Los senadores del Frente de Todos entregaron una carta a los integrantes de la misión del Fondo Monetario Internacional que visitan la Argentina. En el extenso texto, que redactó Oscar Parrilli, mano derecha de Cristina Kirchner, junto con el jefe del bloque, José Mayans, consideraron “irresponsable” la entrega de fondos en el marco del stand by concedido dos años atrás. En el texto se hace un duro análisis sobre la situación del país en aquel entonces agravado en pandemia. Fundamentalmente los senadores piden que el FMI “se abstenga de exigir o condicionar las políticas económicas de la Argentina para los próximos años” y proponen reconsiderar los intereses, un período de espera para el inicio de los pagos hasta el 2025 y un plazo de amortización en “varias décadas" de modo que “las erogaciones anuales no tornen insustentable la refinanciación de la deuda e impacten negativamente en la economía argentina y en la vida de su sociedad”. Y señalan la responsabilidad del organismo en la falta de control sobre Argentina al conceder el préstamo.
El texto está firmado por todo el bloque del oficialismo, excepto por el ex presidente Carlos Menem y por José Alperovich quien se encuentra en uso de licencia por estar pendiente su causa judicial por abuso. Mayans y Parrilli ya le habían adelantado a los senadores en la última reunión de bloque que estaban elaborando esta presentación. Cristina Fernández de Kirchner leyó la carta y la consideró “muy atinada”.
Según supo Infobae, desde el Senado fue llevada la misiva este domingo a la mañana cerca de las 10 hasta el hotel en Recoleta donde se hospedan los delegados del Fondo que iniciaron la semana pasada una visita al país, la directora del departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack, el jefe de la misión del FMI para Argentina, Luis Cubeddu, y el representante residente del FMI en Argentina, Trevor Alleyne.
Dirigida a Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, la carta fue entregada a un día de la reunión que la delegación tenía previsto mantener con los jefes de los bloques de diputados y senadores y presidentes de todos los partidos, reunión que habrá que ver en qué condiciones se realiza después de la confirmación de un caso de COVID-19 entre los jefes de la misión del organismo. Aún cuando el texto es muy duro y responsabiliza al FMI de no haber controlado la gestión de Mauricio Macri, los voceros de Cristina Fernández aseguran que es un apoyo explícito a la renegociación del Gobierno y un respaldo para que el organismo no condicione las políticas económicas de los próximos años.
Entre los 33 puntos, los senadores piden una auditoría sobre la concesión del stand by del año 2018, la entrega de fondos a la Argentina y el uso que hizo Mauricio Macri de los mismos, que se analice si el dinero se destinó a la campaña electoral de Macri y la fuga de divisas, se hace un diagnóstico sobre el colapso de reservas y se pone como ejemplo de salvataje a la Unión Europea. “Lo actuado por la Unión Europea (UE) debería servirle de ejemplo al FMI”, señala la propuesta K. “El Fondo debería elaborar y ofrecer a los países de desarrollo intermedio como la Argentina, sumas similares en igualdad de condiciones para que pueda financiar la puesta en marcha de su economía y superar así los estragos de la política económica del gobierno anterior y de la pandemia”.
“Es necesario entender qué es lo que falló al momento de gestionarse los fondos que tan irresponsablemente ese organismo prestó a la Argentina”, se señala en el inicio de la carta que llevó Lautaro Carignano, prosecretario parlamentario del bloque. Resultaba claro, sostienen que los vencimientos serían “de pago imposible” por lo que pide al organismo “asumir la responsabilidad de cada parte” para que la negociación “resulte transparente, efectiva, de buena fe y sobre todo para que los resultados que surjan de la misma contemplen la proporcionalidad de la responsabilidad compartida en el rápido, desproporcionado e inútil endeudamiento con ese organismo al que llegó nuestro país”.
Tras destacar que tanto en el FMI como en Argentina hubo cambio de autoridades, se advierte que el presidente Alberto Fernández se hizo cargo de una herencia “difícil” atribuida al “desproporcionado nivel de endeudamiento” se recuerda que el Estatuto del Fondo exige control sobre los desembolsos y que en cambio en la gestión anterior “esos fondos, en lugar de engrosar las reservas internacionales del BCRA, se dirigieron a financiar la fuga de capitales mediante el aumento en la formación de activos externos”. Insisten los senadores en consultar las medidas de control que el Fondo solicitó a la Argentina aunque expresan explícitamente que creen que no ocurrió y que incluso el organismo “continuó con los desembolsos sin considerar esta situación”. Advierten además que el FMI debió dejar de girar los desembolsos acordados con la gestión de Mauricio Macri.
Incluso los senadores van más allá y recuerdan que la Justicia argentina investiga si la toma de deuda “se hizo al margen de lo que prescriben las normas vigentes y en caso de que correspondiese, determinar la responsabilidad civil y penal que les pudiera caber a los funcionarios públicos responsables de la gestión anterior”. “Argentina tomó el préstamo más grande de su historia y asumió compromisos financieros, a todas luces incumplibles, sin tener un expediente abierto y sin los dictámenes e informes correspondientes, lo cual infringiría al menos, la Constitución Nacional, el Estatuto del Fondo y las Leyes de Procedimientos Administrativos y de la Administración Financiera”, alegan.
Como lo han dicho decenas de veces en el recinto del Senado, especialmente Mayans y Parrilli, dejan un manto de sospecha sobre funcionarios del macrismo y se preguntan si “los beneficiarios privados de los desembolsos, quienes pudieron concretar la salida del mercado ante presiones devaluatorias, no son acaso los que han contado con un entramado de relaciones con los funcionarios del gobierno argentino de ese entones” y si “los miembros del Fondo actuantes en la operatoria no supieron, no quisieron o no pudieron frenar los desembolsos ante dicha situación”.
El ejemplo que pide tener en cuenta el kirchnerismo es el de la Unión Europea que en julio aprobó el Plan de Recuperación para Europa. En ese caso se contempla la creación de un fondo de 750.000 millones de euros, de los cuales 390.000 millones de euros se desembolsarán como subvenciones y 360.000 millones en préstamos "con el fin de ayudar a los países más afectados entre 2021 y 2023. Los aportes, sostienen, “servirán para financiar, entre otros, inversiones, proyectos científicos tecnológicos y de transición y cambio climático y subsidios a los actores económicos perjudicados por la crisis. Los países con mayor caída del PBI, población y desempleo serán los prioritarios”, concluye el texto.
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