El embajador de Dinamarca en la Argentina, Søren Vøhtz, está encantado con Buenos Aires, aunque extraña, como todos, las costumbres de las reuniones sociales y de “intercambiar momentos con gente tan amigable”, dijo a Infobae. Está en misión en el país desde hace dos años y permanecerá otros dos, así que planea poder volver a viajar por el país apenas pueda, ya que quedó maravillado con “Tierra del Fuego, las Cataratas del Iguazú y con los paisajes que pudo disfrutar Su Majestad", la Reina Margarita II cuando estuvo en el país en 2019, agregó.
De 56 años, el embajador se siente más tranquilo ahora, luego de que, con el apoyo de la Cancillería, sus compatriotas que estaban antes de la pandemia de visita en la Argentina pudieran ser repatriados y confía en que regresarán una vez que el panorama del virus se calme. Por el covid-19, en Dinamarca hubo, hasta el viernes 13, 59.478 infectados, 43.483 recuperados y 755 fallecidos, sobre una población de 5,8 millones de personas.
Mientras tanto, dialogó con Infobae sobre la cooperación bilateral, las medidas que adoptó su país para suavizar la crisis económica, la rapidez con la que volvieron a abrir los colegios allí y, por supuesto, sobre la exitosa serie Borgen.
Dinamarca tiene USD 456 millones en inversión extranjera directa en la Argentina. En términos de la balanza comercial, la Argentina le exporta productos de la industria alimenticia, del agro, metal, pesca, químicos y maquinaria, en ese orden, e importa maquinaria, productos farmacéuticos, químicos, alimentos, metal, caucho y plástico, según los datos del Indec procesados por la consultora Abeceb. El año pasado, la Argentina registró déficit y en los primeros meses de este año, un importante superávit bilateral, precisaron en el Indec.
- ¿Cómo está la economía danesa luego de 7 meses de la crisis por la pandemia?
- Todo el mundo ha pasado por una situación imprevista. No teníamos experiencia en esta clase de crisis, pero por fortuna y buenas decisiones logramos sumar las decisiones acertadas y que Dinamarca esté con problemas menos graves; más que nada fuimos afectados en los primeros meses de la pandemia, pero gradualmente estamos retomando la actividad. El crecimiento será negativo y recién en diciembre 2021 retomaremos el PBI de diciembre de 2019; el desempleo subió, hubo personas que se enfermaron y murieron. Las cifras fueron graves para cada uno de los afectados; el turismo y gastronomía se vieron muy afectados, pero sí hubo un aumento en la actividad en otros sectores, porque mucha gente no viajó y el sector de refacción del hogar creció un 50%. El punto de partida fue igual que en otros países: asegurar que el sistema de salud no se saturara y que los daños fueran los menores posibles. Lo que hicimos fue cerrar bruscamente en marzo, pero en abril reabrimos las escuelas por varias razones, pensando en la educación como algo primordial, en la salud mental y en la eficiencia del trabajo de la gente en su hogar. Eso mejoró la eficacia del trabajo. El temor era tener una crisis como la del 2009 en el mercado de vivienda, pero ocurrió al revés. La gente invirtió más en sus casas. La tasa de interés es baja y eso ayudó a comprar la vivienda
El temor era tener una crisis como la del 2009 en el mercado de vivienda, pero ocurrió al revés. La gente invirtió más en sus casas
- Han tenido un grave problema por contagio con los visones
-Si, estamos muy tristes, pero el principio que nos guía es la prevención. El desarrollo es que después del verano vimos un aumento en los casos de contagio, no sé si es una segunda ola porque es bastante diferente que a principios de año.
-¿Qué se hizo con los impuestos y la atracción de inversiones en este momento tan difícil?
-El gobierno tomó muchas medidas, se puso dinero en una caja de guerra por USD 1.500 millones. Básicamente fue un paquete para promover exportaciones e inversiones para suavizar la recesión. Dinamarca es una economía muy abierta, exporta un 50% de su producción e importa lo mismo y estamos afectados por este problema global; sin embargo, en algunos mercados vimos caída y en otros un aumento del comercio. A la vez, había una garantía para salarios y para empresas con un subsidio del Estado. También se tomó la decisión de permitir que la gente pudiera utilizar el ahorro que utiliza para el verano como una forma de reactivar el consumo. Pero, sobre todo, lo que sirvió es la apelación a la conciencia social, y a la responsabilidad de cada uno. Es el lema que se eligió este año: cada uno tomando sus precauciones.
- ¿Cuál es el actual vínculo comercial y de inversiones con la Argentina?
- Tenemos 30 empresas en la Argentina, que hace mucho que están aquí. Tienen un gran compromiso con el país. En general son optimistas y han hecho esfuerzo para salvaguardar su actividad. Hay una tradición de esas empresas, como están hace muchos años saben cómo manejar los altos y bajos del país.
- ¿En qué áreas podría estar interesado Dinamarca en invertir en el país?
- Quien invierte es cada empresa, no Dinamarca. No hay que perder las oportunidades en una crisis. Es difícil en todos lados del mundo, a las empresas danesas les faltan fondos para las inversiones. Para Argentina hay posibilidades porque es un exportador enorme, pero falta más exportación ecológica y en este campo tiene oportunidades en Europa y Estados Unidos. Podría haber inversión en energía, aunque ha bajado mucho con la crisis la cantidad y el precio, pero tenemos que hacer muchas inversiones por el cambio climático. También, para la producción de alimentos como el sector porcino. Hay varias oportunidades.
Para la Argentina hay oportunidades porque es un exportador enorme, pero falta más exportación ecológica y ahí tiene oportunidades en Europa y Estados Unidos
- ¿Cómo observan la difícil situación que atraviesa la Argentina?
- Espero todo lo mejor para la Argentina que pueda alcanzar la prosperidad.
- ¿Cómo califica la cooperación bilateral?
- Dinamarca está a 12 mil kilómetros, pero con la tecnología el dialogo es más fluido. Eso es importante para destacar y estamos para intercambiar experiencias. Es un país nórdico, pequeño, pero podemos aprender el uno y del otro. Por ejemplo, entre Copenhague y la Ciudad de Buenos Aires se ha hecho un intercambio por el cambio climático, eficiencia energética y cómo manejar agua; dialogamos sobre varios tópicos, la producción agrícola para ver cómo podemos ayudar. Los consumidores daneses son muy exigentes.
- ¿Qué opinan de la renegociación de la deuda con el FMI y qué postura podrían tomar en este caso?
- Prefiero no comentar nada ahora. El FMI está hecho para la solidaridad, para apoyar a los países miembros.
Entre la ficción y la realidad
- Este año la situación de Dinamarca “entró” a los hogares de la Argentina a través de la serie Borgen. Aunque sea una serie del 2010, ¿en qué se parece a la realidad actual de su país y qué repercusión tuvo allí?
- Cuando se estrenó la serie yo estaba viviendo en Nicaragua. A mí me gusta muchísimo la serie. Es un reflejo de cómo se hace la política, llegar a consensos, a algo que pueda obtener la mayoría, pero también sobre la vida personal, los gastos y las ideas de cada uno. Es muy interesante, es una serie de una gran clase. Lo que pasa en la serie podría pasar el día hoy, aunque con teléfonos celulares más modernos.
- En particular, la negociación permanente entre los diferentes partidos políticos por el sistema parlamentario, ¿se mantiene con la misma intensidad que en la serie? ¿Cómo se combina ese sistema con la estabilidad y la prosperidad del país?
- Tenemos una historia en Dinamarca en ese sentido, se forma un gobierno siempre después de una elección. Y los mismos políticos se sienten responsables para actuar, hay un respeto por el voto de los que ganan y por la oposición.
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