El Frente de Todos buscará hoy dar tratamiento y media sanción en Diputados al proyecto de ley del impuesto a la riqueza, que ha provocado un rechazo generalizado del mundo agropecuario y agroindustrial.
Desde el campo sostienen que la iniciativa “grava el capital de trabajo, los bienes de cambio, la maquinaria y todos los demás activos que, en su conjunto, son la base de producción y desarrollo de la Argentina”. Así lo destacaron desde la Fundación Barbechando, entidad que sigue de cerca el tratamiento de los temas del Agro en el Congreso de la Nación.
“Este nuevo impuesto no solo no morigerará nada, sino que aumentará el desempleo y desalentará la inversión. Además, es confiscatorio y de gran alcance para el sector agroindustrial, y todas las actividades desarrolladas por pymes y grandes empresas”, agregaron.
En el ámbito del gremialismo agropecuario no descartan accionar ante la Justicia una vez que se apruebe el proyecto: “No hay dudas que habrá una judicialización porque el proyecto es expropiatorio. Hay una superposición de impuestos y grava a la producción”, dijo Luis Magliano, Presidente de la Sociedad Rural de Jesús María.
Y agregó: “Todos estos impuestos generan incertidumbre no solo en el productor sino en todos los sector de la economía, son impuestos sobre impuestos, sobre impuestos. Estamos en la Argentina de la poca idea. Generamos ideas para generar más impuestos. Con este discurso progresista están gravando la producción”.
Otra de las voces que surgió en las últimas horas en contra del proyecto fue la de Angeles Naveyra, Secretaria de la Fundación Barbechando, quien advirtió que “el proyecto atenta contra el capital productivo más allá del sector agroindustrial. El productor es tranquilo y manso mientras lo dejan trabajar”, dijo.
Por otro lado, aseguró: "Cuando llega el momento de abonar un aporte de este tipo empiezan a aparecer conceptos como rebelión fiscal. No sería raro”.
El rechazo del campo al proyecto
En un informe entregado a la prensa, la Fundación Barbechando realizó un recorrido sobre los aspectos del proyecto que generan rechazo de los dirigentes, productores y empresarios del sector agropecuario. Ellos son:
- Impacta directamente en los bienes productivos, los bienes de cambio (stock de granos, hacienda), la maquinaria y todos los demás activos que, en su conjunto, son la base de producción y desarrollo de la Argentina.
- Alcanza a todos los activos que posea una persona humana o una sucesión indivisa, incluyendo la participación que tenga en una sociedad productiva.
- La base imponible del impuesto considera todos los bienes, inclusive aquellos bienes exentos en la Ley de Bienes Personales, como son los inmuebles rurales. Cuando a estos activos exentos se los valúa según la Ley de bienes personales, llegar a $200 millones es una realidad mucho más cercana.
- Los números muestran que valuando los bienes productivos, según la Ley de Bienes Personales, se alcanzan los $200 millones de patrimonio “sin que esto signifique ser rico, sino por el simple hecho de tener capital produciendo”, comentaron desde Barbechando.
- Afecta a las Pymes. “Toda empresa Pyme o no Pyme tiene como dueño final de su capital accionario una persona humana. Entonces una Pyme productora que tiene maquinaria y bienes de cambio, además de otros activos y tiene un patrimonio de $200 millones según su último balance, forma parte de la base imponible de la persona humana”.
- No contempla ni la rentabilidad ni la liquidez disponible, por lo tanto el productor o la pyme deberá vender alguno de sus bienes para pagar este nuevo impuesto.
- Afecta a más de 9 mil personas ya que en este calculo inicial del gobierno se toma la base de Bienes Personales donde no se contemplan en la mayoría de los casos aquellos bienes que se encuentran exentos, como el inmueble rural, sociedades de capital, tenencia de bonos argentinos, tenencia de acciones de sociedades argentinas, entre otros. “La realidad es que el sector tiene alrededor de 170.000 pymes que deberán hacer sus números de forma muy finita”, comentaron desde Barbechando.
- Se lo define como un impuesto confiscatorio: “los gravámenes al patrimonio -Bienes Personales y el impuesto a la riqueza-, en su máxima escala alcanzan al 7,5%, es decir, para hacerle frente al aporte, el sujeto alcanzado debe vender parte de su patrimonio”, sostiene el informe privado.
- El impuesto grava al que produce, genera empleo e invierte. El estudio cita como ejemplo, la situación de un productor que compró un campo de 800 hectáreas a 4000 USD (2019: USD 1=$50) ya tiene un activo de 160 millones de pesos por el inmueble rural. Pero también se debe contemplar el activo productivo (semillas, herbicidas, fertilizantes + stocks anteriores + maquinaria propia) y alcanza el universo de los sujetos alcanzados.
Otro caso: un productor agropecuario que invirtió en el desarrollo de una planta de biodiésel, con un aporte de capital en infraestructura de 80 millones, en un campo de 70 millones de valor fiscal, sumado al capital productivo, estaría en el orden de los 200 millones.
Por último, se cita el caso de un productor que invirtió en una granja de cerdos de 400 madres, producción mediana, supera los 200 millones. O un productor de pollos parrilleros con 6 galpones ya es alcanzado por el impuesto. Para el caso de los productores ganaderos, según Barbechando, el nuevo impuesto contempla todos los activos de la sociedad productora, entre otros, todas las categorías de hacienda.
El reclamo de la Fundación
Dese el momento en que proyecto ingreso al Congreso para su tratamiento, legisladores y funcionarios manifestaron que el dinero recaudado por el impuesto, será destinado a mitigar los efectos de la crisis sanitaria provocada por la pandemia. En el ámbito oficial proyectan recaudar unos 307.000 millones de pesos de parte de unas 12 mil personas incluidas en los considerando del proyecto.
En relación al destino de los fondos que se obtendrán por la implementación del nuevo impuesto, un 20% se dirigirá a la asistencia sanitaria, un 20% para subsidio de Pymes, un 20% para becas Progresar, un 15% para Fondo de integración socio-urbana y un 25% para producción de gas natural.
“La mejor decisión es dejar a las pymes fuera de este impuesto. A las Pymes, hay que dejarlas producir, son el motor de la economía y la generación de empleo”, precisó el informe de Barbechando.
Y además, se señala que si los bienes productivos no serían contemplados por el proyecto, “permitiría mayores inversiones productivas, de servicios, de comercialización, agropecuarias, entre otras”.
Por último, reclamaron los integrantes de la Fundación que se exima del impuesto a la riqueza, “la inversión en empresas locales e inmuebles rurales productivos”.
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