“El impuesto a las grandes fortunas solo creará una rebelión fiscal como nunca se ha visto”, ese fue el título de la última entrevista del banquero Jorge Horacio Brito, quien falleció hoy en un accidente de helicóptero en Salta. La publicó Infobae el lunes pasado.
“Como señal, esta ley es todo lo opuesto a hacer para que la gente quiera venir a invertir a la República Argentina. El gobierno está errando en la forma de tratar de salir ¿Qué tonto va a querer blanquear dinero en Argentina? Realmente, ¿hay alguien en el gobierno que tenga una estrategia en materia impositiva?”, se preguntó.
Brito tenía 68 años y había nacido en Buenos Aires. “Es un destacado empresario argentino y uno de los máximos referentes de la actividad bancaria en el país y la región. Construyó una numerosa familia junto a Marcela Carballo. Juntos tuvieron seis hijos: Milagros, Jorge, Marcos, Constanza, Santiago y Mateo”, detalla su página web personal. Tenía ocho nietos.
Era fanático de River y un amante de Salta, la provincia en la que encontró una trágica muerte.
Al momento de su fallecimiento era el presidente de Banco Macro y accionista principal de Grupo Macro. Entre 2003 y 2016 ocupó la presidencia de ADEBA, Asociación de Bancos Argentinos. Además, era accionista de Vizora, negocios inmobiliarios, Inversora Juramento (agro), Frigorífico Bermejo y Cabaña Juramento. Además, era accionista en Genneia, una compañía líder del sector energético.
Su propia web lo define como un empresario que “se ocupa de las cuestiones de la microeconomía y también es muy importante para él su concepción del país y la sociedad”.
Era, sin dudas, el banquero más importante de la Argentina y uno de los empresarios más influyentes de las últimas décadas. Tuvo relaciones muy tensas y con muchos vaivenes con los dos últimos gobiernos, tanto el de Mauricio Macri como el de Cristina Kirchner. Durante la gestión de la ahora vicepresidente fue hostigado en muchos momentos, tanto por la AFIP como por la Secretaría de Comercio. Así lo contaba con mucha preocupación en aquellos días y como una anécdota más cerca en el tiempo.
Tampoco tuvo un buen vínculo con Macri. Incluso, algunos que conocieron en detalle esa relación, afirman que el ex presidente habría llamado a un juez federal para decirle que no le disgustaba la idea de ver al banquero recorriendo tribunales.
“Cree que la única Nación posible es una nación integrada, capaz de albergar y brindar oportunidades a todos sus componentes. Sostiene que nadie puede tener éxito en un proyecto que sea exclusivamente individual en el marco de un país fluctuante y con una situación social compleja. Es por eso que destina gran parte de su tiempo a la articulación de consensos entre los distintos sectores que hacen a la vida nacional; además de invertir fuertemente y especialmente en el país conformando empresas de capital nacional”, se detalla en su página web.
A través de Adeba, Brito tuvo también un activo rol en la representación empresarial dentro del Grupo de los Seis, ámbito en el que confluyen, además de la entidad bancaria las centrales empresarias más importantes del país, la Unión Industrial Argentina, La Bolsa de Comercio, la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara Argentina de Comercio y la Sociedad Rural Argentina. Además, entre 2012 y 2014 fue también presidente de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), que agrupa a más de 500 bancos de la región.
Macro, su banco
Macro es uno de los bancos privados líderes de la Argentina y ocupa el quinto lugar en activos y depósitos dentro del ranking de entidades financieras de la Argentina. Fundado en los años 80, tomó un fuerte protagonismo a través de la adquisición de otras entidades. Tiene más de 8.000 empleados y 500 sucursales a lo largo de todo el país.
A través de la adquisición y fusión con otras entidades y liderado por Brito, Macro fortaleció su posición en el sistema financiero, especialmente en el interior del país. Hacia fines de los años ’90, compró el paquete accionario de los bancos provinciales privatizados de Misiones, Salta y Jujuy, transformándose en agente financiero de esas provincias, al igual que de Tucumán.
En 2001, adquirió la mayoría del Banco Bansud y un año después accedió a las sucursales del Scotiabank Quilmes, que dejó el país. Entre 2003 y 2006, también compró el Nuevo Banco Suquía, el Banco del Tucumán y el Nuevo Banco Bisel. En 2010, concretó la compra del Banco Privado de Inversiones.
Hoy, el banco que presidía tenía directores a dos de sus hijos, Jorge Pablo y Constanza. Milagros, en tanto, es la presidenta de la desarrolladora inmobiliaria Vizora.
Salta
Según describe una entrevista de la revista Gente, en 1992, Brito compró 45.000 hectáreas para armar su emprendimiento agropecuario en Joaquín V. González, a 260 kilómetros de la capital salteña, en donde radica su empresa Inversora Juramento.
“Hice un análisis y observé que en el NOA el 85% de la carne se importaba de Buenos Aires y Córdoba. Y me di cuenta de que si armábamos un feedlot en esta zona íbamos a tener dos ventajas inmejorables: la primera, campos secos, sin inundaciones; la segunda, podíamos producir carne con un maíz 30% más barato que en otro lugar, porque no teníamos gastos de flete. Hoy, en mi casa de Buenos Aires comemos el asado que producimos acá en Salta ¡Es la mejor carne del país!”, aseguró entonces.
El negocio creció, superó las 90.000 hectáreas y los 86.000 animales y sumó un frigorífico en Pichanal, al norte de Salta y las carnicerías premium, Cabaña Juramento. “La satisfacción que tengo es que todo salió tal cual, y cómo lo soñé”, aseguró.
“Soy un convencido de que el empresario tiene que ganar plata para generar fuentes de trabajo y darle laburo a la gente. Sí creo que al capitalismo hay que ponerle reglas de juego claras, para no haya abuso. Un problema que tenemos los empresarios y los políticos argentinos: todos somos individualistas. Todas las crisis que vivimos fueron por pensar en forma mezquina”, le aseguró a Gente.
Pese a que no era especialmente afín a los eventos sociales, Brito supo ser anfitrión de un encuentro clásico para hombres y mujeres de negocios. En su refugio de Punta del Este, la chacra “Mamá Ganso”, cada verano reunía a lo más importante del mundo económico en una cena que empezó siendo para sus colegas banqueros de Adeba, se extendió a otros empresarios y con los años se volvió un agasajo tradicional.
La pandemia
“Considero que de esta pandemia la economía tendrá una recuperación en forma de V”, escribió Brito en su web personal semanas atrás.
“Hay que esperar un tiempo para ver qué ocurre y cómo se comporta la población en relación al consumo. En este sentido, la venta online se ha impuesto y muchos hábitos y conductas se modificaron. Por lo pronto el 2020, será recordado como el año en el que la población tuvo miedo por el avance del COVID 19. Pero más allá del miedo, en la Argentina no hubo una campaña fuerte de concientización o de prevención sobre el virus. En este sentido, no se fomentó el uso de barbijos, la distancia social y que de alguna manera la gente pudiera continuar con su vida normal, tomando ciertas medidas de prevención”, opinó.
Brito creía que la Argentina fue a un extremo con la cuarentena. “Creo en la conciencia social, no en las prohibiciones. Considero que fue negativa la decisión que no permite ver a los padres, a los hijos o los seres queridos. Esta situación creó una forma de rebelión en la gente”, escribió el banquero que falleció esta tarde en Salta, uno de sus lugares en el mundo.
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