Tras una maratónica jornada, el oficialismo logró los votos necesarios y dio media sanción al proyecto de ley de Aporte Solidario por única vez o, como se lo conoce popularmente, impuesto a la riqueza.
En su regreso a la Cámara de Diputados luego del aislamiento por posible contagio de COVID-19, el presidente de la cámara baja, Sergio Massa, se refirió a que entiende “que haya algunos que puedan sentir que es doloroso tener que hacer un esfuerzo adicional en materia tributaria pero les pedimos un único y último esfuerzo para poner entre todos de pie a la argentina” y señaló en la previa a la votación que era “muy optimista” con respecto a que el oficialismo consiga los votos necesarios con “incluso el apoyo de diputados de Juntos por el Cambio”.
La frase de Massa no pasó inadvertida porque en el oficialismo sabían que contaban con los votos justos para lograr darle media sanción al proyecto. El Frente de Todos tiene 119 diputados y necesitaba 10 votos más a favor. En bloque del lavagnismo y del socialismo señalaron que iban a acompañar, pero no todos los legisladores de esos bloques lo iban a hacer.
A la hora del conteo final, lo que se pudo observar es que el oficialismo esta vez perdió dos votos: el de una habitual aliada como Alma Sapag, del Movimiento Popular Neuquino que dio un duro discurso (dijo que traerá “más costos políticos y sociales que beneficios económicos” y que se judicializará) y el del santiagueño del Frente de Todos, Bernardo Herrera, internado con coronavirus.
Asimismo, el conteo de los votos reflejó los acuerdos previos con gobernadores como Juan Schiaretti, de Córdoba Federal, y el radical Gerardo Morales que como en el Presupuesto 2021 aportaron votos. Con estos acompañamientos, la votación final mostró 133 votos a favor, 115 en contra y 2 abstenciones.
Para mostrar unidad, respaldo puertas adentro del oficialismo y desalentar rumores sobre enfrentamientos con Economía, el ministro Martín Guzmán pasó por el Congreso antes de la votación. También estuvieron el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo y el de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, además de las dirigentes de La Cámpora, Fernanda Raverta (Anses) y Luana Volnovich (PAMI).
Con estos números, el Gobierno festejó con los legisladores en las bancas, en las pantallas y en la calle con la militancia que se fue acercando a las adyacencias del Congreso Nacional desde el comienzo de la sesión alrededor del mediodía.
En Juntos por el Cambio la perspectiva siempre fue que iban a perder la votación y entonces en el seno del bloque de la Coalición Cívica, la UCR y el Pro, apuntaron su estrategia en dos ejes principales. El primero fue en señalar que la norma pensada por Máximo Kirchner y escrita por Carlos Heller no es una aporte único ni solidario, sino que es un impuesto, confiscatorio y poco federal porque no se coparticipa. El segundo, destacar que, aunque sea aprobado en ambas cámaras, no se modificará la relación de ricos y pobres y que terminará perjudicando a las pymes productivas.
Así lo expresó, el presidente del interbloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri, al momento de su cierre. “No hemos venido a declarar ninguna guerra, sino a discutir si es viable, si ese es el camino y el rumbo”, comenzó el dirigente radical. En ese sentido responsabilizó al Poder Ejecutivo por la situación económica en medio de la pandemia: “La cuarentena era para mantener y rearmar el sistema de salud, no para que sea un programa de gobierno; eso ha tenido una fuerte implicancia en una economía que de por sí era vulnerable”.
“Somos top ten en caída del PBI, en déficit fiscal, en nivel de desocupación y desigualdad. Queremos decirles que esto es ineficaz, por más que tenga un nombre bonito y sea épico”, continuó Negri. “Somos los que más hemos intoxicado en impuestos al sector privado en la región, si no generamos riqueza no va a haber inversión, ¿de dónde van a venir divisas”, se preguntó concluyendo las críticas.
El cierre final estuvo a cargo de Máximo Kirchner quien hizo uso de la palabra desde su casa ya que se tuvo que retirar del recinto, pasadas las 11 de la noche, luego de que le informaran que era contacto estrecho de un contagiado de COVID-19. El referente del oficialismo apuntó contra Juntos por el Cambio al señalar que se llegó a discutir el impuesto a la riqueza no solo por la pandemia “sino por el país que recibimos”. En ese sentido apuntó a la profundización de la crisis económica que se dio luego de las elecciones primarias del años pasado y señaló a Mauricio Macri a quien identificó como el “jefe político de la oposición”. “Después del berrinche del 12 de agosto comenzó un rápido drenaje las reservas del Banco Central, llegando al 25 de octubre con 43 mil millones de dólares; la Argentina perdió 20 mil millones de dólares porque el presidente decidió poner el cepo después de perder las generales. Sabía que si lo ponía antes -como debió haberlo hecho- el resultado electoral iba a ser mucho peor. Para juntar dos millones de votos más sacrificó 20 mil millones del Banco Central”, apuntó Kirchner.
Tras hacer hincapié en los índices negativos de pobreza y desempleo heredados del macrismo, el referente del Frente de Todos le respondió a la oposición que “los que desalientan las inversiones son los malos gobiernos”. Para Máximo Kirchner, “este aporte solidario tiene que servir para hacer un puente hacia una reforma tributaria en la Argentina que desburocratice la cantidad de impuestos que hay que realmente recaude sobre los sectores que tiene que recaudar”.
“Necesitamos del sector privado, actuando en conjunto con el sector público, invirtiendo juntos. Tenemos recursos naturales a los que les podemos dar valor agregado y poder buscar una salida en común”, invitó.
Por último, Kirchner sostuvo que el impuesto a la riqueza servirá para “conseguir más vacunas y tratar que el impacto, de llegar esa segunda ola (de coronavirus) sea lo menor posible. No es tiempo para insultos, es tiempo para construir una sociedad que tenga la conducta, la voluntad y la disciplina necesaria para afrontar esta última etapa hasta que la mayor cantidad de argentinos estén vacunados", cerró.
El proyecto
El proyecto de ley de Aporte Solidario Extraordinario alcanzaría a poco más de 9.200 personas que tienen patrimonios declarados de más de 200 millones de pesos. En sus ejes centrales establece que es un aporte por única vez que va a alcanzar exclusivamente a las personas humanas de elevado nivel patrimonial. Sólo están incluidos quienes posean una riqueza declarada superior a los 200 millones de pesos, con una alícuota del 2%, que incrementa a medida que el patrimonio es mayor.
Alrededor de la mitad de los 9200 personas que serían alcanzadas por este aporte tiene declarados una fortuna que va de los $ 200 millones a los 400 millones de pesos. En ese sentido, la tasa más alta del impuesto alcanza, según los datos aportados por la Afip, a menos de 300 personas.
En el caso de que los bienes declarados estén en el exterior, las alícuotas son un 50% mayores.
Un punto muy criticado por la oposición es que el proyecto grava el capital de trabajo, los bienes de cambio, la maquinaria, así como también a los accionistas locales.
El proyecto también tiene definido asignaciones específicas a lo recaudado que, según las estimaciones oficiales, serán de alrededor de $ 300.000 millones, serán para:
- Comprar equipamiento de salud para atender la pandemia.
- Apoyar a las pymes con subsidios y créditos.
- Urbanizar los barrios populares con obras que empleen a las/os vecinas/os de cada barrio.
- Hacer obras y equipar a YPF para producir y envasar GAS Natural.
- Financiar un relanzamiento del plan Progresar para que las/os jóvenes puedan seguir estudiando.
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