagos mínimos en varios período, saben que tienen en manos a una potencial deuda incobrable.

Las ventas con el programa Ahora 12 treparon 29,7% en términos constantes -es decir, descontada la inflación- respecto de septiembre, y se ubicaron 30,8% por encima de la primera quincena de marzo

“Monitoreamos nuestra cartera de tarjetas de crédito, vamos viendo cómo evolucionan los saldos sobre límites y de esa forma podemos saber si se está financiando de más o no”, dijeron desde un banco local.

Los bancos monitorean el sobre endeudamiento de sus clientes para cortar límites financiables, negar préstamos y ofrecer salidas de la deuda

“Por otro lado, calculamos un Score mensual a cada cliente, que es un resumen de su actividad con nosotros, donde el uso de la tarjeta de crédito y el nivel de financiación son un componente súper relevante. ¿Qué quiere decir esto? Que a un cliente que comienza a financiar cada vez más sus consumos este Score le irá descendiendo y depende en qué franja se encuentre, tomamos acciones: no puede tomar préstamos, no recibe aumentos de límites u otras”, agregaron en la misma entidad.

Entonces, ¿hasta dónde es seguro endeudarse?

Una indicador habitual que se utiliza para el otorgamiento de préstamos a largo plazo, como hipotecarios, y que se traslada a la hora de analizar el nivel de endeudamiento de una persona es la relación cuota versus ingreso. Lo normal es que se ubique en el 35% o el 30%, prácticamente por una convención, aunque no del todo caprichosa.

“Ese número se obtiene de calcular que del 100% de los ingresos, aproximadamente el 30% se destinan a gastos variables, el 50% a gastos fijos y en términos ideales el 20% a ahorro. Entonces, en los gastos fijos estarían los gastos con tarjeta, que incluye también obviamente gastos variables, y además del 50% de gastos fijos hay que descontar pagos como el alquiler u otros. Por eso yo ubicaría más bajo el porcentaje, en torno al 30%, que se puede destinar a pagar deuda”, dijo Lucía Pignani, economista que escribe sobre finanzas personales en su web Finance by Luli.

El problema es que el emisor de la tarjeta pone un límite muy alto de compra, el consumidor se tienta y cuando se da cuenta está en una espiral impagable (Giselle Colasurdo)

De esa manera, para considerar qué parte de los gastos se destinan a deuda no corresponde calcular todo el resumen de la tarjeta. El débito automático de un servicio o compras de alimentos que se cancelan en el primer pago -y que no tienen costo de financiamiento- serían más gastos variables que deuda.

El monto mensual de las cuotas, los pagos de saldos refinanciados de la tarjeta y otras financiaciones como créditos personales, prendarios o hipotecarios componen lo que se destina a deuda. Si ese monto está consistentemente por encima del 30% o el 35% ya es hora de empezar a revisar el nivel de endeudamiento.

“El problema es que la tarjeta te pone un límite muy alto de consumo, te tentás con las cuotas sin interés y cuando te diste cuenta estás en una espiral impagable”, sumó Giselle Colasurdo especialista en mercados de capitales y creadora del canal de Youtube Aprendé a Invertir.

“En estos casos les conviene que te endeudes, para que pagues el mínimo y matarte con los intereses. En general, lo que se recomienda es que sumando todos los préstamos no se pase más allá del 30% del ingreso”, agregó.

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